lunes, 15 de abril de 2013

El movimiento cacerolo incuba de la derecha del futuro

El amigo Tereschuk me reta a que cuente qué me quedó del programa de ayer y debo decir que si algo quedó ratificado en la charla con Yamil Santoro, uno de los "difusores" más conocidos del movimiento cacerolo y, además, miembro del partido Liberal Libertario y de Unión con Todos, marca actual de Patricia Bullrich, es que la agenda cacerola es exactamente la misma que la del Grupo A y que las diferencias están en el plano de la representación. Estos jóvenes coinciden de punta a punta con la UCR, el PRO, etc, pero están convencidos que ellos pueden llevar mejor las banderas y amplificar con más efectividad el discurso.

Santoro coincidió de plano con mi caracterización de que el caceroleo es el clamor de los irrepresentados.

Se observa que la realidad se les aparece como un cuello de botella, que las elecciones, por ejemplo, les complejizan el panorama. Entienden que no pueden desentenderse del tema electoral y por ende tienen que vincularse de alguna manera con esos sellos partidarios que desprecian porque saben que carecen de alternativa. Santoro considera que el PRO es el principal "tapón" para el crecimiento y desarrollo del espacio liberal-conservador, directamente lo desprecia.

La derecha argentina está empezando a tener contracciones y más tarde o más temprano irrumpirá una camada de dirigentes nuevos mucho más audaces pero, fundamentalmente, sin pruritos de ser "de derecha" y de asumir con orgullo una a una las grandes banderas de la reacción. No se puede ser una derecha eficaz sin trasgredir el campo de lo "políticamente correcto". Pareciera que estos pibes, formateados en los valores del los noventa, vienen con la dosis de desparpajo que la derecha necesita para modernizarse y presentarse como algo atractivo y electoralmente competitivo

1 comentario:

Daniel dijo...

Y hoy el PRO se suma al apoyo al 18A, habiendo testeado que no hay el más mínimo reclamo de los caceroleros contra ellos (claro, si obviamente la mayoría de ellos son PRO).
No hubo inundaciones con muertos en la CABA. No ha ido el PRO contra las cautelares como entre otras tantas, la de la tala de árboles en la 9 de Julio. No hay corrupción en su gobierno. No han vetado más de 100 leyes.
Una maravilla que no provoca la menor indignación en los indignados blancos de franja norte metropolitana.

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