
Si usted quiere vivir intensamente la sensación de pertenecer al exclusivo mundo de los ganadores, le propongo un ejercicio sin costo alguno que le brindará el placer de sentirse por un instante todo un señorito de Recoleta o de los countries más paquetes zona norte.
Busque un espejo (el que mejor se adapta al ejercicio es el del baño) y por las dudas baje persianas, ventiluces o cortinas asegurándose de no ser observado por nadie.
Párese frente al espejo. Ponga cara de serio y diga:
“EL CAMPO”
Repítalo un par de veces mirando fijamente su rostro. Luego, enfocando la forma que toma su boca. Repita nuevamente:
“EL CAMPO”
Busque un espejo (el que mejor se adapta al ejercicio es el del baño) y por las dudas baje persianas, ventiluces o cortinas asegurándose de no ser observado por nadie.
Párese frente al espejo. Ponga cara de serio y diga:
“EL CAMPO”
Repítalo un par de veces mirando fijamente su rostro. Luego, enfocando la forma que toma su boca. Repita nuevamente:
“EL CAMPO”
"EL CAMPO"
Bien. Ahora mírese y prenuncie:
“EL KEMPO”
Y repítalo un par de veces.
“EL KEMPO, EL KEMPO”
Rápidamente observará cambios en la inflexión de su voz y notará modificaciones en la expresión de su boca y rostro. En el punto máximo de éxtasis sonoro la boca tiene que dibujar una “O” bastante achatada como lo demuestra la foto que ilustra el post.
Notará que las comisuras de su boca se ensanchan y por un instante se sentirá uno de esos tilinguitos que gritan “VIVA EL KEMPO. POR EL KEMPO” en Santa Fe y Callao.
En realidad no es una “e” cerrada. Es una mixtura paqueta entre “e” y “a”. Como en tantas pronunciaciones de la lengua inglesa (Oh casualidad) hay que poner la boca dispuesta para pronunciar la letra “e”, pero se debe sacar una “a”. También puede ser a la inversa. Da un resultado igualmente muy fino.
Ahora sí llegará al punto justo de la pronunciación paqueta.
Repita el ejercicio varias veces y poniendo la boca con forma de “e” haga sonar una “a” y se verá transportado al corazón de Avenida Quintana.
Repita de nuevo:
“POR EL KEMPO”
“POR EL KEMPO”
Por un instante experimentará la fresca y divertida sensación de sentirse un concheto insuperable.
Bien. Ahora mírese y prenuncie:
“EL KEMPO”
Y repítalo un par de veces.
“EL KEMPO, EL KEMPO”
Rápidamente observará cambios en la inflexión de su voz y notará modificaciones en la expresión de su boca y rostro. En el punto máximo de éxtasis sonoro la boca tiene que dibujar una “O” bastante achatada como lo demuestra la foto que ilustra el post.
Notará que las comisuras de su boca se ensanchan y por un instante se sentirá uno de esos tilinguitos que gritan “VIVA EL KEMPO. POR EL KEMPO” en Santa Fe y Callao.
En realidad no es una “e” cerrada. Es una mixtura paqueta entre “e” y “a”. Como en tantas pronunciaciones de la lengua inglesa (Oh casualidad) hay que poner la boca dispuesta para pronunciar la letra “e”, pero se debe sacar una “a”. También puede ser a la inversa. Da un resultado igualmente muy fino.
Ahora sí llegará al punto justo de la pronunciación paqueta.
Repita el ejercicio varias veces y poniendo la boca con forma de “e” haga sonar una “a” y se verá transportado al corazón de Avenida Quintana.
Repita de nuevo:
“POR EL KEMPO”
“POR EL KEMPO”
Por un instante experimentará la fresca y divertida sensación de sentirse un concheto insuperable.