viernes, 24 de mayo de 2013

Qué me deja la década kirchnerista

Si algo me conmueve de esta década es que pude participar de una movida que ya la creía por las nubes de la utopía en esos tiempos donde sentía que lo único que nos quedaba era criar a nuestros hijos de la mejor manera posible. Allá por el 2000, el negro Rada sacó el CD "Quién va a cantar" y ese tema era una oda a la derrota. Se preguntaba quién va  cantar cuando definitivamente nos hagan mierda. Nos quedaba eso y practicar voyeurismo político con algunos movimientos de otros países como por caso el zapatismo ya que  acá no pasaba ni pasaría nada, sentíamos muchos. Estaba clausurada la política y con ella truncado el movimiento popular.

Hoy estamos mucho mejor, sin dudas. Hoy dicutimos, por ejemplo, si nos falta energía por desidia gubernamental o porque el diseño energético que dejó el neoliberalismo sólo cubría la demanda de ese país del 30 % de desocupados con la mayoría de las fábricas cerradas y colapsaría ni bien se pusiera en marcha nuevamente el aparato productivo.

Pero si algo debo agradecer a esta década es haber conocido de cerca y de adentro al peronismo, esa fuerza compleja a la que fui conociendo y aprendiendo a entender por los amigos peronchos. Eso es lo que en lo personal más me deja esta década y no es poco. Porque uno viene de otro lado, porque uno procede de ese progresismo de zapatitos blancos, quejoso e inservible para las masas populares porque no tiene vocación de poder, porque vive en el amague, porque huye cuando hay que tragarse un buen sapo, porque no asume que la política se hace con seres humanos que así como te escriben una poesía también te cagan en el jardín.

En esta década entendí muchas cosas, la principal, sin dudas, consistió en experimentar una coexistencia pacífica con la contradicción, un trato de buena vecindad, sin agresiones. Aprendí que lo que hoy es blanco mañana puede tener otro matiz; que nadie resiste un archivo pero no por traicionero sino porque la vida es una dinámica frenética que te lleva de un lugar a otro y en esos vaivenes, de lo que se trata es de seguir manteniendo las mismas convicciones. Aprendí también que los melones se van acomodando en el camino y que lo más importante es tener muy claro para dónde va el carromato. En este aspecto, encuentro muchos puntos en común entre los sueños de aquél pibe que empezó a interesarse por la política en 1982 y este cincuentón que soy ahora. La diferencia es que cuando creía que no había retorno, que de la derrota no se volvía, pudimos cambiar y demostrarnos que se podían introducir reformas y que era posible mejorar las condiciones de los más desprotegidos.

Coexistir pacíficamente con la contradicción es un poco madurar. Haber aprendido que las cosas no son como uno las imagina, haber comprobado que hasta los hijos salen como ellos quieren y no como uno los sospechó.

El país está mejor luego de estos diez años y uno siente que en algo aportó también con este espacio de debate que es el blog y lo hizo junto a una banda desaliñada que vino a perpetrar "un asentamiento gramatical justo ahí, en el descampado que provocaste. Y no hay tutía, porque una vez que tomaron la palabra, lotearon el lugar y le dieron a cada uno su lugarcito, no se van más."

10 comentarios:

Ricardo Moura dijo...

Comparto plenamente, estimado Gerardo.
Abrazo,
Ricardo Moura.
www.opiblog.nuestraimagen.ws.

Gabriel Bobrow dijo...

Gerardo, te felicito por la claridad de tu artículo. Tomé tus palabras asociándome a ellas, y me encargué de difundirlas como algo valioso, producto de la mixtura entre intelecto y corazón. Gracias

Udi dijo...

Brillante, Gerardo, un texto pleno de "humanismo". Palabras que interpretan, exaltan y se apiadan de la condición humana. Eso somos, de carne y hueso, y convivimos en la diversidad y la contradicción. Los años, la comprensión, nos alejan de los apocalipsis, del todo o nada, del blanco pulquérrimo y el negro ominoso. La vida transcurre en las anchas bandas entre esos extremos.
Un abrazo en el día de la patria !

Gerardo Fernández dijo...

UDi: Y vaya una felicitación postrera a la canallada centralista!!

ram dijo...

