miércoles, 11 de junio de 2008

La derecha, el Estado y el pecado kirchnerista

La derecha es muy creativa. Cuando en los noventa se lanzó sobre el Estado cual vampiro sediento dijo que se estaba concretando la tan ansiada “Reforma del Estado”. Cuando en plena fiesta neoliberal arremetió contra las conquistas de los trabajadores, dijo que se trataba de la “Modernización laboral. Ahora califica de “Confiscación” a las retenciones sobre ganancias exorbitantes de la producción agropecuaria.
Es interesante analizar cómo se mueve discursivamente respecto al Estado y el gobierno. Dependiendo del tema en cuestión la derecha no dudará en situar al gobierno como legítimo administrador del Estado y consecuentemente reclamarle que haga uso de todas sus facultades, por ejemplo ante casos de inseguridad o conflictos con sindicatos. Pero, cuando el gobierno de la provincia de Buenos Aires sale a reclamar el pago de impuestos a los que más tienen, las usinas de la derecha comienzan a desacreditar ese afán recaudador y entonces ponen toda la carga en el funcionario y en sus tácticas recaudatorias. Mágicamente se deja de hablar de los ricachones que evaden, que falsean declaraciones juradas y se pasa a comentar las tropelías y supuestas excentricidades de Santiago Montoya. Ya no es el Estado que en uso de todas sus atribuciones legítimas está reclamando el cumplimiento de la ley. Es este personaje “molesto” que insiste en reclamar dinero que, además, “Después no se sabe para qué se utiliza”...
El curioso argumento que usan para encubrir el incumplimiento es que después no se sabe a donde va ese dinero, si a Salud y Educación o a los punteros y a los planes Trabajar.
Notable manifestación de ingenio evasor: Si sé adónde va mi plata y me gusta, la pongo. De lo contrario, no cuenten conmigo...
Es la lógica del barrio privado. Es la postura obvia de un sector que opta por abroquelarse tras murallas y seguridad privada, desentendiéndose del conjunto, saliéndose, automarginándose a vivir en pequeñísimos micromundos donde todo es pago. ¿Se puede pretender, entonces, algún compromiso tributario de un sector que con sus elecciones de modos de vida privados delata lo poco que le interesa el conjunto del país?

En el caso de la pauta publicitaria oficial, la derecha critica al gobierno porque le retacea publicidad a los diarios de Fontevecchia y Lanata argumentando que no es el gobierno de un sector sino de todos los argentinos, pero cuando el campo en clara actitud sediciosa se rebela contra medidas que aunque no le guste, son legítimas, la derecha le quita de un plumazo legitimidad al gobierno nacional trasformándolo discursivamente por poco en una voraz oficina recaudatoria para los afanes politiqueros del matrimonio Kirchner.
Se instala así la idea de que el gobierno es “de todos” para repartir publicidad o suministrar seguridad, pero de unos pocos –tan solo un sector- frente a la rebelión agropecuaria, de ahí que con toda naturalidad la TV haya partido la pantalla en los discursos presidenciales de marzo, poniendo al mismo nivel a los dos “sectores”: A la derecha hablaba la Presidenta de la nación (o de un sector), a la izquierda escuchaba y gesticulaba un dirigente provincial de una de las entidades patronales del campo.
En los últimos días han montado un escenario patético en torno al Defensor del pueblo, situando en un mismo plano a un gobierno legítimo que procede ajustado a derecho con un puñado de cámaras patronales que se niegan a aportar una parte de sus ganancias.
¿Lo mismo haría la derecha en un conflicto con un gremio? No, ahí exigiría el cumplimiento y acatamiento irrestricto de la ley.
En la base lo que hay es una embestida salvaje contra la posibilidad de reinstalación del Estado. Porque hay que ser claros: Si el Estado está en manos de amigos, la derecha lo respetará, pero no si cae en las manos de una banda de “Ex montoneros”.
Hay una ligazón regional entre la sedición agropecuaria y el secesionismo de la media luna ricachona boliviana y todo indica que este nuevo plano de disputa está recién amaneciendo.
Este conflicto se desata justo cuando llegan al gobierno fuerzas que independientemente de su grado de radicalización político-ideológica intentan revivir al Estado. En el caso argentino, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández no pueden ser vistos como a la izquierda del peronismo tradicional, pero han cometido el pecado capital de intentar revivir al Estado y el stablismenth no está dispuesto a perdonar tamaña herejía. Por eso el embate salvaje de la prensa y las corporaciones contra la Casa Rosada.
Luego del desguace del Estado había quedado todo muy claro: Está todo repartido y no se aceptan nuevos competidores, de ahí que el intento de Néstor y Cristina de volver a poner al Estado en el lugar que le corresponde merezca el peor de los castigos.Pareciera que por acá hay que buscar el eje de la disputa que se viene librando desde marzo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

