jueves, 9 de julio de 2015

Errores y horrores




"En el caso de Macri, es llamativo que el ballottage porteño se le haya transformado en una pequeña crisis. Durante la campaña, el leitmotiv del jefe de gobierno y de Horacio Rodríguez Larreta fue que había que prepararse para una segunda vuelta, ya que siempre había ocurrido. Y el objetivo principal de Martín Lousteau fue provocar ese resultado, hasta convertirlo en un eslogan: "Con el ballottage ganamos todos". Esto es lo raro: el oficialismo porteño quedó desconcertado frente al único escenario previsto.

Hay un detalle que explica, siquiera en parte, esta paradoja. El consultor Jaime Durán Barba, el domingo pasado al mediodía, aseguró a Larreta que ganaría por el 54% de los votos, secundado por Mariano Recalde y no por Lousteau. El ecuatoriano levantaba apuestas sobre ese desenlace. Al final de la tarde las encuestas en boca de urna revelaron ser, mientras transcurren los comicios, instantáneas muy poco confiables. Pero Durán ya había inspirado un triunfalismo inconveniente. Cuando se conocieron los resultados la dirigencia de Pro ingresó en un clima de frustración que eclipsó el propio éxito. Larreta había sacado 45% y, en una demostración de que el desequilibrio de poder es una patología difundida más allá de la escala nacional, había aventajado a su segundo por 20 puntos. La sorpresa de Macri y su "círculo amarillo" ante el desenlace que, dos días antes, vaticinaban como inexorable ocultó que la de Lousteau no había sido una marcha triunfal: no logró convertirse en un antagonista nítido del macrismo, ya que mejoró en sólo tres puntos la cosecha de su fuerza en las primarias.

Es razonable que el ballottage sea fastidioso para Macri. El domingo él pensaba hacer un relanzamiento presidencial, para después abocarse al conurbano bonaerense. Además, quedó expuesto durante otros 15 días a las críticas de un aliado. Lo asombroso es que esté procesando ese malestar de un modo tan autodestructivo.

El primer déficit de Pro es argumental. Se puede aceptar que el desenlace de la próxima elección está cantado a favor de Larreta. Aunque, como recordó ayer el politólogo Andrés Malamud desde Lisboa, en las presidenciales portuguesas de 1986 Diogo Freitas ganó el primer turno por 46%, contra 25% de Mario Soares; pero perdió el segundo por 48% contra 51 de Soares. El ballottage no es la continuación de la primera vuelta. Es otra elección. De todos modos, que Lousteau se convierta en Soares resulta hoy impensable.

Eso no habilita a pedirle que renuncie a establecerse como la segunda figura de la ciudad el próximo 19. Además de ser improcedente desde el punto de vista institucional, esa exigencia es peligrosa para Macri. ¿Qué sucedería si Scioli obtuviera en octubre 43% de los votos y él 34? Alguien del Frente para la Victoria podría pedirle que reconociera el resultado inevitable, citando sus pretextos de estos días.

El razonamiento anterior se podría refutar con otra tesis, habitual en Pro por estas horas: el ballottage daña a Macri porque va a ser protagonizado por alguien que, como Lousteau, pertenece a su propia coalición. Aun cuando se dé esa afirmación por verdadera, es increíble que el oficialismo porteño la pronuncie. Decir que Lousteau perjudica a Macri es la mejor publicidad que puede esperar Lousteau para seducir a los votantes de Recalde. Uno de los errores que está cometiendo Pro es nacionalizar la segunda vuelta porteña. Acaso debería municipalizarla, a pesar del riesgo de favorecer un discurso que, al final, le jugará en contra: el miedo a que se pierda lo conquistado, el miedo al cambio.
Macri decidió lo contrario. Dijo que Lousteau no tiene espíritu de cuerpo. Es decir, lo castigó con el reproche que empleó contra Gabriela Michetti cuando la senadora decidió presentarse en las primarias. La recriminación ignora un problema: Lousteau no forma parte de "el equipo". Y el motivo es que Macri no lo quiso. El año pasado, el candidato de ECO pidió en varias oportunidades constituir una alianza y dirimir la disputa por la jefatura de gobierno en primarias. Pero Macri prefirió tenerlo como un rival declarado.
El dato merece ser recordado no sólo porque señala un desacierto de Macri en la concepción de toda la jugada porteña, sino porque desnuda una dificultad en su constitución como líder: todavía no advirtió que aspira a representar a una coalición partidaria y electoral mucho más amplia que Pro.

