lunes, 1 de agosto de 2011

La cristalización de la impotencia


Necesitaba escribir este post que publiqué ayer por la mañana, entre otras cosas para sacar afuera cosas que luego, al leerlas no dejaron de darme un poquito de asco, pero el ejercicio resultó fructífero porque al pensarlo durante un día entero y releerlo por enésima vez me sirvió para ver en esa redacción la cristalización de la impotencia, la queja del que no puede, del que no logró penetrar en un sector y por eso lo termina agrediendo.

Todo lo que dice el post es verdad y pese a su aire despreciable termina constituyendo un diagnóstico descarnado, cruel, pero irrefutable. El problema es que el post ataca a sectores que deben formar parte de nuestro colectivo político-ideológico. Yo no puedo agarrármelas con el encargado de edificios ni con el verdulero, muy por el contrario tengo que revisar nuestro accionar para ver porqué no hemos sido capaces de traerlos para nuestro lado o para entender las razones del ya famoso "voto cruzado".

No hemos sido capaces de romper cierto sentido común, cierto piso ideológico, porque quizá sea verdad esto de que los noventa dejaron una marca mucho más profunda que lo que creíamos. Bueno, a trabajar entonces por ese lado. Hacer política implica antes que nada convencer al otro que mi propuesta es mejor, que le conviene más, que le va a servir. Si no lo consigo el problema es exclusivamente mío. Pero hacer política es también revisarse de manera autocrítica, ojo, porque si no podemos caer en el error de pensar que  nuestra carencia es sólo incapacidad de comunicar, de cautivar, de hacer entender nuestra doctrina. Ojo que ahí quedamos a centímetros de lo peor que hay en política que es el dogmatismo, el dejar de pensarse críticamente a uno mismo, el dejar de revisar sus propios postulados y aceptarlos como una suerte de ley divina, de verdad irrefutable. Empecemos por aceptar que el votante porteño no tenía grandes motivos para pensar que un gobierno de Filmus sería muy distinto del de Macri. Vayamos despacito por ese sendero analítico, tranqui, nadie nos apura...
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11 comentarios:

Néstor Sbariggi dijo...

La política siempre da revancha en tanto y en cuanto te mantegas en forma para ser opción de poder. Claro que duele que Macri haya ganado casi sin despeinarse y no todo se explica por los errores propios sino también por los aciertos del contrario, no creo que sea tan dificil mejorar la performance en Capital (digo mejorar no ganar que es una forma de empezar) pero tendrá que trabajarse desde ahora mismo. Abel tira una idea acerca de impulsar internas abiertas y simultaneas. Me parece buena para tratar de generar un liderazgo en el distrito con presencia constante.

Saludos

Daniel dijo...

Uno no puede ser reflexivo todo el tiempo.
Porque además del intelecto existen las emociones.
Y a veces las emociones pegan en las tripas, en el hígado.
Y allí se habla con otra voz. Que es la que expresaste un poco en el citado post.
Muchas cosas se construyeron a partir de una reacción del triperío. No quiero decir que sea lo mejor. Pero si te pegan por ahí, es honesto confesar esa respuesta que no se porqué nos empeñamos tanto en reprimir socialmente, últimamente.
Una cosa es ser reflexivo, educado y otra un robot a cuerda que es lo que muchos quieren.
En todo caso, ciertos "análisis" prolijitos en La Nación esconden bien entre líneas el veneno y si hubiera duda de ello, basta leer al pie los comentarios que desbordan de tal.
No quiero decir que hagamos lo mismo, pero tampoco la pavada.
Ojo que ellos nos están reclamando a los gritos ser "civilizados", pero todas las mañanas lo tienen a Chiche Gelblum para sentirse bien canalizados en su resentimiento.

rinconete dijo...

Gerardo

Macri hizo una gran elección y hace 4 años que está en campaña. Desde el 2002 viene preparando el terreno, ganó el balotaje en el 2003 aunque perdió la segunda vuelta y finalmente ganó en el 2007. A la retórica antipolítica de la ¨gestión sin crispación¨ y demás banalidades repetidas por una peso pluma como Vidal, le agregó punteros aguerridos como Ritondo que le alambraron el sur porteño.

El FPV eligió tarde a su candidato, definió una campaña que nos hablaba a vos y a mi en lugar de tratar de convencer al votante de Macri que dice querer elegir a Cristina en octubre, y pareció conformarse con una muerte digna, de esas que enamoran a los partidos testimoniales pero que no deberían ser una opción para uno con vocación de poder.

Más allá del mensaje, creo que el mayor error del kirchnerismo fue el de no contar con referentes locales de largo plazo, no ocupar el distrito durante los dos años de seguidilla de errores macristas. No hacer política, rosca, no generar presencia.

Para saber que el mensaje es el equivocado, antes hay que estar seguro que fue enviado.

Estoy de acuerdo que ahora hay tiempo. Que no nos agarren dormidos en el 2015, con otros 4 años de campaña con globos y punteros.

Gerardo Fernández dijo...

Rinconete: Coincido y mucho con este párrafo:

"Más allá del mensaje, creo que el mayor error del kirchnerismo fue el de no contar con referentes locales de largo plazo, no ocupar el distrito durante los dos años de seguidilla de errores macristas. No hacer política, rosca, no generar presencia."