A Néstor no lo voté, no tanto por él sino por su "padrino", el cabezón indigerible, aunque también que fuera él el que llegara al ballotage con el verdadero monigote indigerible y ahí sí, votarlo y llegar al premio consuelo de "puse mi granito de arena para borrar del mapa a este mal parido". Y no, el mal parido escapó como la rata inmunda que es y el tuerto tuvo que bailar con la más fulera y con el lastre del 22%. Ahí lamenté no haberlo votado y con el primer discurso, el jugueteo con el bastón y el encuentro cercano con esa cámara en contramano, pensar, "qué boludo que fuí..."
¿Certezas?, ninguna, por entonces todas las certezas eran una porquería¨; habrá sido pálpìto, intuición, instinto, lo que sea, no lo sé, sí sé que a ese presidente recién asumido ya lo veía, ya lo sentía, merecedor de ponerle alguna ficha.
No es poco para alguien convencido de que habían pasado 20 años de una democracia desperdiciada, descremada y de 0 calorías, hasta hacer innecesaria cualquier dictadura, si los "logros" les fueron mayores sin tanto malos modales y caras de culo.
Fue una década complicada, muy pesada a veces pero con esa tan grata sensación de que sí, ahora vale la pena. ahora tiene sentido y ahora sí hay posibilidades de que los hijos tengan una mejor vida en un mejor país, y éso, precisamente la hace una década impagable.

Daniel dijo...

Esta década dejó algo muy llamativo.
Cada cual tuvo que decidir un lugar donde sentarse con la imposibilidad novedosa de simularlo.
Cada cual tuvo que poner las cartas sobre la mesa, no hubo la posibilidad de esconder algunos naipes.
Y esta espada le cayó como a ningún otro, a los comunicadores. Esos que habían vendido chapa de impolutos.
Impagable va a ser ver como en la próxima década quedan parados y se desenvuelven después de semejante batalla.

Politico Aficionado dijo...

Como siempre es un gusto pasar por aquí para hacerle llegar un abrazo peronista a Ud y a todos los compañeros que pelean por una Argentina Justa, Libre y Soberana.

¡VIVA LA PATRIA!
¡AGUANTE CRISTINA!

elavionnegro dijo...

Muy interesante esta breve nota del compañero Gerardo Fernandez, quizá un típico caso de los tip@s que son perucas, sin percatarse. ja,ja. Es así nomás como dice la frase de Leopoldo Marechal:...el peronismo es como el otoño, que aun envuelto en hojas secas, viene cargado de semillas" y el gordo Gerardo a pesar de su edad bien puede anotarse en esas nuevas semillas que trajo consigo el PeroKirchnerísmo. Ahora si quieren buscar hojas secas, las encotrarán en los impresentables de los que se fueron de este Proyecto Nacional, Popular y Revolucinario. Abrazo fraterno.

elavionnegro dijo...

Muy interesante esta breve nota del compañero Gerardo Fernandez, quizá un típico caso de los tip@s que son perucas, sin percatarse. ja,ja. Es así nomás como dice la frase de Leopoldo Marechal:...el peronismo es como el otoño, que aun envuelto en hojas secas, viene cargado de semillas" y el gordo Gerardo a pesar de su edad bien puede anotarse en esas nuevas semillas que trajo consigo el PeroKirchnerísmo. Ahora si quieren buscar hojas secas, las encotrarán en los impresentables de los que se fueron de este Proyecto Nacional, Popular y Revolucinario. Abrazo fraterno.

facinlaburo dijo...

Un poco tarde, quizás, para el comentario, pero espero que lo leas: me hiciste lagrimear un poco, Gerardo.
Porque yo también soy, creo, uno de esos tipos que -como dice acá arriba el compañero elavionnegro- era peruca sin tenerlo del todo claro.
Personalmente lo más fuerte que me pasó fue la posibilidad de sentir el gorilismo. Una cosa era entenderlo casi como observador, pero sentirlo cotidianamente, sentir que uno es el objeto del odio de otro -aún si no está dirigido directamente hacia uno-, digamos que "no tiene precio".
Otra cosa que me marcó mucho fue ver la película Pulqui. Más precisamente, el llanto de Miguel Biancuzzo cuando no logran el vuelo, todo lo que hay en ese llanto. Eso no tiene nada que ver con la década, pero no sé si habría sido lo mismo sin ese sentir del que hablaba antes, que sí tiene que ver con ella.
Un placer pavo que tengo hoy por hoy es que en alguna charla alguien me tire "vos porque sos peronista" y sentir que no tengo que dar ninguna explicación.
Un abrazo.

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