Esta incapacidad para pensarse en este nuevo rol lo llevó a postular una fórmula Vidal-Ritondo para la provincia de Buenos Aires, equivocación que pudo evitar por las quejas que, a último momento, le planteó Ernesto Sanz. En el fondo de este problema está la aspiración a ofrecer una opción de "Pro puro", contradictoria con el armado de un frente. Esta limitación, que presenta ya algunos costos electorales, puede ser muy perjudicial si a Macri le toca presidir un gobierno de coalición. Dicho de otro modo: si piensa arbitrar las disidencias entre las distintas fracciones de un eventual oficialismo con las categorías con que aborda el desafío de Lousteau, Macri estará en problemas.
La alternativa a esta estrategia es sencilla. Lousteau la ha explicado varias veces en las últimas horas. El domingo Macri estaba en condiciones de invitar a Sanz y a Elisa Carrió a festejar la obtención del 70% de los votos porteños. Y podría haber prometido que él y sus aliados darían en los próximos 15 días una lección de cómo debatir con madurez e inteligencia el futuro de la ciudad. Lousteau debe celebrar que a Durán Barba no se le haya ocurrido, porque él hoy estaría en dificultades."

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Según Pagni los problemas de Macri de cara al balotage son fruto de sus propios errores. No es novedad: lo desprecia. Macri cumple al pie de la letra el plan de mostrarse como "el cambio" y  en función de ello jugó a secarlo a Massa en la PBA y a sumar al radicalismo pero como un socio muy menor. La idea de Durán Barba es no salirse de esta estrategia porque está convencido que si Macri no triunfa en esta elección, quedará proyectado como el único candidato con fuerza propia en condiciones de obtener la presidencia en 2019. Se podrá coincidir o no con este diseño, lo que no se puede discutir es que el candidato y su fuerza política están dando todos los pasos en consonancia con ese marco estratégico. Por eso el ninguneo a los aliados y por eso también la postura ante el ECO. Por eso el festejo en soledad y la postura de estas horas, de mostrar a Lousteau como un aliado revoltoso, que "no juega en equipo".

Pagni, como vocero del Círculo Rojo, viene disintiendo hace rato con Durán Barba y ahora no hace más que ratificar su desacuerdo. En realidad este debate al corazón de la derecha argentina es fascinante. Un hombre de las entrañas mismas del poder oligárquico, un Blanco Villegas, discutiendo con sus pares cómo encontrarle el agujero al mate en esto de ganarle una elección al peronismo. Está por verse cómo se desenvuelven los acontecimientos. Algo está muy claro: Por primera vez los sectores de poder están discutiendo política desde una perspectiva nueva para ellos, puesto que no cuentan con el factor militar para la acción directa y deben enfrentar a un gobierno que luego de 12 años termina su gestión en alza, habiendo controlado una a una todas las intentonas desestabilizadoras que se le fabricaron, desde las corridas bancarias a la muerte de un fiscal de la nación. Están caminando sobre escenarios que nunca previeron, y ello es verdaderamente atractivo para el mundo de la política.

Ante ellos está el El Frente para la Victoria, que llega a la instancia electoral con el candidato más taquillero que podía ofrecer, habiendo ordenado su interna con una lista de síntesis magistralmente pensada, obteniendo excelentes resultados en las elecciones que se han desarrollado y generándole a Macri los dos dolores de cabeza más fuertes en su plan que fueron la captación de votos a Del Sel por parte de Perotti en Santa Fe, que determinaron el  triple empate y los 17 puntos que Acastello le sacó a Luis Juez, que fueron categóricos para que el FPV, que venía de no presentar lista en 2011, se alzara con ese porcentaje pero que además que ello condenara al armado de Macri con Aguad y Juez a un infausto segundo puesto. Como se ve, la suma de los exámenes en estas dos provincias de gran peso electoral es altamente favorable al FPV si lo comparamos con 2011.

No obstante, se sabía desde un primer momento que el problema era la CABA, donde estaba claro que era casi imposible entrar al balotage por la sencilla razón de que buena parte del UNEN porteño seguiría aglutinado en torno a la candidatura de Martín Lousteau. Estaba claro, entonces, que el FPV debía sortear una instancia en la que tenía todo para perder y nada para ganar. Como sabemos, sucedió lo que era previsible.

