Sin duda fue uno de los más grandes pianistas del tango, si no el mejor, y ya en los 100 años se cansó de vivir y se nos fue. Pero es tan larga la obra y la vida de Salgán que uno reaccionó ante la noticias con serenidad ¿Qué más se le podía pedir al maestro?
Horacio Salgán figura en los primerísimos lugares en la
historia del tango, pero mal, eh. Creo que está en la cima junto a Pugliese,
Piazzolla, Troilo y Julio De Caro. Pero lo que para mí más lo destaca es su
capacidad para mantenerse siempre dentro de la tropilla, sin aislarse, sin
salirse. Salgán manejó como nadie la tensión entre tradición y vanguardia: el
oyente no demasiado instruido podía disfrutarlo tanto como el melómano fanático
de los virtuosos. Es que Don Horacio fue un pianista de la hostia, pero como en
todo su arte, pocas veces se le dio por meterse en complicaciones para
demostrar cuánto tocaba. Fue lo suficientemente fino como para sugerir con su
toque cuánto dominaba el instrumento. Recuerdo ahora a Dolina diciendo
"Bienvenidos aquellos músicos que ensayan escalas que quizás jamás tocarán".
Escuche usted a Salgan haciendo A fuego lento o La llamó
silbando. Busque los vinilos o Cds del Quinteto Real -del primero, ese en el
que estaban el gran cadenero Pedro Laurenz en el fueye, Francini en el violín Kicho Díaz en el bajo y De Lío en la viola- Fíjese en las disquerías que hay un CD en
oferta que contiene una actuación en vivo con Ubaldo De Lío donde hacen
versiones esplendorosas de Taconeando y A Don Agustín Bardi, entre otros clásicos
para comprobar el tamaño musical de este gran maestro que acaba de fallecer.
Y sepa que la grandiocidad en la música popular no pasa
exclusivamente por esa demostración constante de virtuosismo, o, mejor dicho,
que el virtuosismo no es tocar 100 notas por minuto, sino demostrar en el instrumento
cuánto se sabe, y para eso en general con algunos acordes y alguna nota puesta
en ese lugar donde el resto jamás imaginó que podía estar basta y sobra.
Gracias, Don Horacio!
1 comentario:
Manolo Juarez siempre dice que tocadores de piano (entre los que se incluye) hay muchos pero pianistas, muy pocos. Y en esta categoría menciona a Oscar Peterson y a Horacio Salgán. Descanse en paz Maestro.
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