miércoles, 5 de agosto de 2015

Y creen que el gobierno gana por los planes...


Los aviones vuelven repletos de Miami con argentinos que van con dos valijas y vuelven con cuatro, pero bajan igual que como se fueron, puteando al gobierno, creyendo tontamente que si no hubiera estado Cristina habrían vuelto con más valijas aún. Este es el núcleo duro del asco, la fuerza bruta del odio a las políticas de inclusión que saluda efusivamente desde los bares de Palermo Rúcula a políticos opositores que la militan desde los estudios de A24 en la calle Gorritti a los de C5N o los de América, que están a un par de cuadras.

Para colmo, siguen creyendo que el oficialismo gana por los planes y el clientelismo: Hace poco llegué al mediodía a la casa de mi hermana en Tres Lomas y almorzamos viendo en directo cómo el intendente inauguraba un ala nueva del querido hospital, con equipamiento de punta. Más camas, más tecnología para ese lugar emblemático en cuyas camas nací y vi morir a mis padres. 

¡Ah no, pero Cristina gana por los planes!


El Cine Teatro Español, en cuya pantalla vi por primera vez un  avión y una teta, no da abasto en vacaciones de invierno. Llegó a tener cuatro funciones en un día ¡En un pueblo de 6500 personas!. Todo esto es producto de un puñado de muchachos que se nuclean en la Sociedad Española -propietaria del cine- y trabajan a destajo, porque por sobre todo lo aman. Pero en la sala hay un equipo de última generación que les entregó el INCAA para que se vea en 3D y HD. 

Ahí no hay planes, hay Estado...

Entonces un buen día en Tres Lomas se estrena "Rapido y Furioso 7" en la misma fecha que en Capital y todas las principales ciudades del país... Y hay un grupete de Salliqueló que se alquila una combi y se viene para no perdérselo y hasta se llegan fanáticos de Coronel Suárez, que está a más de 100 km de distancia, pero lo hacen porque les queda más cerca que Bahía Blanca...

Pregunto ¿Cuántas "pequeñeces" como ésta suceden en cada pueblo de nuestra querida patria? 

Camino a Tres Lomas paro en la YPF de Trenque Lauquen, que está repleta por las vacaciones de invierno. Le pregunto al pibe que me atiende "¿Mucho tráfico?" y el gesto de "puff" lo dice todo. La ruta de ida y vuelta está pesada, camiones a rabiar y camionetas con los esquíes en los techos que marchan furiosas a Bariloche. Hay una realidad no televisada en la que, curiosamente, vivimos los más de 40 millones de argentinos y mientras un diario hace una investigación por supuestas irregularidades con el plan Qunita para que sus lectores fanáticos la voceen en la cola del banco, una piba acá y otro matrimonio allá reciben lo indispensable para el hijito que está por llegar, con un mensaje implícito que dice:

"Acá estoy, tomá, ojalá te sirva. Sé que no es mucho pero es lo que te puedo acercar hoy para estar contigo"

Postales contrapuestas de una realidad de carne y hueso, mientras en la tele Broda sentencia "La duda es si el ajuste lo hacemos planeado o a los golpes"

9 comentarios:

Peje dijo...

Y sumále un Centro Integrador Comunitario (CIC), construído por cooperativas de trabajo y provisto de equipamiento y móvil incluído. Aportes del Estado Nacional.
Que los eunucos bufen.
Peje

Unknown dijo...

Esto lo escribí hace un tiempo. Estamos hablando de lo mismo, Gerardo.

CAMPANELLA Y LAS LUNAS DE SANTA FE

Me dice “pavimentamos cien cuadras, en los últimos años se hicieron el 80% de las cloacas del pueblo, y el intendente tuvo que parar el loteo de algunos terrenos, porque los barrios nuevos casi duplicaron la cantidad de habitantes”.
Estoy en Roldán, a veinte kilómetros de Rosario, y el que me pone al tanto de todo esto es un colaborador de la secretaría de Cultura mientras nos dirigimos a la Casa del Bicentenario.
Al día siguiente, en Las Parejas, el relato es casi igual: el pueblo pasó de sesenta a ciento sesenta fábricas, recorremos una parte enorme de un lugar que literalmente no existía, y que se expande con calles y plazas nuevas, y hasta con clubes que por sesenta pesos de cuota social ofrecen pileta, gimnasio y recreación con instalaciones que jamás se verían por la ciudad de Buenos Aires.
(sigue)

Unknown dijo...