A partir de ese escenario los votantes del FPV porteño han ingresado en un tira y afloje en el que son un convidado de piedra por la sencilla razón de que la diferencia entre ambos candidatos es indescontable y porque parece una ingenuidad pensar que una victoria por una diferencia menor a los 20 puntos pondrá en problemas una candidatura presidencial que expresa por primera vez en la historia argentina el proyecto de las clases dominantes pero con un agregado novedoso y es que aparece competitiva en el terreno electoral. Macri es el candidato de la restauración conservadora con Larreta ganando el balotage por 20 o por 10 puntos. La fortaleza que proyecta al resto del país es que luego de dos gobiernos, deja la ciudad con una imagen positiva altísima y logrando ganar holgadamente la primera vuelta con un candidato que apriori rompe todos los manuales del marketing político. Creer entonces que una victoria por menos de 20 puntos en el balotage con un aliado puede deteriorar la intención de voto de Macri es un error. 

Pero quizá esta situación podría haberse manejado de manera distinta si el FPV hubiera previsto una táctica para el caso de que no ingresara al balotage y más cuando todo indicaba que ello era lo más probable. No puede ser que ahora salgan personas como Aníbal Ibarra o Ricardo Forster a plantear que en realidad hay diferencias entre el PRO y el ECO, etc. En todo caso debieron plantear ese debate muchísimo tiempo atrás. Hacerlo ahora sólo profundiza el bochorno.

La enseñanza es que, además de empezar a trabajar seriamente en la ciudad los 365 días del año, de tratar de entender las peculiaridades de este distrito, se deben anticipar estrategias para escenarios como el presente, de modo de evitar la situación actual, donde sigo pensando que estamos en modo papelón, que todas las salidas son horribles y que por eso, entre todas las malas jugadas a que tenemos a mano, la del voto en blanco es la que más se acerca al eje de acción política que definió el Frente para la campaña.

15 comentarios:

cmfmaris dijo...

Proponer el voto en blanco no tiene ningún sentido. Terminaron las PASO, terminó la primera vuelta, estamos en la segunda. Otra elección. Los dos contendientes parten de cero votos. No es lo mismo que Larreta gane por 20 puntos, por 10 o por 5 o por 2.

Pancho dijo...

Voto en blanco porque soy troskokirchnerista y cuanto peor este todo, mejor para mi. Larreta me gusta, porque es mas fácil correrlo por izquierda, con el otro hay que discutir en otro nivel y me da paja discutir sin frases hechas y sin slogans

Anónimo dijo...

El progre porteño, desde Sandra Russo a Forster, pasando por el infumable Ibarra o Lubertino, son un collar de melones insopòrtable para nosotros...
Que nos importa este balotaje menor....
Roberto Petruzza.-

Cato dijo...

El análisis de Pagni es muy bueno. Están todos los troncos que no entienden un pomo de política haciendo operaciones para bajar a Loustau (de Morales Sola a Longobardi) y por lo menos Pagni ofrece razones para entender los movimientos de los actores (mas descriptiva que valorativamente). En cuanto a tu análisis, Gerardo, me parece que todo esa cantinela de la derecha que ya no tiene los tanques pero ahora tiene un candidato competitivo - que tal vez Verbitsky te robó a vos pero que yo le leo a HV desde por lo menos el 2011 - no alcanza para resolver la decisión de votar entre Larreta, Lousteau, y el voto en blanco. Porque el argumento de no elegir entre Larreta y Lousteau porque representan el mismo proyecto político no es consistente con el de tu post anterior - sobre Lousteau candidato de los radicales de la UBA y del Coti. El marciano, tu amigo, mandaría a votar a Lousteau, porque no cree que el Coti represente esa derecha conservadora que siempre apeló a los tanques y ahora se consiguió un candidato competitivo. Y es más, si el Marciano fuera Lousteau estaría haciendo ahora lo mismo que hoy hace Lousteau. Va a perder, pero les va a pelear hasta el botón del voto en blanco en la boleta.

hector dijo...

Gerardo, brillante el análisis y la conclusión es indiscutible

HUINCA dijo...

