martes, 8 de octubre de 2013

Lo inconfesable

Para los medios, el cuerpo de Cristina es en estas horas la metáfora de un gobierno que se viene abajo irremediablemente, hasta que la presidenta retome sus funciones y volvamos a padecer la dictadura pétrea que asola al país cual fuerza extraña que ha venido a inocularnos el mal a los argentinos.

En el cuadro de situación del dispositivo mediático, Cristina pasó de un día para otro y sin escalas del despotismo feroz a la endeblez más extrema. Ahora le quieren hacer creer a la sociedad que el golpe que sufrió del 12 de agosto está inexorablemente ligado a la derrota de las PASO. El voluntarismo antipolítico los hace fantasear con la imagen de una mujer desesperada y superada por los acontecimientos, algo que contrasta groseramente con lo que es Cristina como animal político de piel marcada por cuarenta años de mil batallas plagadas de victorias y derrotas.

Es que sin la lógica de la demonización, según la cual todo lo que haga el gobierno está mal, es imposible entender todo lo que se está diciendo y escribiendo. Por eso hay que alertar desde ya que si la intervención sale bien, como todo así lo indica pues es de muy bajo riesgo, y en pocos días la presidenta retoma sus funciones, van a decir que no era necesario poner en vilo al país con una situación que en rigor era poco compleja cuando han sido los mismos medios que militan minuto a minuto un antikirchnerismo cerril los responsables de inventar un escenario donde se amontonan las adjetivaciones y donde se confunde análisis con interés político e información con operación de prensa.

Si Cristina no está enferma de poder estará enferma de cualquier otra cosa y están operando en ese sentido, instalando la idea de que el país no puede depender de una sola persona que, además, sería frágil.

Ese es el diseño estratégico que ya se venía trabajando y que a partir de los últimos acontecimientos se se lo ha potenciado al máximo.

El objetivo sigue siendo que Cristina no llegue a 2015 pero por supuesto lo niegan y nos acusan de tremendistas a quienes lo denunciamos. Son como las proclamas golpistas del siglo pasado, donde los militares tomaban el poder manifestando que lo hacían para generar las condiciones de un retorno a la democracia plena. Jamás se dio un golpe hablando en contra de la democracia sino planteando que "se había llegado a un grado de descomposición tal que ponía en riesgo la convivencia nacional"

El mismo embuste discursivo de aquél golpismo que siempre se manifestaba a favor de la democracia explica hoy la preocupación fingida de los medios hegemónicos por que que la presidenta termine su mandato tal como lo indica la Constitución cuando en rigor quieren que, o se arrodille ante sus exigencias o se vaya cuanto antes.

6 comentarios:

walter dijo...

Ahora debemos valorizar el haber elegido a Boudou,que demuestra una lealtad admirable,imaginen a Nestor con Scioli de vice,a Cristina con Cobos.
Ahora hay que esperar,pero ni bien termine esta cuestión de la operación empecemos a responzabilizarnos y empezar a marcarle la cancha a tanto odiador en las redes y en la calle.
Nunca estuvimos ni estamos tan cerca de lograr altos grados de justicia,hací que no lo desperdiciemos dejando la cancha a los odiadores y egolátras disfrazados de republicanos

Nando Bonatto dijo...

suscribo de punta a punta

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo
Fuerza Cristina, Regina Campos

Daniel dijo...

Esto puede trazar un paralelo con el asunto de la re-reelección donde salvo Diana Conti nadie habló del tema y estoy seguro (esto es personal, claro) que Cristina estaba lejísimo de querer un tercer período. Sin embargo se han cansado de fogonear con el tema. Han hecho toda una épica de ir contra algo que no estaba más allá de su imaginación.

Como siempre, no nos dejan tiempo a evaluar si este gobierno es tan bueno siendo ellos y lo que acarrean tan podridamente espantosos.

Anónimo dijo...

Muy buen análisis, Gerardo. Nada que agregar, salvo la última frase de Daniel, con la que también coincido como síntesis más que clara.

Saludos.
Esther

Dioscórides dijo...

Fernández, no se hagan los rulos. Nadie de la oposición quiere esta papa caliente. Con un país al borde del default técnico, con la creciente crisis energética, con una agónica devaluación y con conflictos internacionales gratuitos, ¿te parece que alguien de la oposición va a saltar pidiendo "¡Dénmelo a mí! ¡A mí!"

No, no; que la bomba, si es que ha de estallar, lo haga en aquellas manos que de manera irresponsable amontonaron la pólvora.
La verdad, aún dentro de la oposición no se ve por el momento a gente con la madurez suficiente para hacerse cargo y menos solicitándolo. Mirá lo que te digo para tu tranquilidad, o para tu desasosiego sobreactuado.

No insistas Fernández, en disfrazar la torpeza gubernamental y las malas decisiones con solapados asaltos al poder que solamente ven Cristina y últimamente vos, cuando te conviene.

Si es una estrategia para mantener en alto la moral k, me parece una tontería, habiendo otros caminos más valorables y de corte político. Claro, eso les queda medio lejos.

Hasta ahora, tus últimos posteos están a la altura de cualquier vieja chusma de barrio: prejuicios tendenciosos y agitación de miedos pueriles. Un festival inócuo y en apariencia sin mayores costos para la feligresía k, desesperada por algun signo de que la cosa sigue en pie.

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