(viene del anterior)
Debe ser entonces que se me cruza por la cabeza “Luna de Avellaneda”, y a la semana siguiente, ya en El trébol, la idea se vuelve nítida. Jorge, el secretario de Cultura, me dice que hay doscientos inscriptos –doscientos chicos en un pueblo de veinte mil-, para las clases de música, que eventualmente integrarán una orquesta, igual que la que ya se formó en Las Parejas. Allá, Erica me explica el orgullo de los padres, la mayoría obreros metalúrgicos, asistiendo al concierto de sus hijos, que caminan unos metros desde la sala de ensayo y pueden tocar en una sala completamente equipada, la Casa del Bicentenario de la ciudad.
Carlos, el responsable de Cultura de Venado Tuerto, me da otra perspectiva sobre los usos de la Casa de allí; ha descubierto que puede proyectar “The wall” y lo hará durante unos tres meses poniendo como entrada un alimento no perecedero. Lo del cine también se ha vuelto usual en Las Parejas: si una maestra necesita ver una película lo hacen ahí, en pantalla gigante y a veces hasta en 3D.
Algunas Casas del Bicentenario se han construido a nuevo, como en Las Parejas, o han recuperado espacios históricos como en Roldán y El Trébol. En estos casos, lo que podría haberse demolido o convertido en una iglesia evangelista, se transforma en un patrimonio cultural. Unas cuantas décadas atrás, estos edificios eran un teatro extraordinario de la sociedad española (como el de El Trébol, hoy restaurado en todos sus detalles) o viejos clubes, como el de Roldán.
Por tercera vez, entonces, vuelvo a pensar en “Luna de Avellaneda”.
En definitiva, lo que observo durante un par de días, es un pueblo que triplicó su capacidad industrial, y otro que duplicó su población, en el marco de una explotación agrícola y manufacturera que a través del estado nacional redistribuyó los recursos. “Mi papá era trabajador industrial en el 2002” me informa Erica, la responsable de Cultura de Las Parejas. “Por ese entonces, cuando en el pueblo el trueque era habitual, se tuvo que jubilar. Hace poco, quisimos hacer un documental sobre la actividad industrial en Las Parejas, con la imagen de los obreros llegando en bicicleta a las fábricas; no hubo modo. Los obreros no llegan más en bicicleta, la mayoría tiene auto”.
(sigue)

Unknown dijo...

(termina aquí)
Y entonces sí, vuelvo por última vez a “Luna de Avellaneda” y su premisa: una ciudad industrial, tal vez la segunda más grande del país, con clubes sociales en cada barrio que, hundida por el neoliberalismo, pierde a sus fábricas, a sus obreros, y también a las asociaciones civiles que los albergan. El “Luna de Avellaneda” no es posible en esa nueva realidad histórica, y entonces Román, el personaje que encarna Darín, a quien un ícono de los días felices del peronismo como Alberto Castillo ayudó a dar a luz, se debate en cómo recuperar ese pasado, que personaliza en una nena de la villa que quiere hacer ballet en el club.
Como buen liberal, Campanella confía en la solución individual tanto para encauzar la historia como para contar su película: el eje pasa a ser la chiquita, el voluntarismo a ultranza que focaliza en ella el motivo de la resurrección. Cómo los atravesó el neoliberalismo, cómo los envileció, cómo rediseño ese país, y con él a los viejos clubes que pertenecían a otra realidad, es lo que menos importa. Y si la política, encarnada en el personaje de Fanego, busca una solución posible, las tintas se le cargarán: se lo sospechará corrupto, ventajero, insensible. Como espectadores, los resortes emocionales de la trama nos ponen contra él, es decir, contra la política, sin advertir que la salida de Darín –en 2004, cuando se filmó la película-, es irse del país: es decir, optar por el individualismo una vez más y dar la espalda a una posible construcción colectiva.
Una filósofa como Susana Murillo nos pone al tanto de esta manipulación en su ensayo “Luna de Avellaneda o cómo entronizar lo dado”; a él remito a todos los que quieran profundizar en el universo Campanella y en el mundo que nos ha deparado el neoliberalismo; ahora quisiera volver a Jorge, cuando me cuenta que su hija menor está en el ballet del pueblo, que han visitado países que ese grupo de chicos jamás hubiera imaginado, que no es una, como la chiquita de “Luna de Avellaneda”, sino decenas, y que, como a los pibes músicos del mismo Trébol o de Las Parejas, la disciplina artística se les ha vuelto costumbre.
Vine como integrante de La Causa Gracia, el grupo de humoristas que promovió la ley Nacional del Día del Humorista, para actuar a través del programa Café Cultura, del Ministerio, (parte de lo mismo, hay pueblos de Misiones en los que me encuentro con 500 personas en un cine teatro, un placer para mí, un placer para ellos, mediado por el estado) y me vuelvo como un cronista ansioso de relatar todo esto: las Casas del Bicentenario y sus instalaciones que rezuman dignidad, las orquestas y los ballets de pibes, las actividades permanentes y gratuitas.
Vine para hacer mi show de humor y me vuelvo con la respuesta al personaje de Darín, cuando en el final de “Luna de Avellaneda” preguntaba cómo se fundaba de nuevo un club, que era como decir cómo se vuelve a poner en pie un país.
Si lo encontrara, en caso de que hubiese regresado de España después de ver cuántas Lunas de Avellaneda han florecido, simplemente le mostraría a Roldán, Venado Tuerto, Las Parejas y El Trébol, y le diría: “Así se funda de nuevo un país, Ricardo. Así”.