Sí sí. Hay que trabajar, respetando la propia condición. A mi me parece extraordinario que, con lo que ha llovido, uno de cada cinco porteños haya votado a un candidato EXPLÍCITAMENTE DE LA CÁMPORA. Los seudo progres votaropn a un seudo progre o a larreta. Ahora hay que trabajar para mí desde la instituciones nacionales, "colonizando" la CABA. Llenarla de acciones del gobierno Nacional,en el terreno de le educación, de la sanidad, de los bancos, y mil etc que se pueden hacer.Tratar de "homologarse" ante la mirada de este electorado extranjero al resto del territorio, a uno le guste o no le guste. Castigarlo no sirve, me parece que hay que ganarles por saturaseducción si se me permite el neologismo. Y si no se me permite, también
RH

Unknown dijo...

Interesante como Pagni lo atiende al guru ecuatoriano; si pierde en Octubre, le van a hacer pagar con sangre a Macri no haber aceptado a Massa como candidato en provincia. En cuanto al ballottage, cada uno tiene derecho a votar como le parezca, pero no tengo dudas de cual sera el festejo del PRO si Larreta gana 70 a 30 (suponiendo que la mayoría de los votantes del FPV voten en blanco o no vayan a votar; lo cual sera completamente ignorado por los jefes mediaticos de Macri) y el gesto adusto y preocupado del Ingeniero y su candidato si terminan ganando por poco.
Larreta y Lousteau son lo mismo, pero no creo que el resultado del 19 le sea indiferente a Macri.

Abrazo

Capitán Medibacha dijo...

Pagni la tiene más clara que muchos compañeros K.- Existe la chance, muy remota, pero chance al fin, de que el PRO pierda la intendencia de la CABA, su único bastión territorial.- Si ello ocurriera y Macri –como creo mucho más probable- pierde contra Scioli, el PRO recibiría un golpe mortal.- Macri tendría que volver a su casa o a Boca.-

Que es una posibilidad muy difícil, lo admito.- Pero es todavía más difícil porque muchos compañeros K votarán en blanco colaborando con el triunfo de Rodríguez L. lo que me cuesta entender.- Tampoco me parece acertado sentenciar que una victoria de Lousteau es "imposible" como modo de justificar un voto en blanco.-

Desde hace tiempo leo con interés el blogg La Otra de Oscar Cuervo.- A Gerardo lo descubrí hace unos años cuando tenía un programa radial, creo en Radio América.- Siempre me parecieron razonables y leí con interés sus opiniones.- Por eso me sorprende ahora el tono macartista y de agresión personal que utilizan contra quienes opinan diferente respecto del tema voto en blanco vs/ voto a Lousteau.- Además creo, humildemente y con respeto, que están equivocados y que incurren en un error de razonamiento.-

Así, Oscar Cuervo y Gerardo Fernández pretenden convencer de que votar en blanco es un voto neutral y que no favorece a Rodríguez L.- Sostienen que en una 2ª vuelta gana el que tiene más votos sin requerirse ganar con el 50% + 1 de los votos.- Ello solamente sería exigible para ganar en la 1ª vuelta.-

Se trata de un razonamiento falaz.- El balotaje es una elección de solamente dos candidatos.- Inevitablemente quien tenga más votos tendrá también la mitad más uno.- Matemáticamente no existe otra posibilidad.- Si un candidato obtiene 500.001 votos y el otro 500.000 tiene al mismo tiempo más votos y la mitad + 1.-

Es una verdad autoevidente que cualquier voto en blanco, nulo, impugnado o no votar beneficiará al candidato que corre con la delantera.- Así, si todos los que votaron al PRO y a ECO reiteraran idéntico voto en el balotaje, en tanto el 21,85% que votó al FPV votara en blanco, Rodríguez L. ganaría automáticamente obteniendo más votos y más del 50% + 1.- Por el contrario, si todos los votantes del FPV votaran por Lousteau, este obtendría más votos (además de la mitad + 1) y se quedaría con el gobierno de la CABA.-

No es por nada que Pagni, el PRO y el Círculo Rojo salieron a presionar para que Lousteau renunciara y desistiera del balotaje.- Ellos advierten el riesgo que corren mejor que nuestros compañeros k.-

También tengo claro que, oficialmente, el FPV no puede impulsar un voto a Lousteau.- Semejante error equivaldría al abrazo del oso para el ECO abroquelando el voto anti-k en favor de Rodríguez L.- Oficialmente debe proclamarse la libertad del voto y por debajo, lo ideal sería que todo el 22% de votantes K dieran su voto a Lousteau.- Quiero pensar que tanto Oscar Cuervo como Gerardo están en realidad cumpliendo instrucciones de las cúpulas del FPV para que esta discusión que tenemos permita excluir cualquier vínculo entre el kirchnerismo y Lousteau.-

Un abrazo.-

HUINCA dijo...

