martes, 5 de enero de 2016

¿Es legítimo ir por la banquina de la Constitución?


Esta declaración del ministro del interior mete miedo de verdad, más cuando proviene del nieto del hombre fuerte del gobierno de Arturo Frondizi, aquél que perpetró el represivo Plan CONINTES (Conmoción interna del Estado). Ahora bien, independientemente de esta evocación, por lo menos parece una burrada grosera plantear que es legítimo modificar leyes aprobadas por el parlamento por decreto. La única razón por la que el gobierno de Macri recurre a este accionar de suma precariedad institucional es su falta de disposición para someter al parlamento los proyectos que pretende impulsar y construir en ese ámbito las mayorías necesarias que doten a las transformaciones que piensan realizar de la legitimidad imprescindible. No es bajo ningún aspecto legítimo recurrir a la decretomanía y buscar, al mismo tiempo, congelar la bicameral que los debe revisar, de modo de avanzar por la banquina de la Constitución.
Hoy en Radio Del Plata, Romina Calderaro dijo que mucho de lo que está sucediendo le recuerda la letra “Lecciones de urbanidad” de Joan Manuel Serrat, y la verdad, no está para nada equivocada.
Cultive buenas maneras
para sus malos ejemplos
si no quiere que sus pares
le señalen con el dedo.
Cubra sus bajos instintos
con una piel de cordero.
El hábito no hace al monje,
pero da el pego.
Muéstrese en público cordial,
atento, considerado,
cortés, cumplido, educado,
solícito y servicial.
Y cuando la cague, haga el favor
de engalanar la boñiga.
Que, admirado, el mundo diga:
“¡Que lindo caga el señor!”
Hágame caso y tome ya
lecciones de urbanidad.
Tenga a mano una sonrisa
cuando atice el varapalo.
Reparta malas noticias
envueltas para regalo.
Dígale al mundo con flores
que va a arrasar el planeta.
Firme sentencias de muerte,
pero con buena letra.
Ponga por testigo a Dios
y mienta convincentemente.
Haga formar a la gente,
pero sin alzar la voz.
Que a simple vista no se ve
el charol de sus entrañas.
Las apariencias engañan
en beneficio de usted.
Cultive buenas maneras
donde esconder sus pecados.
Vista su mona de seda
y compruebe el resultado.
Que usted será lo que sea
– escoria de los mortales –
un perfecto desalmado,
pero con buenos modales.
Insulte con educación,
robe delicadamente,
asesine limpiamente
y time con distinción.
Calumnie pero sin faltar,
traicione con elegancia,
perfume su repugnancia
con exquisita urbanidad.

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