Seguimos pensando en torno a Kirchner - Scioli

Este rumor –la fórmula Kirchner – Scioli- que parece instalarse con fuerza como una probabilidad cierta habría que analizarlo en el contexto de una compulsa preliminar que va asumiendo características de “zona de eliminación directa” en tanto queda cada día más claro que quien no emerja bien parado del 28 de junio -una suerte de semifinal- quedará virtualmente eliminado para la final del 2011.
Y creo que las tensiones que se están generando en la política partidaria son producto de lo fuerte que están jugando factores de poder que se han lanzado a operar con un desenfado mucho más evidente que en el pasado.
Clarín, como vanguardia de la venezuelización del dispositivo mediático argentino ha salido a dar batalla abiertamente y en todos los órdenes, operando en la manipulación de la información, consumando reinterpretaciones de la historia reciente, como con la pasteurización de la figura de Raúl Alfonsín y asumiendo una postura decididamente reaccionaria en la publicación de informes como éste, que delatan un profundo contenido discriminador.
La sensación es que desde todos los ámbitos se estiran los límites y entonces se entra de lleno en terrenos inexplorados.
Hoy ya se está hablando de “candidaturas testimoniales”, un hallazgo de la ingeniería electoral, hoy una referente opositora no se sonroja en afirmar que va proteger a los grupos multimediáticos en la discusión por una nueva ley de medios de comunicación audiovisual; hoy los grandes medios no dudan tampoco en ocultar información, en mentir descaradamente y en someter el manejo de la información a sus intereses político empresariales.
Hemos ingresado en un tiempo donde ciertas formalidades han sido definitivamente sepultadas y donde la puja política comienza a mostrarse sin maquillaje, ofrendando una estampa que a mucha gente puede verdaderamente asustar.
Y el contexto principal sigue siendo el mismo: La estructura surgida de los noventa no está dispuesta a soportar ningún tipo de alteración. El status quo resultante del interregno menemista no admite reformas y saldrá con los tapones de punta contra todo intento de modificar el tablero.
Por eso se premió una actitud como la de Cobos en la votación por la 125 y acá vuelvo a un punto que me parece central, inaugural.
Históricamente tanto Clarín como La Nación reincidían una y otra vez con el respeto de las formas de la institucionalidad y escribían pastosos editoriales donde clamaban por el cumplimiento estricto de las funciones que emanan de la Constitución Nacional. Pero cuando Julio Cobos protagonizó un hecho sin precedentes en la vida política argentina e internacional al votar en contra de su propio gobierno, esa misma prensa no sólo no cuestionó su desprecio por las formas sino que salió a transformarlo en el referente de la civilidad argentina. Ahí se rompió algo, ahí quedó explicitado como nunca que las formas pasan a un segundo plano cuando se discuten cosas importantes, y ahí arranca en todo su esplendor esta carrera donde no importa si uno tiene un mandato y lo deja a la mitad para candidatearse para un nuevo período.
Las formalidades han sido definitivamente sepultadas. En la ciudad de Buenos Aires, ninguno de los miles de votantes que elegirán a Gabriela Michetti para legisladora local o diputada nacional se preocupa porque esta dirigente haya faltado al 95 % de las sesiones de la legislatura siendo que es su presidenta, como tampoco les importó que el mismísimo Mauricio Macri tuviera un desempeño penoso en la Cámara de Diputados de la nación.
Asimismo, ninguno de los votantes de Felipe Solá se preocupará porque el ex gobernador está dejando a mitad de mandato su banca para asumir uno nuevo, de la misma manera que los votantes de Alicia Kichner en Santa Cruz no se preocuparon cuando la actual ministra de Acción Social compitió al solo efecto de ganar la elección.

Estamos asistiendo al fin de una etapa en los métodos de confrontación política electoral y alumbrando escenarios nuevos que por el momento son indescriptibles en buena medida por ser totalmente nuevos.
Lo importante es tener muy claro que esta nueva fase engloba a toda la esfera dirigente argentina y que como bloque se está ingresando en nuevos territorios de disputa. Por supuesto que desde el dispositivo mediático opositor se le achacará al oficialismo la culpa de estas “novedades” mientras que de manera cómplice se apañan actitudes electoraleras en la oposición y va de suyo que desde el oficialismo se responderá en consecuencia.
Pero en la base de estos reacomodamientos está pasando algo, está surgiendo algo que no es ni bueno ni malo, simplemente es algo nuevo.