Raúl dijo...

Estimados Carlos Balmaceda y Gerardo Fernandez:

Simplemente GRACIAS, MUCHAS GRACIAS por sus posteos.
Me emocioné hasta las lágrimas leyendolos, me emocione por esa gente que volvió a llenarse de esperanza en estos 12 años maravillosos.
Queda tanto por hacer!! Y hay mil, dos mil pueblos como Tres Lomas o Roldan a los qu eles faltan todavia mas cosas, y por eso no hay que bajar los brazos justo ahora, que esta la casa colectiva a medio hacer.

Los cantos de sirena decrepita de los enemigos seriales del pais no nos deben amilanar, ni asustar, ni desmoralizar. Nuestros hijos, nuestros viejos, nosotros mismos necesitamos que esta maquina no se detenga. Somos muchos mas, demostremoslo no solo en las urnas, sino también todos los días haciendo todo eso que contás y mucho mas.

Orgulloso de haberme sentido peronista aun después de los 40 (después de haberme equivocado tanto políticamente en mi vida, y pido disculpas por ello...creo que finalmente llegue a MI LUGAR POLITICO)
Orgulloso estoy de este gobierno y de esta Presidenta de lujo que tenemos
Orgulloso estoy de ser argentino, de no haberme ido ni en 2001 ni después tampoco, pese a que podría haberlo hecho.
Orgulloso estoy de tener un hijo argentino, nacido en este suelo, en esta epoca imborrable, que espero dure hasta que se haga hombre y pueda entender que debe cuidar todo esto, cuando yo ya no este mas...

Gracias de nuevo Carlos, me alegraste el día , la semana y el mes.
Gracias Gerardo, tus posteos cada vez me reflejan mas por dentro, fuiste uno de los primeros blogueros del palo que frecuente y uno de los mas lucidos. Espero que sigas por mucho tiempo haciendo esto que haces que esta muy bueno. También es patria, no lo dudes.

Después de tanta basura que se puede ver y leer en estos días, leer esto me insuflo la alegría que me estaba faltando. EL PAÍS REAL SIGUE ADELANTE Y NO LO PARA NADIE.

Abrazo peronista
Raúl

Politico Aficionado dijo...

Me han emocionado, compañeros. Gracias.

Miguel dijo...

Felices comentarios de toda esa argentina invisible para las grandes urbes, gracias y sigan igual.

uno dijo...

Gran abrazo a los comentaristas anteriores...sin dudas: "los mejores tiempos siempre son Peronistas".

Anónimo dijo...

yo también me emocioné, si nos ve el primo del Coco Silly se hace un picnic
fernandobbca

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