jueves, 1 de noviembre de 2007

César Pradines desafina


Hace unos meses el pianista Jorge Navarro publicó una solicitada respondiendo a una crítica realizada por César Pradines, el encargado de cubrir la actividad vinculada al Jazz del diario La Nación. En un comienzo pensé que un músico de la talla de “Pampero” no debía entrar en ese terreno pues su trayectoria vale mucho más que unas pocas líneas nacidas de la ignorancia de un escriba a sueldo. Pero luego, cuando me interioricé comprobé que la ira de Navarro era harto justificada y que no era mas que la consecuencia de largos entredichos entre el ambiente del Jazz y el periodista. Lo concreto es que el hombre de La Nación, preso de sus rústicos conocimientos en la materia, había tratado muy mal a Navarro en una crónica de un recital donde el pianista tocó con el combo del saxofonista norteamericano James Moody.

La solicitada puso sobre el tapete una sorda discusión que se viene librando en el ambiente jazzero de Buenos Aires. Siendo La Nación el diario que tiene el suplemento de Espectáculos mas completo, incluyendo un muy buen espacio dedicado al Jazz, su importancia en el ambiente musical no es desdeñable. En este contexto la figura de Pradines comenzó a ser objeto de muchos dimes y diretes. Que si presencia efectivamente todos los espectáculos sobre los que escribe; que si verdaderamente “escucha” dado que en ciertos lugares se lo ve disfrutar en demasía de la comida sin dar muestras de interés por la música que en ese preciso instante se está ejecutando...Lo concreto, mas allá de estas cuestiones, es que el Jazz, que tiene una larguísima y riquísima tradición en nuestro país y por ende cuenta con una pléyade de amantes con sólidos conocimientos, no es una materia para “tocar de oído cuando se es un poco sordo”, afección que parece sufrir este periodista que la pifia cada dos por tres: Puede escribir impunemente que el legendario pianista de Latin jazz Eddie Palmieri es “Saxofonista”, o llamar al gran pianista Thad Jones como “That” y tantísimas bestialidades por el estilo.
Así las cosas, se empezó a generar una corriente de opinión realmente importante en su contra y lo novedoso es que haya cobrado tanta fuerza. Si hasta se creó un blog donde diariamente los fanáticos desenmascaran uno a uno los yerros del periodista en cuestión.
Claro, quizá esto no sucedió tiempo atrás pues no existían instrumentos de comunicación como los que tenemos ahora. Habría que ver si en la historia del Jazz en Argentina algún crítico logró cosechar tantas broncas, o definitivamente habría que investigar si en la historia del periodismo escrito en nuestra tierra algún diario importante tuvo como especialista en Jazz a un periodista tan poco instruido.
No se han generado, sin ir mas lejos, blogs que critiquen a especialistas como Diego Fischerman, de Página/12 o Federico Monjeau, de Clarín.
Otro aspecto que no deja de llamar la atención es que el diario no haya tomado alguna medida al respecto dado que las falencias de Pradines son verdaderamente fabulosas. Estaría bueno que, ya que se le brinda un buen espacio al Jazz, no se lo maltrate tanto.

2 comentarios:

Manuel Dueñas dijo...

Me parece que tú también la pifiaste, Gerardo.

http://www.bluemonkblog.net/2009/04/en-defensa-de-cesar-padrines.html

Carola dijo...

No se equivoca Gerardo en tanto lo que usted publica, Manuel, no es más que un texto en defensa de la EXISTENCIA de la crítica, sea ésta favorable o no. Lo cual es perfectamente loable pero de ninguna manera redime el paupérrimo criterio que sigue exponiendo Pradines en sus comentarios, que parecen buscar, más que aportar, llamar la atención sobre sí mismo.

Entrada destacada

A propósito de Mundstock y ciertas giladas

A propósito del fallecimiento de Marcos Mundstock volvió a aflorar esa actitud mediocre de refutar a un artista por sus posiciones políti...