Capitán: yo voy a votar en blanco, porque mi candidato ya no participa y los dos que quedan son de recha. Pero hay algo más. Considero que es imposible que Macri nos gane en octubre, ganó en el 2007 y 2011 y nosotros arrasamos a nivel nacional. Pero además, si existe esa posibilidad remota de que gane lousteau, yo lo voto y gana, estoy colaborando en crear un mosntruo, u nuevo De la rúa, con el aura de ganarla a "alguien imbatible", como cuando le ganó
oa al peronismo en la capital en el 73. No voy a correr ese riesgo. la capital no vive de la gestión, vive de la plata que el devenir argentino le aporta, eso está inscrito en todos los inconsceintes porteños y ergo, si Lousteau gana en la capital, ahí si el gorilismo nacional más la derecha peronista, que fue la incubadora de Lousteau, se juntan y por ahi nos ganan, sobre todo si hubo una gestión no tan buena de scioli. Y si en octubre nos gana Macri... este país tendrá que joderse, y nosotros tendremos que estar en los botes ayudando a los damnificados.

Carpe Diem dijo...

Por primera vez en años de lectura y participación en este blog, la actitud de Gerardo me llena de desconcierto. No es que otras veces no haya coincidido, pues de 2008 para acá la unanimidad de opiniones hubiese sido rarísima o imposible.
Pero la actitud después de la primera vuelta, primero negando la existencia de un debate y luego ninguneando a los que piensan (pensamos) que no es lo mismo votar en blanco que en positivo, pues aquí se han vertido argumentos y razones que no han merecido mas que un "no puede ser" son tan impropias que pareciera que la página sufre un hackeo prolongado desde el domingo a la noche.
Lo que no se puede negar es que no hay unanimidad con la postura blanquista, ni mucho menos. Como tampoco la hay con la alternativa de votar a Lousteau, así que no habiendo una corriente decisivamente mayoritaria en el kirchnerismo en tal sentido, ganará Larreta.
No discuto que así pase, y tampoco hago una cuestión fundamental de esto. Pero la verdad que me molesta mucho tu actitud Gerardo descalificando sin analizar las razones expuestas por los que pensamos de otro modo. En mi caso, ya las di aquí mismo, con mi firma las podés ver, y en facebook también podés verlas con mi nombre real, que conocés. Eso mismo sigo sosteniendo.

Gerardo Fernández dijo...

Carpe Diem: Si realmente quisiera descalificar, ponte a pensar todo lo que respondería a las barbaridades que me han dicho. Lo que sucede es que no soportan que mantenga una postura. Sigo convencido que es una ingenuidad pensar que una victoria de Larreta por unos puntos menos afecta en algo las chances presidenciales de Magnetto. Si eso es descalificar, entonces cerremos todo.
¿Sabés cuánto me molesta a mí las agresiones que recibo? ¿Por qué no revisás los comentarios de los últimos posteos?
¿O ahora resulta que tratar de ingenuos a los que considero que considero que lo son es una descalificación?
Ah: y no sé quién sos en Fb, de onda, eh

Pablo Picco dijo...

