martes, 11 de marzo de 2014

El juego sutil de Lila, Mauricio y el James Dean criollo


La experiencia de la última década nos muestra que en términos de construcción política Elisa Carrió es como esos niños de antes que se pasaban una mañana entera armando una casita con "mis ladrillos" hasta que de buenas a primeras le pagaban un patadón y no dejaban nada en pie.

Está por verse si seguirá repitiendo esa actitud y si creció. Hasta ahora pareciera que sí, pero no estaría de más esperar. Mientras tanto sigue planificando y su planteo de buscar alguna forma de acercamiento con el macrismo aparece como una jugada de alto estilo por la sencilla razón de que si el espectro panradical no suma todo lo que está por fuera del peronismo, no tiene asegurado un lugar en el ballotage, con el agravante de que Massa aparece como un gran competidor de muchos de sus votos. Los 10 puntos que les chupó en la provincia de Buenos Aires en octubre son sólo una muestra.

Carrió ve este escenario y opera con inteligencia. Sabe que la candidatura presidencial de Macri no va a tener la potencia necesaria como para disputar uno de los dos lugares en la segunda vuelta y que si llegado el caso el niño se encapricha y no se baja, los que se irán con el panradicalismo serán sus votantes, por eso este ronroneo. Lila es de esas mujeres potentes que manipulan a los hombres, ella lo hace en política. Usó a Solanas de manera maravillosa y ahora, si lo tiene que dejar marchar o si el cineasta vuelve a sentir esa pasión irrefrenable por ser el James Dean de la política argentina, lo dejará ir sin derramar una sola lágrima...

Ya le fue útil y ahora no puede darle lo que ella desea.

Pero el gran misterio en esta guerrilla de roces no es el director de "El Viaje" sino ver hasta dónde la blonda del impenetrable sigue manteniendo la calma y evitando que su sino destructivo le vuelva a arruinar sus dotes de gran planificadora.



2 comentarios:

Polito dijo...

Disiento parcialmente con su análisis, en el caso de Pepino Solangas.
El ex nacanpop tenía destino seguro de jubilación política en octubre de 2013, y Lila, gracias a los votos "Bóbedas lanatas" (que la recuperaron después de su hecatombe de 2011) lo traccionó hasta una senaduría porteña.
Es decir que en los hechos, Pepino usó a Carrió y no al revés.
Es más, de haber encabezado la lista al senado una lilita como Fernanda Reyes, tal vez Unen le hubiera ganado la elección al Pro.
Hablando de UNEN, aquí si estoy de acuerdo en que Lila utilizó a otros para su reconstrucción política.
En este caso los usó a Humberto Tumini, Prat Gay, Gil Lavedra y Victoria Donda, que fueron los que primero se "unieron", e invitaron a Lila y a Pepino a una interna, creyendo que los iban a derrotar, y se terminaron quedando afuera de todo.
En este ofrecimiento al Pro, también estoy de acuerdo en que Carrió busca usar a Macri y quedarse con sus votos. Y que si por eso Pepino se va dando un portazo, a Lila le va a importar poco menos que un catzo.
De cualquier modo, hay que ver si se concreta la UNEN-Pro.
Sabemos que Maurizzio es un inútil que no sabe ni espiar, ¿Pero tanto?

Anónimo dijo...

Y... es que el que se acuesta con Gorilitas amanece cagado.

O no vieron que cuando se enojan los bichos arrojan mierda a diestra y siniestra...

Eso sí, en serio, coincido desde siempre en que Gorilita Carrió no es ni una loca, ni una desquiciada delirante. Para nada. Es una astuta y taimada surfista de las oportunidades políticas, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. A veces ella misma cuando las olas de Clarín no alcanzan.

Buen post.
Saludos
Ladislao

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