sábado, 9 de abril de 2016

La pelota no dobla, Mauricio


El tipo se subió al tren y en un kiosco relojeó en la tapa de un diario que el fútbol dejará de ser gratis. Se puso a calcular, así por arriba, cuánto le costará la suba del gasto en tren y colectivo a él, el que se toma su mujer todos los días y el del hijo mayor, que ya trabaja. Sumó el incremento de la luz, del gas y se acordó de lo mal que la pasó el otro día en el súper. En ese contexto se imaginó sin la posibilidad de ver los partidos gratis, levantó la mirada, clavó los ojos en las instrucciones sobre qué hacer en caso de incendio, suspiró y siguió en silencio, como cada mañana.
Un gobierno que además de lanzar un tarifazo tan duro contra el pueblo encima lanza a rodar el rumor de que se termina el fútbol gratis no hace más que horadar su, de por sí, endeble base de sustentación. Es algo propio de un grupo de personas sin un registro fiel de lo que sucede en las barriadas populares.
Hoy, que han vuelto a lanzar la cacería sobre Cristina, demuestran que están desesperados, que no tienen proyecto de gobierno, que la realidad les devuelve dolores de cabeza, que ni sus aliados les responden, como los exportadores que siguen sin liquidar lo prometido.
Entonces creen que imputando a Cristina Fernández de Kirchner le van a llenar la heladera al pueblo. A 120 días, Macri parece haber consumido todo su capital político y sólo les queda el rumor y los dichos de los que dicen que escucharon o que les dijeron tal cosa, pero no aparecen datos duros. Estamos en modo fiscalía del rumor y para colmo en manos de una casta de jueces federales impresentables que día a día se hunden en el bochorno, entonces, por si les sale mal lo de Bonadio, surge el fiscal Marijuan para aferrarse a Fariña ¡A Fariña! y ver si por ahí logran el cometido de apresar a Cristina, con lo que no hacen más que agigantar su figura y la movilización histórica con que la ciudad amanecerá el miércoles. ¿Cuánto les dura Cristina presa? ¿Cuánto calman a los despedidos, a los ajustados, a los jubilados que se quedan sin remedios?
No saben que qué hacer para tapar el sol con la mano y evitar que poco a poco la sociedad vaya verificando que el cambio sólo se trataba de una brutal transferencia de recursos a los sectores más acomodados de la sociedad.
¿Cómo siguen los tres años y ocho meses que le restan?

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