La Ley de Medios ya está ¡Úsenla!

Hoy temprano cuando leí esta nota de Carlos Pagni tuve el impulso de postear sobre cómo el dispositivo mediático sigue con los tapones de punta contra la ley de medios pero al toque caí en la cuenta que iba a llover sobre mojado y que repetir los mismos argumentos ya esgrimidos casi hasta el hartazgo no tiene sentido, o si querés, no lleva a ningún lado. Las grandes empresas de medios van dar batalla muerte contra la ley porque, entre otras cosas, legisla en contra de sus privilegios. Están acostumbrados a vivir sin ley, entonces cualquier normativa no pensada por ellos la tomarán como invasiva y por ende como algo contra lo que hay que luchar a brazo partido. No hacen nada nuevo. de ahí entonces que debamos preguntarnos desde dónde abordamos la cuestión en esta nueva etapa y creo que lo central es mirar para adelante, poner a full la imaginación para idear nuevos medios, nuevos espacios y nuevos contenidos, entre otras cosas para no caer en la trampa que se nos tiende que no es otra que seguir discutiendo eternamente la ley de medios. En todo caso, deberán darse los debates que sean necesarios, aunque se repita todo lo dicho en su momento pero con urgencia hay que salir a sembrar lo nuevo.

Es urgente que la sociedad empiece a ver y escuchar consecuencias positivas de la nueva ley de medios y eso son programas de radio y TV y espacios que vengan a comunicar todo lo que el dispositivo mediático directamente ignora, pero también comunicar lo que ellos comunican aunque con otra mirada. Hay porcentajes altísimos de personas que están buscando una nueva comunicación, bueno, por ahí tenemos que trabajar.

Tanto cuando irrumpieron las radios de baja potencia como veinte años después, cuando aparecieron los blogs y las redes sociales, se demostró que hay espacios vacíos que están esperando ser ocupados. Ahora tenemos el gran espaldarazo legal para hacer lo que antes nos estaba prohibido. En aquellos años fundacionales de las FM barriales teníamos que partirnos al menos en tres partes: Unos se dedicaban a los contenidos, otros a lo comercial y los últimos a las cuestiones legales que pendían sobre las radios como amenazas constantes porque nadie sabía hasta cuándo las emisoras podrían funcionar ni en qué condiciones, Bueno, lo legal ya está cubierto y todo indica que esto es un piso del que es imposible bajar.

Hay que ponerse a pensar en contenidos y en nuevos medios ¡pero ya! Los grandes medios van a seguir existiendo y si tienen que desprenderse de algunas señales en la mayoría de los casos van a hacerlo dentro de un espectro que controlan. Es infantil imaginar que, por ejemplo, TN va a ser comprada por otra empresa que no sea de un grupo aliado a Clarín. El desafío es pensar una nueva señal de noticias y trabajar políticamente en todas las esferas para promocionarla.

El desafío es enorme porque no sólo se refiere al montaje en sí de una nueva señal sino también a ir logrando que en los bares, las verdulerías, las salas de espera de los centro de salud y demás lugares públicos donde se enciende un televisor se deje de sintonizar TN o Crónica TV. De poco sirve que montes un nueva señal si sólo la miran los amigos y los convencidos. Por ende, ir logrando que la gente sintonice nuevo canales es un desafío mucho más determinante que lo que a simple vista parece.

Los grandes medios van seguir existiendo y llegando a buena parte de la población entre otras cosas porque tienen habilidad y formación para hacer buenos productos. Radio Mitre no está tercera a la mañana sólo porque tenga mucha potencia sino porque tiene dos conductores que independientemente de su línea política saben hacer programas de radio y "llegarle" a mucha audiencia.

Uno de los riesgos que siempre está latente es emitir para un circulo en buena medida cerrado, que por momentos es lo que pareciera estar ocurriendo hoy, por ejemplo entre las audiencias de Radio Nacional, la Voz de las Madres y Radio Cooperativa o entre la audiencia del canal Encuentro y los productos de Diego Gvirtz, por momentos pareciera que es un mismo sector el que consume estos productos y también se lo nota en Facebook y Twitter donde diariamente nos vamos encontrando más o menos los mismos.

El riesgo de ser un grupo grande de militancia que termina operando "de, por y para" es siempre el más preocupante en estas experiencias porque a veces lleva a realizar ponderaciones equivocadas de la realidad. Si el que ve 678 al mismo tiempo compra Miradas al Sur y twittea con otros que hacen lo mismo se corre el riesgo de perder contacto con el resto de la sociedad, no sólo con los que piensan distinto, sino con los que tienen coincidencias y disidencias específicas.

Que no se malentienda, no despotrico de esto, es más, lo caracterizo como el gran valor agregado del kirchnerismo, que le debe y mucho a estos grupos de cibermilitantes gran parte de su buen presente político. Ningún gobierno ha tenido hasta ahora los "soviet" comunicacionales con que ha contado éste. El tema es que eso sirvió para bancar la derrota y apoyar en los momentos cruciales, pero ahora vienen tareas distintas, el futuro nos exige otras actividades y en materia de medios la historia nos está diciendo:

"Muchachos y muchachas, ustedes que tanto jodieron con una nueva ley de medios para hacer esto, esto y aquello, ahí la tienen, úsenla"