BRILLANTE LA REFLEXION. BRILLANTE.

L! dijo...

Si bien la reflexión es acertada, me parece que en cierto modo esa conducta excede a lo que podríamos llamar "la derecha" y abarca a otros grupos sociales...
Sin embargo, en mi breve paso por el estado esa conducta de parte del empresariado era evidente y -para mí- burda: cuando se trataba de que el Estado regulara su actividad, "ah, no, como van a restringir mi libertad" pero cuando había un mango para repartir aparecían todos a pedir su parte...

Anónimo dijo...

Le agrego un detalle pintoresco de estos días a su comentario, Gerardo.
El "defensor del pueblo" que suponen debiera "mediar en el conflicto" entre el estado y la chacarerocracia es: un funcionario del estado.
Y eso que es una derecha "seria", que si no....
Saludos.

ram

el_eternauta dijo...

Excelente post, Gerardo.
Mi única duda es si realmente la derecha es tan creativa, o se ve beneficiada por esa "izquierda" autista que -sumergida en el enanismo intelectual para analizar procesos históricos y sociales- además de regalarle todos los espacios, muchas veces se sitúa incluso en el rol de "aliada", de manera totalmente funcional a una clase social infinitamente más lúcida en sus intereses y objetivos (como lo vemos en éste y otros conflictos, y como lo vimos en muchos momentos de nuestra historia).

Horacio Ricardo Palma dijo...

Pregunto, y la pregunta la plateo en los mismos términos de quien postea... si la "izquierda" piensa que la "derecha" es "mala", ¿por qué entonces les cuesta tanto aceptar que la "derecha" piense lo mismo, pero en sentido contrario?..."piensenlón" como dicen los porteños je je.
Abrazo
Horacio

Anónimo dijo...

Hola Gerardo. Estaba escuchando la nota que le hiciste a Eduardo Buzzi en enero del 2006. Parece otra persona. Muy buena, se tiene que difundir por todos los medios.
Felicitaciones.

Anónimo dijo...

Asi que es "stablishment" está en contra de los K? A mi me dá la sensación que hay mucha gente muy importante que está ganando bastante plata con los K. A los empresarios que participan en las licitaciones públicas les va muy bien. Los franceses del tren bala (y sus socios y lobbystas locales) supongo que también. En todo este tema de las políticas agrarias, hay muchas empresas dentro de la cadena de comercialización a las que les va muy bien (de ellas no se habla). El empresariado argentino se sentó el otro día a escuchar y aplaudir el discurso de Cristina. Los riquísimos empresarios a los que se les están transfiriendo importantísimos activos (caso Azquenazi con YPF, las generadoras, etc), no califican como miembros del establishment?.
Saludos

Libre Pensamiento dijo...

Perdón, pero uno hablaba de regalar y vender por moneadas al estado, no de "reforma" y a lo que se refiere como "modernización" uno le dijo la pérdida de las conquistas de los trabajadores. A esto no le llamo "confiscación" pero si un exceso ridículo, cuando en realidad se subvencionan a las mineras y no se estatizan los pocos recursos no-renovables como el petroleo. No jodamos, si quieren verdaderamente redistribución hay donde apretar, y estos chantas "K" no lo hacen. Siguen con sus 'pequeños' negocios.

Disculpe la pasión, pero me indikna.

Gerardo Fernández dijo...

