miércoles, 17 de septiembre de 2008
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4 comentarios:
Gerardo excelente tu comentario No puedo decir mas nada. Estoy muy emocionado escuchando el tema "la maldicion de Malinche" Y siento cierta verguenza ajena por los que vivimos en esta supuesta tierra que recibe a todos sin importar su credo, ni su raza.
ddrosario
Gerardo, me estoy yendo tal vez del tema pero tengo algunos interrogantes:
¿Evo . . . sigue reunido con la "Mesa de enlace"?
La detención de nazi Leopoldo Fernández . . . ¿fue tal brutal como la de De Angeli?
Cecilia Pando . . . ¿no tendríamos que mandarla a vivir a Pando para que esté a tono con su apellido y sus principios?
¡Por favor una respuesta!
Gracias
Lo mismo que el anterior, impactante "La maldición de Malinche", hay que escucharla. Y me impactó también la carta que leiste de Humberto Iraola hablando de Evo Morales y del racismo, que la desgrabé y la copio:
<< En una pizzería un grupo de personas compartía la sobremesa y una de ellas dijo: "yo no soy racista, pero la política es para los políticos, para los que tienen preparación y saben organizar, pero un indio, que sólo sabe tocar la quena, no puede conducir un país". Esto confirma que el racismo sigue presente. Soy indio, y mis hijos son indios. No creemos ser superiores a otros ni tampoco inferiores, somos lo que somos y estamos orgullosos de serlo. En mi comunidad, muchos protestan y se enojan por la pasividad del Evo, pero no está siendo pasivo ni pacifista, está siendo indio.>>
Me conmueve éste último concepto: la pasividad de Evo no obedece a su condición de pacifista sino a su condición de indio.
Rescatemos este concepto Gerardo, que no se pierda. Yo también observo absorta la pasividad de Evo, que no es temple aprendido ni es forzada, sino que es típica del caracter manso, ese carácter que los hizo mejores siervos de sus esclavizadores. Los pueblos originarios, como se les dice ahora que queda mal decirles indios, son seres mansos, doblegados ante el infortunio que condenó su estirpe a la servidumbre y la miseria.
Ahora queda mal decirles indios, pero fijate cómo Humberto Iraola dice soy indio, y mis hijos son indios, y el Evo está siendo indio. Lo dice así porque no se conforma con la hipocresía de los que creen que cambiando sólo las palabras cambian la realidad. Conmueve esa palabra alejada de nuestro léxico actualizado, usada como provocando, por Humberto Iraola. Provocando con todo derecho y dignidad.
Muy buenas editoriales Gerardo,
no pesco la onda para escucharte así que me encanta que pongas partes del programa acá.
Eva, hay un tema que me hacer ruido hace rato, que tiene que ver con las palabras, el ejemplo que das con la palabra "indio", siento que hay como un miedo a pronunciar determinadas palabras, como que hay un falso temor a ofender, como que hay palabras politicamente correctas y otras no lo son;
lo relaciono también con esto del "marqueting de la paz, del diálogo, del consenso" que surgió a raiz del complicto terrateniente de los últimos meses.
(subrayen marketing).
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