sábado, 11 de julio de 2015

El periodismo del fin de ciclo del periodismo


Durante meses pudimos ver, leer y escuchar a todo el periodismo independiente analizando cómo serían los pasos futuros de la presidenta de la Nación. Se decía que iría al Parlasur, para traccionar la boleta del FPV y, además, buscar una proyección continental.

Los mismos que con cara de "tengo unas fuentes maravillosas" decían esto, al día siguiente explicaban que en realidad, Cristina sería candidata a gobernadora para obtener los votos necesarios que le garanticen al kirchnerismo seguir en el poder y manejar desde ahí el país.

Como si nada, a los pocos días esos mismos comunicadores afirmaban con gesto de infalibilidad que el plan oculto de la presidenta era una diputación porque, más allá del peso que su candidatura, si algo en realidad le importaba era seguir en libertad y por eso necesitaba fueros, de paso constituiría su guarida en el Congreso.

Estos mismos comunicadores que aparentan vivir sobrecargados de primicias y certezas sólo tenían una duda y era cómo harían Cristina y su hijo para colocarse en la boleta del FPV por la provincia de Buenos Aires ¿Cristina primera y Máximo segundo? ¿Máximo encabezando porque así se lo muestra como el futuro líder y Cristina segunda, simbolizando la madre que acompaña el lanzamiento del heredero?

Ahora estamos asistiendo a un nuevo festival del periodismo independiente y son las intrigas sobre cómo conducirá el bloque de diputados Máximo Kirchner, a quien  todos, absolutamente todos lo dan como el futuro presidente de la bancada oficialista. No hay una sola declaración pública de Máximo al respecto como tampoco de La Cámpora o alguna otra personalidad influyente del oficialismo, pero a ellos poco le importa y siguen ratificando una especie que no tiene hasta el día de hoy ningún asidero.

El periodismo opositor de estos años ha terminado arrollado por los fines políticos de las patronales. Así es que día a día, el objetivo de cada comunicador es tocar una partitura que cautive a los gerentes editoriales sin importarle en lo más mínimo la música que se escucha en la calle. Existe un círculo vicioso que se realimenta minuto a minuto e inclusive se ha profundizado en este último tiempo donde la mayoría de las radios y canales están a unas pocas cuadras de distancia, lo que indudablemente aumenta el aislamiento de los voceros mediáticos.

Invitan a los políticos a los estudios de TV o les realizan telefónicas y el temario que proponen invariablemente es "coyuntura, los temas que está en la agenda"... o sea, la misma agenda que ellos vienen armando en base a los rumores e inventos que ellos mismos han creado. Y los políticos van, y si de vez en cuando pescan un oficialista, este pobre diablo tendrá que batallar durante 20 minutos con los opositores y los conductores que dicen exactamente lo mismo de los temas que ellos mismos han instalado como certezas. Por ejemplo cómo conducirá la bancada Máximo.

Y así van pasando los días y estos comunicadores siguen como si nada, entre otras cosas porque no tienen pruebas palpables de que la realidad no sea como ellos dicen. Sus días transcurren en bares y estudios de radio y TV y "la gente" que los saluda y les da ánimo para seguir en la batalla contra "la grieta" es la que habita el mundo de fantasía Palermo Rúcula. Tarde a tarde, noche a noche se los ve refritándose entre ellos en una orgía de supuestos que nunca se corroboran. Hasta que cierran las listas, hasta que hay elecciones y los resultados los desautorizan con crueldad. Entonces se las agarran con los dirigentes de la oposición, a los que maltratan de una forma inhumada, achacándoles todos los errores del mundo cuando en realidad estos pobres tipos no han hecho otras cosa que seguir a pie juntillas el plan de acción que gerentes mediáticos y ellos mismos les fueron bajando día a día desde sus programas y editoriales.

Pero la vida sigue, transcurren unos pocos meses y nuevamente el mundo rúcula les inyecta una dosis de ánimo, y alguna complicación del gobierno los convence que, ahora sí definitivamente está garantizado el ingreso al fin de ciclo del fin de ciclo. Nuevamente reverdecen las fuentes y las primicias y las palmadas de los gerentes y las felicitaciones del pueblo palermitano...

Y todo vuelve a empezar, hasta que un raro y hasta hoy desconocido tipo de plancton venga a anunciarnos que cierto tipo de periodismo ha ingresado definitivamente en la fase de descomposición.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el manejo que hace este gobierno de la información me parece admrable, no poder tener la data con anticipación y no ser ellos los que imponen esa data los pone como locos, nunca me voy a olvidar a Lanada diciendo que con YPF no había plan B un día antes de que se anuncie su nacionalización.
fernandobbca

oti dijo...

Eso que describís muy bien en el post siempre ocurrió en la historia argentina cada vez que hay procesos objetivos a favor de los intereses y objetivos de las clases populares.

Lo que pasa es que hay gente firmemente convencida (incluso en el propio peronismo) de que las creencias -aunque sean falsas- siempre tienen eficacia en la realidad. Muchas veces se habrá escuchado la frase (bastante tonta) "lo que la gente cree es un dato de la realidad".

Lo que nunca tenemos que perder de vista (no con los ojos sino con la mente) es que hay procesos objetivos y no es lo mismo creer a favor de esos procesos o en contra de ellos.

No es que periodistas y analistas opositores y oficialistas están en un mar quieto (vacío) y cada uno pregona sus creencias desde una posición imperturbable. Todos estamos siendo llevados por una marea, y esto es lo que se llama "proceso objetivo" porque esa marea es independiente de nuestras creencias, no fue generada por las creencias, por lo menos por las que son arrastradas en esa marea.

Si no existiera tal proceso objetivo no veríamos las piruetas y rídiculos de ese periodismo al que se refiere el post. Lo que les molesta no son las creencias que se le oponen, sino el proceso objetivo que arrastra a todos, incluso a ellos.

Por eso, siempre y en tales contextos, lo contrarrevolucionario o reaccionario es, por definición, irreal, porque el proceso objetivo nunca los avala.

Cuando los poderes reaccionarios y contrarevolucionarios triunfan no es porque hubo cambio de creencias, sino porque lograron forzar en los hechos el cambio del proceso objetivo. Y ese cambio, por lo general, es producido por acciones materiales, no simbólicas (aunque responda a ciertas ideas). Luego, las creencias se realinean conforme a los efectos de ese cambio.

Diría que lo reaccionario puede manipular creencias, pero no ideas, cuando éstas tienen aplicación válida en la realidad, como sucede hoy. Felizmente, el proceso objetivo responde hoy a una idea nacional y popular que lleva a todas las creencias, a favor y en contra.

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