No suelo responder a los "anónimos", pero como lo que dice este de las 00:09 es una chicana recurrente de cierta oposición progre lo respondo:
Es obvio que haya mucha gente importante que gane plata ¿o acaso no se dice en el post que "este gobierno no está a la izquierda del peronismo tradicional"?
Se debería leer con un poquito más de atención y no dejarse llevar por las atrayentes y exitantes "corridas por izquierda"

Anónimo dijo...

Vieron este video (un poco extenso, de unos 35 minutos) del programa de Chiche Gelblung en Canal 26, en el cual el editor del suplemento sabatino Clarín Rural, Héctor Huergo, desentraña como es la estructura actual de la producción agropecuaria en el país?
En él reconoce que el conflicto es con el agro es por dinero y que los productores no pierden plata. Indica que las expectativas de que el negocio siga siendo de gran rentabilidad está en duda por la intromisión en el rubro por parte del Gobierno con las excesivas retenciones.
El tema sobre el que habla muy poco (sobre el final del video) es el de la informalidad laboral y del comercio de granos en negro.
Recuerdo que hace algunas semanas en Página 12 se informó que Héctor Huergo tiene un interés directo en la cuestión de la soja porque preside la Asociación Argentina de Biodiesel e Hidrógeno.

www.managementpress.com.ar/videosc/2Chiche10-06.wmv


Chango

Ulschmidt dijo...

Muy complicado. Es así: siglos ha, cuando ni censos había, a la gente le cobraban impuestos donde podían. El Rey ponía unos soldados en el puerto y se quedaba con una bolsa de trigo de cada diez.
Después se vió que el impuesto debe medir la real ganancia, la real riqueza del contribuyente y se inventaron impuestos como: Ganancias, Bienes Personales, IVA, etc...
Luego acá, de pura emergencia, se reinventa el impuesto manoteador: te saco tanto de lo que producís, me importa un bledo si sos chico, grande, trabajás a pérdida, ganás poco, mucho.
Lo infame de la retórica "ganancias extraordinarias" es que justamente el mecanismo de retenciones no mide eso e ignora absolutamente la real capacidad contributiva del que retiene. Se pone como causa moral del impuesto justamente lo que no hace, y encima te lo dicen con cara de prócer indignado.
Era para salvar una emergencia, la del 2001, mientras los gobiernos tenían tiempo de ir mejorando la recaudación con los impuestos modernos y normales del mundo civilizado. El Gobierno nuestro, muy chanta, le vio el dulce de aumentarlo como quería, cuando quería, no copartiparlo, etc... y encima sobre un sector que consideraba muy manso y del cual encima se puede hablar mal recurriendo a la retórica boluda de la "oligarquía vacuna"...una papa.
Hasta que les pasó lo que les pasó. Ni izquierda, ni derecha, ni nada: gobierno chanta que se encuentra con el resultado de sus avivadas de cuarta. Punto.

Anónimo dijo...

Muy facilongo lo suyo, don ulschmidt, así que se llama "infamia" lo obvio..
Seguramente que es un delirio o un exceso de imaginación llamar "renta extraordinaria" a que valga 7 lo que valía 1 apenas anteayer.
Está perfecto su análisis, como el gobierno son chantas de cuarta, los argentinos no tenemos que tener estado que evite (o lo intente) que acá se pague caro lo que es barato de producir (sólo piense lo dulce del negocio, precio "internacional" por las nubes, evasión a lo pavote y salarios rurales en el inframundo y estos chantas que vienen a escupir el asado) - ¿se imagina a un francés parando el país para enfrentar al "puto" de Sarkozi, a "ese tipo", "ese conchudo montonero", y poniendo como paradigma un mono-desdentado (le falta un solo diente) a la misma altura o más arriba que al presidente electo?
¿Se lo imagina? sospecho que no.
Pero bueno, ya lo dijo Mempo Giardinelli: "es la democracia, estúpido" (es el título de la nota, ninguna alusión personal). Léala, es del página de ayer. No muerde ni es oficialista, su virtud quedará a salvo.
Saludos.

ram

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