
Arrecian titulares y notas sobre los blogs K y todo lo que rodea comunicacionalmente al kirchnerismo. Hoy por ejemplo se pueden leer notas en La Nación donde desde
Rosendo Fraga hasta
Beatriz Sarlo la emprenden contra nosotros. Es una rara especie de Inquisición la que estamos viviendo. Todo aquél que saque los pies del plato de los intereses que defienden
Clarín y La Nación más el Grupo A será inexorablemente ajusticiado por hereje.
Si bien el kirchnerismo no es un proyecto que se plantee eliminar el capitalismo ni mucho menos; si bien puede ser caracterizado como un reformismo populista, pareciera que ello ya de por sí es un pecado fabuloso, merecedor por lo tanto de una condena ejemplificadora.
No es raro que desde Beatriz Sarlo a Rosendo Fraga se encolumnen para atacarnos, como tampoco que coincidan personalidades políticas que en apariencia tienen distintos proyectos, como pueden ser los casos de Silvana Giudici y Fernando Solanas. Hay algo que los une y es la necesidad imperiosa de borrar del mapa y como sea a un espacio político, cultural y comunicacional que está demostrando una creciente efectividad.
Hay una serie de valores, un fomato de país, un formato de debate político, un código que el kirchnerismo vino a patear y romper en mil pedazos. Esto es lo que enerva a unos y otros.
Jode a la derecha porque les quita negocios y jode a ciertos progresismos entre otras cosas porque los desnuda y los amontona con la peor escoria reaccionaria.
Sarlo y Solanas añoran los tiempos en que tenían un espacio confortable a la izquierda de las dos grandes corrientes del pensamiento político. Les molesta este kirchnerismo que les disputa cada espacio, les molesta que haya militancia y producción intelectual. Les incomoda sobremanera tener que esforzarse y mucho para seguir pontificando desde supuestos atriles progres, pero lo que más los malquista con nosotros es que no lo consiguen. No consigue Sarlo pararse desde un lugar interesante y pese a sus jinetas y a su pasado maoísta lo único que le queda a mano es el diario La Nación... Es feo, definitivamente, acabar despotricando contra una movida indudablemente creativa desde el mainstream del conservadorismo oligárquico.
No lo logra Solanas, que termina anudando acuerdos insostenibles con la peor derecha política en un minué de tacticismos que sólo terminan favoreciendo los intereses más reaccionarios y retrógrados de espectro político.
Sarlo en La Nación y Solanas acordando con Pinedo son la demostración de una Argentina vieja y deshilachada que se resiste a morir. Son la expresión del miedo de ciertas pequeñas burguesías que prefieren lo conocido al riesgo de internarse en los oscuros senderos de la búsqueda y la invención.
Nadie dice que esto sea un lecho de rosas, nadie dice que todo lo que hace el kirchnerismo nos guste (lo de ayer en diputados no me gustó, por caso, aunque lo comprenda) Pero de la misma manera, nadie puede seriamente negar que al kirchnerismo se lo va a recordar por medidas de gobierno de un claro contenido transformador. Se lo va a recordar por la ley de medios, por la Asignación Universal, por la Corte Suprema, etc. No por Ricardo Jaime.
Por eso hacen fila para denigrar a 678, a Carta Abierta y a los blogs, porque sienten que somos una manga de leprosos, de infectados que sólo existimos para joderles la vida. Entonces termina siendo lo de siempre, terminan algunos progres siendo instrumentos de las corrientes restauradoras, termina Eduardo Buzzi siendo el jetón que acaba fungiendo como uno de los principales generales que termina recuperando el botín para los Biolcatti y los garcas de siempre que, entre otras cosas, edificaron su poder sobre la base de la explotación de los ancestros de la Federación Agraria Argentina. Termina Beatríz Sarlo tergiversando la mirada sobre los blogs, mintiendo descaradamente con que nos valemos del anonimato para desprestigiar a los opositores lo mismo que Solanas, quien mientras acuerda con lo peor en el parlamento nos coloca en un lugar casi delincuencial a nosotros, a nosotros con quienes dos años atrás debatía (Fíjense
acá y
acá cómo en el invierno del 2008 Solanas y Argumedo me respondieron un post. Y fijense cómo nos tratan ahora...)
Por eso la idea de la Inquisición, por eso este odio que viene por derecha y por izquierda. Por eso esas ansias de borrarnos del mapa.
Para que todo vuelva a la normalidad...
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