domingo, 13 de marzo de 2011

Pequeñas/Grandes historias

En los pueblos chicos es cierto eso de que "nos conocemos todos". En mayor o menor medida uno sabe algo del resto de los habitantes, uno se cruza con la gente o es vecino o pariente, pero siempre tiene a mano un par de respuestas cuando le preguntan sobre tal o cual familia. Cualquier habitante de un pueblo chico puede trazar un perfil de una familia o una persona sin haberla tratado nunca cara a cara, en un vínculo cuyo lazo más estrecho quizá sólo haya sido ese "chau" medio pa' dentro, medio mordido, con el que la gente se saluda en los pueblos por miedo a pasar por engrupido ya que todo aquél que no saluda en las pequeñas comarcas inexorablemente será siempre sospechado...

Ayer se conoció en mi pueblo la muerte de Carlos "El tero" Valdéz. Cuando en plena fiesta por lo 90 años de mi madre se lo comenté a mi hermano (eran de la misma edad y fueron juntos a la escuela y al colegio hasta que Oscar repitió en segundo año) agregué también este comentario:

"Esa familia es un ejemplo de lo que hizo el peronismo"

El padre trabajó toda la vida en el ferrocarril -era Guarda-. Ferroviario y por supuesto peronista como la gran mayoría de la familia ferroviaria de Tres Lomas. Benjamín Valdéz tuvo 6 hijos. Todos estudiaron: Eva,  Hilda  y Marina se dedicaron a la docencia. Carlos se recibió de Abogado, "Quiche" abandonó los estudios en La Plata (siempre sospeché que no soportó el clima de los años de plomo de los setenta) y "Pinino", la verdad que no recuerdo que profesión tiene, pero lo que me importa contar es que al contrario de cierta clases medias que olvidaron o directamente niegan que el puntapié inicial de su buen pasar se los dio el peronismo, los seis hermanos Valdéz siempre reconocieron un origen, una identidad, un porqué peruca.

En Tres Lomas la familia Valdéz es una más en la lista, nada la diferencia del resto. Simplemente a los que nos gusta bucear en algunos aspectos sociales de los pueblos donde nacimos se nos da por pensar en que familias como éstas son uno de los tantos testimonios que ha dejado el peronismo en eso de la movilidad social y el compromiso político y la pertenencia con una fuerza política en la que reconocen su razón de ser. Se nos ocurre emocionarnos al haberlo visto al papá llegar tantas veces a la estación con su uniforme de Guarda, se nos da por recordar el primer auto que se compraron y ese ejemplo de que se puede mejorar  pero siempre teniendo clara conciencia del origen.

Al que más traté fue a "Quiche", sin llegar a ser amigo. Nuestra relación nunca pasó de compartir ocasionales charlas grupales en el boliche o en la pizzaría con un vino de por medio. Eso sí, Quiche me prestó algunos discos que me marcaron para toda la vida como por ejemplo "Jazz" de Hugo Díaz, "Canto Monumento" de Carlos Di Fulvio y un par de álbumes de Miguel Saravia. Ya he escrito que sentía un fuerte respeto intelectual por él y el mismo amor por River (Cierta vez le pregunté cómo había salido La banda contra Huracán sobre finales de los setenta y ante  mi asombro por la derrota me espetó "El imperio romano también cayó...)

Muy probablemente el peronismo de Tres Lomas no habría caído en la desgracia en la que cayó (no tiene un solo concejal) de no haber fallecido Quiche en 1999. Siendo candidato a intendente el cáncer no le dio respiro y llegó a votar ya en sillas de ruedas, perdió, al poco tiempo murió y la pregunta sobre cuál habría sido el resultado de no haber estado tan enfermo quedó instalada sin respuesta en la comunidad.

Hace un tiempo murió también de cáncer Eva, la mayor de los hermanos, y ayer "El tero", que se había puesto como meta reconstruir el peronismo treslomense y lo estaba logrando poco a poco. Ese Partido Justicialista que se desdibujó con la muerte de "Quiche" había empezado a retornar de la mano del empuje de su hermano Carlos, "El tero", que fiel a la raigambre peronista estaba rearmando el partido al mismo tiempo que desplegaba una política de alianzas sumamente audaz e imprescindible para enfrentar con chances victoriosas al radicalismo gobernante.

Es bueno volver a casa luego de pasar dos días en el pueblo y tener un blog para contarte estas pequeñas/grandes historias.
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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hijo, el puntapie inicial lo da el estado de bienestar, que es una táctica del occidente de pos guerra para alejar a las masas del "peligro comunista".
Y si siguieramos en la linea de pensamiento que dice que mediante el peronismo un obrero ferroviario pudo darle una formadión profesional a su familia,la misma nos lleva a que el peronismo lo aniquiló como tal por obra de Carlitos Saul...
Adrian Ponce Bs As

Minaverry dijo...

Ah, sí, el "peligro rojo" echándole la culpa al peronismo de su propia incapacidad para seducir al Pueblo, ¿dónde escuché eso antes?

Por suerte, para desasnarnos, siempre están estos próceres que la saben lunga y nos explican el peronismo en cinco líneas...

guille dijo...

Abrazo gerardo,te cuidamos el rancho con carlitos y los muchachos.

dario dijo...

ayer al mediodia te vi en la casa de tu mama, (vivo a una cuadra) e iba a parar a saludarte, a felicitarte por tu programa (mucha gente de aca lo escucha) pero esa timidez siempre esta. Gente como vos haria falta en tres lomas, honesta y que no se olvidan de donde vienen. Saludos. Dario

Julieta Brunero dijo...

Hola Gerardo, para vos es lindo volver a casa y poder contar un poco de estas pequeñas/grandes historias.
Para mí, hija de Eva Valdez, es un placer y un orgullo que se conozca la historia de mi familia.
Y pensaba...cúanta razón tenés...la contaste tal como si hubieras sido amigo íntimo de alguno de ellos, o como si estuvieras instalado en el pueblo para conocer la reconstrucción del peronismo treslomense y las alianzas esperadas con fe y hambre de triunfo.
Me encantó y agradezco también el recuerdo de mi tío Quiche. Realmente esos comentarios como: "el imperio romano también cayó" eran únicos y muy habituales en él. Al igual que las noches de guitarra y recitados fantásticos.
A diferencia de mi tío Quiche, tanto mi mamá, como mi tío Carlos, luego de terminar sus estudios, y por diversas razones, decidieron seguir instalados en la ciudad. Pero puedo asegurar que ninguno de ellos ha olvidado sus orígenes. Quienes los conocían recordarán claramente que transmitían un increíble amor por su querido pueblo: “primero argentinos, segundo treslomenses”.
Y lo han transmitido tan bien, que el mismo ha quedado instalado en nosotros (hijos), aún… como dicen allá, siendo porteños.
Muchas Gracias. Saludos, y suerte con el programa!

Julieta Brunero

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