Donna Summer brillaba cuando yo era rey, cuando logré una de
las máximas aspiraciones de mi adolescencia: Ser disc jockey en “Sirucho’s” aquél
boliche bailable de Tres Lomas que era junto a “Montoto” de Trenque Lauquen lo
más distinguido en la toda la zona. Donna cantaba cuando por un tiempo, que no
recuerdo muy extenso, los boliches fueron obligados a cerrar sus puertas a las
dos de la mañana. Al parecer, luego de las 2:15 AM la muchachada empezaba a
darle al marxismo de una forma que ni te cuento…
Donna cantaba “Love to love you baby” cuando solía irrumpir una
brigada de la Federal
de Pehuajó ordenando para la música, encender luces blancas y pedirle
documentos a cada uno de los presentes. Donna Summer era producida por Giorgio
Moroder, el mismo que compuso la banda de sonido de Expreso de Medianoche,
donde estaba el hit “Persecución”, aquél que arrancaba con ese “po po po po popo po po po po po po po po “ y que era usado como música de presentación del
noticiero “60 minutos”, de ATC con José Gómez Fuentes. Casualidades: el
noticiero emblemático de la TV
oficial mientras se perseguía y mataba a miles de personas desde el Estado
usaba de música característica un tema llamado “Persecución”…
Donnar Summer está en la banda de sonido de los que en la
segunda mitad de la década del setenta empezamos a salir, a andar de novio y
todas esas cosas que hacíamos los pibes de ese tiempo. Chicos que crecíamos con
una muy fuerte formación política en contra de la democracia y la política.
Porque política hay siempre, lo que por ahí falta es la democracia y el
funcionamiento aunque sea formal de las instituciones. El diario de Tres Lomas
hacía política, el intendente y el delegado municipal hacían política, el cura
hacía política, la liga de madres de familia hacían política, los capos de la Sociedad Rural hacían política
diciendo que no hacían política, que la política era sucia y corrupta.
Los discos de Dona Summer fueron los primeros que traían
versiones maxi y temas que llegaban a durar eternidades como 8 minutos, algo
que los disc jockeys valorábamos sobremanera porque nos permitía ir al baño,
hacer una pasadita por la barra, pispear para ver qué había en materia femenina
y volver luego al yugo. Recién ahí aparecían los enganchados de “Pato C”, que
también nos daban un respiro. Salvo eso, había que poner tema tras tema.
Auricular sobre el hombro para monitorear con aquellas eternas bandejas
giradiscos Sincrón y así hasta las 2 primero, las 4 después y hasta las 5, ya
en 1980/81. Sirucho’s Se empezaba a llenar a partir de las 11 de la noche ¡qué
temprano!
Donna Summer cantaba cuando al cerrar el boliche me iba a la
pizzería del inolvidable gordo Galli a morfar “calentitos” mientras sonaba una
y otra vez un LP de Ariel Ramírez tocando valsecitos criollos con Domingo Cura
en los bongoes.
Martita García me prestó un álbum doble de Peter Frampton,
ese que traía “Nena me gusta tu forma”. Se daba que mucha de la música que se
pasaba en el boliche era suministrada por compañeros y amigos. También sonaba
Boney M, La Bionda ,
Barry White (los lentos del negro Barry, por favor). Sobre los 80 vendría la “Fiebre
de sábado por la noche” con los Bee Gees. La ELO con “Ultimo tren a Londres”. Kiss, por
siempre los Stones, Toto con “Hold the line”; Pink Floyd con “Wish you were
here” (ese me lo prestó “La Pato ”
Milanese). En Salliqueló se escuchaba Supertramp (Salliqueló tenía más cultura
rock que Tres Lomas, lo admito) Tipos como Tata Errecalde o el pelado Gelado
tenían discos de la ostia. Por Gelado conocí a Wheather Report y Stelly Dan,
sin ir más lejos. Supertramp lo conocí en casa de Alejandra Mazzino. Tenía ella
un amigo de apellido Lanusse, sí de la familia del general, que andaba con esos
vinilos de acá para allá. En aquellos años la música no era tan accesible. No
todos tenían discos, en realidad los menos. Y no era sólo acceder al disco,
algo que en todo caso terminaba siendo lo menos costoso. El problema era
acceder a la información, enterarse de qué había salido. Me recuerdo los sábados
a las 20 escuchando una radio cordobesa que tenía un programa donde pasaban lo
nuevo. Tomaba nota y le llevaba los papelitos al negro Bernasconi o a José María
Rodríguez, los comisionistas del pueblo,
para que cuando venían a capital se fijaran si había algo y me lo compraran.