Yo voy a votar por Lousteau porque me parece que cualquier cosa que se pueda hacer por disminuir el triunfo de Macri, para que tenga que dedicarle una semana más de campaña discutiendo cuestiones vecinales, para que no pueda clavar una placa 70-30 y tener que verlo bailar como un enajenado (esto es claramente lo que más me duele). En lo personal tengo la impresión de que lo podemos disfrazar de mil maneras, pero votar en blanco es equivalente a otar a Larreta. La señal más clara de esto es que el PRO está estimulando el voto en blanco porque entienden que los beneficia. No quiero herir susceptibidades, pero me cuesta entender cómo las personas que estuvieron de acuerdo con que Randazzo se bajara porque las internas pueden ser "dañosas" y que el verdadero enemigo era Macri, ahora tengan reticencias en votar en su contra cuando una interna en su espacio puede hacerle verdadero daño. En definitiva, en esta no estoy de acuerdo con vos Gerardo, pero igual me resulta valioso como siempre leerte.
Respecto de lo que dice Huinca, sobre la posibilidad de "colonizar" la CABA, me parece que es algo virtualmente imposible. El Estado Nacional invierte miles de millones de pesos, por mencionar un ejemplo, a través de los miles de sueldos de los empleados públicos nacionales que gastan y viven en la ciudad. Toda esa masa de ingresos, que todo el país contribuye en juntar y que el Estado Nacional invierte en la ciudad, pasa por completo desapercibida para el votante porteño promedio. Lamentablemente para ganar en la Capital hay que hablar desde fuera del Estado, hay que venderles globos y logros individuales. Es una pena, pero un sector inmenso de esta ciudad pareciera no "necesitar" del Estado y lo vive como un motivo de orgullo, no como una forma sofisticada de la negación. Me parece que hay muchísimo para hacer en la ciudad (no se puede concebir que el Macrismo gane en toda la ciudad, aún en la zona sur donde la realidad es completamente distinta), hay mucho espacio para crecer y coincido que hay que empezar desde hoy mismo a trabajar para lograrlo; pero me parece que para ganar hay que convertirse en un partido o en un candidato que la verdad tiene muy poco que ver con lo que queremos de la política.

TEO dijo...

Como decia Sun Tzu en el arte de la guerra "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" y aunque en este caso, lusto no sea enemigo del PRO, es un obstaculo que debe superar mi enemigo para enfrentarse a nosotros. Y deseo, por logica, que sea el obstaculo más grande que le pueda oponer. Si el puente esta libre, pasaran caminando, y si el puente esta bloqueado, requiere un esfuerzo que consume fuerzas que no podran ser aplicadas en otro momento y requieren de su regeneración con ganancia de tiempo a mi favor.

Porque, como ya lo explico von Clausewitz, las fuerzas tienen "moral" y "momentum", y cual acción que sea en contra de la moral y momentum de mi enemigo es para mejorar mi posición con respecto a el. Y si pelear un balotage donde todo es perdida para mi rival y todo puede ser ganancia para mi, donde no es lo mismo cruzar el puente caminando y con trompetas (pe: 70/30) o hacer con grandes esfuerzos de moral y momentum de parte de mi enemigo aun siendo vencidos (pe: 55/45). Ponerle una barricada en el puente es la mejor manera de quitarle fuerza moral y momento al enemigo, aunque el enemigo la supere.

Como decia tambien von Clausewitz, siempre se deben emplear TODAS las fuerzas disponibles en un momento y lugar determinado para alcanzar el resultado deseado, porque el resultado deseado es más importante que los momentos futuros y sobre todo, los determina.

Como decia Napoleon, no interrumpas a tu enemigo mientras esta cometiendo un error, y en este caso, el error de nuestros rivales es el ballotage (gracias lusto). Nuestro objetivo es que ese error sea más grande y más decisivo a nuestro favor, y si podemos encausar a nuestro rival en el error, debemos hacerlo.

No es un gran esfuerzo (votar por lusto) pero puede causar un daño irreparable contra quien estamos peleando. Y como dicen por ahi, no sera lo mismo la cara de culo de Macri levantando la mano a HRL con un resultado apretado, afectar su moral e impulso. La reducción de moral y momento del rival luego se traducen en acciones paliativas y defensivas de parte de mi rival, y me permiten tomar la iniciativa de la guerra, que es la que otorga las victorias.

Razz dijo...

es sencillo, disminuir el porcentaje te asegura que todos los medios pro macri (casi todos los hegemonicos) no puedan titular "luego del aplastante triunfo..." una y otra vez, hasta las PASO.
Pero bueno, si eso también les da lo mismo, no discutamos mas el rol de los medios, regalen titulares.

El Canilla dijo...

Creo que los si Lousteau le ganara el ejecutivo de la ciudad a Larreta ( y de eso se trata el balotaje) lo único que pasaría es que para gobernar negociarían un poco entre esos espacios, el PRO y el multimarca que confroman el novedoso gerundio CAMBIEMOS . Y nada más. Entonces, en qué nos favorecemos inflando a un sector político más capaz de generar un discurso polisémico que el PRO para capar voluntades ? Nuestra cultura es populista y depende de las voluntades individuales. Prefiero seguir teniendo enfrente a un PRO que no enamora a nadie, como ya lo vimos en las provinciales que se han efectuado, que generar espacios que los lleven a negociar entre ellos más todavía.

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