Radio 10 surgió con un objetivo muy claro: ser el
amplificador de una audiencia que si la definimos ideológicamente iba del
centro a la derecha. Estuvo muy bien pensada desde la artística hasta el más mínimo
detalle. Con campañas ingeniosas como por caso embanderar los autos para los 25
de mayo en tiempo récord capturó a ese oyente tipo, preferentemente machista,
reaccionario en lo ideológico y tirando al autoritarismo en lo político. Un
oyente sin filtro como esos tacheros siempre prestos a descerrajar: "Acá
tiene que venir un Franco o un Fidel Castro, porque este país es una joda".
La selección de figuras fue perfecta: Desde Gelblung hasta Hanglin, pasando por
el Negro Oro, Baby Echecopar y Eduardo Feimann.
Todo funcionó a la perfección hasta que fue vendida
al grupo Indalo en 2012. Pese a que el contrato de venta incluía una cláusula
donde la nueva patronal se comprometía a conservar los contratos vigentes, a
poco de andar se comprobó que eso era impracticable y las controversias con las
figuras desencadenó despidos y éxodos negociados que fueron configurando una diáspora
de audiencia que fue muy bien aprovechada por Radio Mitre, que fichó a Marcelo
Longobardi cuando fue echado y luego sumó a Lanata, con lo que confeccionó una mañana poderosa.
La otra emisora que se benefició con la dispersión de la creación de Daniel Hadad fue La Red, que se
llevó nada menos que a Jorge Rial, entre otros.
Radio 10 hoy está en aprietos y aunque exhiba como
disparador algunas trifulcas entre sus conductores, su problema de fondo es que
está padeciendo una grave crisis de identidad. Ya no es el amplificador de las
posiciones más reaccionarias que la hizo crecer pero tampoco se asume como un medio
"políticamente correcto", más moderado. Por estas horas es
prácticamente imposible dibujar el perfil del oyente tipo de esa emisora, algo
que se factura carísimo en un tiempo histórico donde se comprueba
cotidianamente que las propuestas más taquilleras son las que tienen una toma
de posición explícita en el debate político cotidiano y donde experimentos como
el de Radio Continental también están sufriendo las consecuencias de sostener una
programación con dos talibanes anti K, como Nelson Castro y Fernando Bravo,
manteniendo a Víctor Hugo Morales entre ambos.
7 comentarios:
AM escuchan solo los tipos de 50 para arriba...
Ya no mueven el amperímetro electoral...
Roberto Petruzza
Si, tenés razón. La prueba está en que Lanata no genera nada en Mitre...
No genera nada. Lanata es funcional al kirchnerismo, como Carrió... Porteñocentrismo al mango y audiencias redundantes...
Roberto Petruzza.
Si no mueve el ampirimetro,entonces para que cadena nacional,si radio mitre la escuchan los de 50 para arriba,canal 13 trece esta segundo en el rating,TN pelea con C5N,Clarin pierde ventas de ejemplares,el discurso del gobierno es un contrasentido.
Muy buen post. Estoy muy de acuerdo. Es el problema de comprar llave en mano al contrario (?) sin tener en claro para donde ir y luego quedarse sin el pan y sin la torta. Creo inclusive que todos los medios comprados por Cristobal Lopez (un tanto oscuro personaje, no?), padeceran de esa pandemia. Veremos que pasa en ese lugar de poder e impacto popular que es Ideas del Sur.
Fraternalmente
Rojo y Negro
Otro caso es Débora Plager. Sonriente pero notoriamente contenida en C5N, ahora desde A24 se muestra como loca contra el kirchnerismo y llama a toda la oposición a unirse de una vez.
Radio 10 con Feinmann y Oro a la cabeza era el canal más resuelto de la derecha. Ahora, reina la confusión por esa cosa de pretender ser plural. Pluralismo con fórceps.
Un dolor de huevos para Feinmann sentarse cada tarde a ver como la sobrelleva con Roberto Navarro, por ejemplo.
Digamos que han obtenido logros para remarla desde esa cosa difusa que transmiten, como el de Robertito Funes Ugarte. Un tipo que se mueve como pez en el agua entre la crema de Parque Norte, pero también en las calles de La Matanza. Un distendido en medio de tanta cosa forzada.
Sin embargo, encabeza el canal de cable el ránking de su sector contra la caída de Radio 10 en el suyo. Raro.
Quizás el problema sea que se enfoca desde una mirada "ideológica" (digamos) una cuestión que es comercial, empresaria o, también, falta de idoneidad, comprar una cosa con un formato, una audiencia y llevarla a un limbo extraño, mix facho-progre.... el moco es mal adhesivo, se sabe..
Aparte de opinar, desde afuera no se puede influir, sólo ver que hacen, si venden o, ocuparse en definir una línea, un perfil de oyente y mercado, poniendo a los profesionales precisos para la tarea; dudo mucho que exista éso de "empresario K", a los tipos les interesa ganar guita y chau. Su "alineaación", si existe es porque cobran, en una u otra ventanilla... quizás el "rédito" kirchnerista con radio 10 sea su insignificancia actual, no aporta al aparataje anti K, concentrado en la radio satélite del diario de mierda....
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