Está muy claro que
el gobierno comunica pésimo y que es
virtualmente imposible que logre mejorar este aspecto. Los
Kirchner detestan a la prensa y aunque uno comparta las
motivaciones de ese odio no entiende cómo cuadros políticos de ese nivel
han ofrendado la Comunicación al enemigo.No se entiende tamaña cerrazón porque no es que a veces se comunica mal y otras bien,
directamente no se comunican ni siquiera los logros.
Enganchado con esto ando pensando en el problema del
INDEC desde el lado de la
comunicación y pienso que independientemente de las cuestiones técnicas y de los errores cometidos, es casi imposible introducir algunos cambios estructurales si el dispositivo
mediático los veta de plano.
Sirinivasa me contaba el otro día que un amigo suyo dice que en el
INDEC había que operar con un bisturí pero el gobierno entró con una
motosierra… Supongamos que esta imagen con toda su contundencia
grafica descarnadamente la situación ¿Qué hubiera pasado se si hubiera entrado con el bisturí? ¿La reacción hubiera sido distinta?
Esa es la duda. Quizá al comienzo los medios no hubieran saltado como lo hicieron allá por enero del 2007 ¿Pero después?
Se me ocurre que es
virtualmente imposible ganar alguna batalla por la percepción cuando son los medios
los que imponen la forma de pensar los problemas públicos.
¿Qué hacer, entonces?
Ayer mismo, Gabriel de El Grito
Primal me contaba cómo en Venezolana y
Telesur se maneja y muy bien la
contrainformación. Acá estamos en pañales ¿Puede ser, por ejemplo, que el Canal público no tenga un programa de periodismo político tipo martes, jueves y domingo? ¿Puede ser que se regale esa franja alegremente?
El programa 6 7 8 es un avance en ese sentido, pero se necesita muchísimo más. Se necesita no sólo
contrainformar sino bajar línea propia,
darle argumentos a la tropa.El panorama en materia de medios
preanuncia que el actual estado de cosas no variará
sustancialmente. Espero equivocarme fiero pero creo que
la Ley de Medios no sale y hasta temo que si se la metiera en el parlamento se le empiecen a hacer
modificaciones tales que termine saliendo un instrumento que no sirva al principal objetivo que es democratizar la
comunicación en el país; democratizar el Dial, el Control Remoto y la palabra.
Mucho me temo que hay, además, otros problemas. El primero es que si sigue siendo cierto que las leyes responden a determinadas condiciones preexistentes (mi marxismo nunca fue fino y la memoria me asiste cada vez menos) o que la estructura determina la
superestructura, es bastante raro o loco suponer que en una realidad concreta donde el Poder de Clarín es tan soberbio, está tan extendido
territorialmente y
tan arraigado en la cabeza de la gente se puedan generar condiciones para sancionar una nueva Ley de radiodifusión.
Se me ocurre que sólo con un Poder popular fortísimo se podría
bancar tamaño empellón, y ese poder no existe hoy por hoy en Argentina.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Pero supongamos que se lograse sancionar una nueva ley ¿Alguien en su sano juicio puede pensar seriamente que eso arregla algo, que eso cambia algo, que eso genera nuevas condiciones?
¿Está el campo nacional y popular preparado para salir a explotar frecuencias de radio y
TV a nivel nacional? ¿Alguien cree que Clarín se caería a pedazos de la noche a la mañana?
Si Clarín conservara sólo Canal 13,
TN y Radio Mitre (cosa que la ley permitiría) tendría el mismo poder de fuego en cuando a instalar nociones y agenda.
Escribo todo esto a las apuradas porque me parece advertir cierta idea instalada en muchos compañeros que suponen que con la sanción de una nueva ley de medios se solucionan todos los problemas y no creo que sea así.
Cuando escucho, por caso, la querida Radio cooperativa –incluso cuando he hecho programas en ella- noto que la casi totalidad de los oyentes que se manifiestan son casi los mismos de siempre. Algo similar ocurre en Radio Nacional. ¿Eso suma? ¿Eso sirve? ¿No corremos el riesgo de vivir encerrados en cierto
microclima? ¿No será que además del poder de los medios grandes, también se trata de que nos ganan la batalla cotidiana, que llegan mejor a la gente?
¿No será que al fin y al cabo nos están ganando la discusión político-ideológica?
Continuará…(o no)
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