Saludos

Daniel dijo...

No puede dejarse de lado observar que el macrismo no tuvo UN solo hecho positivo de gestión.
Quién es tan irracional de renovarle el período a alguien que no hizo NADA positivo en cuatro años? Que no tuvo hechos para mostrar?
Cómo se vota sin un solo argumento en la mano?
Menem tenía un spot que decía:
-"Menem lo hizo".
Por más cínicos que fueran sus votantes de segundo período podían mostrar eso como argumento. Lo que se hizo constructivamente.
En este caso no hay nada. Ni siquiera un mísero tramo de subte en una ciudad donde el tránsito es una pesadilla.
Por lo tanto, este fue un voto de trinchera. Por la no penetración del gobierno nacional en el distrito.
Ni siquiera les importó la certeza de que un gobierno afín al nacional iba a traer obras fundamentales en serio.
Ni siquiera les importó enterrar su pertenencia histórica (caso radicalismo).
Por lo tanto, si estamos estudiando como dirigir el mensaje hacia el porteño, tenemos -en mi opinión- que partir del gobierno nacional y no tanto de sus representantes en militancia o legislación en la ciudad, que son vistos por estos votantes como chirolitas del ejecutivo nacional.

rinconete dijo...

Un abrazo,
r.

PR dijo...

No es tan difícil: Macri volvió a ganar en TODAS las comunas. Obviamente arrasó en Recoleta.
Pero que pasó en Pompeya, Paternal, Bajo Flores, Retiro- donde está la villa 31- y demás barrios de clase baja?
Creo que la distancia entre relato y realidad que refería ayer, es definitoria.
Cómo explicarle al verdulero de la esquina que el INDEC persiste en la mentira pero que Filmus no responderá ciegamente a la voluntad del gobierno nacional?
Que la ciudad autónoma dejaría de serlo con un candidato tibio, que dependería cada día del mismo gobierno que miente tan toscamente sus cifras?
Entre los vecinos de Recoleta está claro porqué lo votaron.
Juro que en este último mes me sorprendió chalar con alguna personas- el portero de mi edificio, por ejemplo- que votarían a Macri por hartazgo con la mentira.
Hay que rever ese punto. Acentuado por el impacto del caso Hebe-Schoklender, que puso en jaque otro aspecto de credibilidad.
Después de la noche de la 125, le escibí un mail a Mempo Giardinelli, que gentilmente respondió. El sostenía que se hacia indispiensable remover a Moreno, volver a dar cifras creíbles, porque sino se minaría cada vez mas la credibildad. Eso fué hace tres años. Nada cambió.
La "profundizción del modelo", pareciera entonces un slogan nada prometedor para mas gente de la que el oficialismo cree.

Leandro Hanc dijo...

Nada cambió desde la primera vuelta, las conclusiones son las mismas:

Por un lado tenemos que seguir ejerciendo nuestra tarea militante.
Como leí por ahí, el militante no debe defender la gestión. Los funcionarios deben defender su gestión. Lo que hay que hacer es generar conciencia crítica. Convencer uno por uno de porqué les conviene votar al oficialismo (o sea, de porqué les conviene más éste modelo que el otro), de explicar que no hay nada de "nueva política" en Macri.
Para mí la clave sigue siendo derrotar el mito del mérito, la meritocracia, que es lo que sostiene el capitalismo como sistema, y sobretodo el capitalismo "sálvese quien pueda" de Macri.
Como exponés en este post, el porteño cree que se las sabe todas.Que es mérito suyo que le vaya bien. Esta ciudad es bastante cruel y salvaje, quizás por ahí viene ese mecanismo de defensa de los porteños. Para defendernos inflamos el globo del ego, y jugamos todo el tiempo al yo-yo.

Por otro lado, si tan inteligentes somos los "progres" tendríamos que encontrar la forma de construir un discurso más seductor para los sectores medios. Hay tanto semiólogo dando vuelta, utilicemos mejor nuestros recursos. Hagamos mejores "think tanks", pero "Progres".

Diego dijo...

Gerardo,

Al incluir en este post la frase "Pero hacer política es también revisarse de manera autocrítica, ojo, porque si no podemos caer en el error de pensar que nuestra carencia es sólo incapacidad de comunicar, de cautivar, de hacer entender nuestra doctrina" contestaste mi comentario en un blog anterior.

Slds,


Diego

Mabel dijo...

Te entendimos Gerardo .Compartimos tu desilusión o tu ....bronca ..o tu "lo q sea" y todos sentimos parecido
Lo sabiamos pero molestó
A seguir -

Mabel dijo...

Leandro y Daniel ;yo creo q por varias cosas q leí (sobre todo de Página y la encuesta de la universidad )ustedes tienen razón.
La mayoria de los votantes porteños creyeron en lo q su candidato dijo Comprobar los dichos con los hechos no importó.El error de la campaña de Filmus estuvo en el discurso .
Rinco tiene razon la campaña empezó tarde y le hablaba al militante ya convencido en cambio Macri le hablaba a Doña María y al marido al q le tocaba timbre .(No importa cuantos timbres tocó )Le creyeron su cercanía con el vecino ,le creyeron q trabajaba (no comprobaron cuanto tiempo jugaba al tenis o hacia gym o paseaba por ahi )le creyeron todo

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