Seguramente los hits duraban más de la cuenta. Recuerdo “Dama
de azul”, por ejemplo y Roberto Carlos, Nino Bravo ¡Nino Bravo!! Sonando en el
Club Progreso… Camilo Sesto con Melina, Daniel Magal con “Cara de gitana”, pero
Donna, Donna era sexo, Donna estaba fuertísima, Donna era la reina de todos
nosotros.
Ayer, cuando terminaba mi programa de radio estalló la
noticia de su muerte y con el paso de las horas fui viendo cómo impactó en una generación
que creció bailando con ella y con una bota militar en la cabeza. Me vine
twitteando imágenes de aquellos tiempos. No puedo escindir a esta cantante de un
tiempo, de una etapa importante de mi vida. Con la música pasa que en muchos
casos nos acompaña, nos entorna, y hay sonidos, canciones o artistas que se
transforman en parte de nuestra propia banda de sonido. Eso es lo que pega, eso
es lo que pegó con la muerte de Donna Summer. Ella fue reina para todos los que
hoy andamos entre los 47 y los 57, ponele ¿Cuántos somos?
La banda de sonido de tu vida no está compuesta por lo que
te gusta sino por lo que sonó mientras vos ibas viviendo. Esto es lo que muchos
siguen sin entender y por eso se avergüenzan de recordar canciones pedorras,
deprimentes, porque no entienden que no son culpables si alguna vez apretaron mientras
sonaba Manolo Galván cantando“Te quise, te quiero y te querré”. Eso estaba ahí,
en LU11, como “Correo Radial”, como Canal 12 de Trenque Lauquen, como la
orquesta de Lito Rodríguez en los bailes de Thompson y La Porteña. La banda de sonido de
mi juventud tiene un fragmento largo con Donna Summer y al volver a escucharla
se me aparece de nuevo la veterinaria de Beto Cuesta y el dolor de un pueblo
por su muerte absurda, y me veo yendo a Salliqueló con Marcelo Sierra y aparece
el tío Alberto anunciando películas en la “sala del cine teatro español”. Si
hasta vuelven a retumbar las puteadas del Pirulo García en la cancha de pelota
paleta y se me aparece el “Pibe” San Gregorio, el “Tarta” jugando “maneado” con
revés de zurda y hasta el “Manco de Teodolina”, pelotaris legendarios de la
provincia de Buenos Aires. Lo veo al Negro Fernández de 6 en Unión y a Chichín
Medrano ganándole una carrera antológica a Antonio González y García (el de
Trenque Lauquen que piloteaba “la patito”) en el circuito Don Camilo. Me veo
llevándolo al “loco” Rodi a su casa, la noche que entrando al campo el “Teta”
Segurado le preguntó qué haría si se le pareciera el conde Drácula y el loco
espetó “me lo cojo” (andaba en una época de sequía sexual, digamos)
Y Donna Summer cantaba y mi hermano, que estudiaba medicina
en La Plata ,
venía los veranos y discutía ferozmente con mis padres por las cosas que
pasaban. Porque en casa se compraba La Nacion y Oscar vivía en directo el terrorismo de
estado en la ciudad de las diagonales. Nacía en el 78 Robertito que luego
terminó siendo una especie de hermanito menor. Boca ganaba la primera
Libertadores e Intercontinental, River compraba a Enzo Bulleri, de Ñuls, que
fue un fiasco. Pink Floyd publicaba “The Wall” en el 79 y así como sin darnos
cuenta fuimos olvidando de a poco a nuestra reina Donna, sus discos quedaron
arrumbados y su sonido entró en el terreno de lo vintage, hasta ayer, cuando
nos enteramos que murió, cuando Mary Gaita me dice algunas mañanas por Facebook
que está jubilada y boludeando, cuando algunos ya son abuelos, cuando otros ya
se murieron, como Ricardo Repetto y Sergio Bussman, cuando me reencontré, también
vía Facebook, con Juanita Barrionuevo (ahora sólo me resta saber qué fue de
vida de Elsita González, aquella compañerita calladita y con una cara de bondad
entrañable que tuve en la
Escuela 7 y se fue del pueblo, creo que en quinto o sexto
grado, que vivía en la calle 9 de Julio al fondo)
Donna volvió a sonar ayer para recordarnos que ya somos
gente grande, señoras y señores, aunque por dentro seguimos siendo unos pibes
de aquellos.
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2 comentarios:
Y con ella se fue un cachito de, casi, cada uno.
No sé, impresión mía nomás, pero me extrañó que no mencionara esa introducción lenta, remolona de, "On the radio", siendo un tipo de la radio, justamente.
O ese tema insípido hasta el aburrimiento de Barry Manilow, "It could be magic", que supo reinventar y que con sus jadeos sexies, escandalizaba a las veteranas de entonces...
Mi viejo me hablaba mucho de esos musicos que mencionas -)
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