Recalculando...

Demos de baja el concepto "etapa religiosa" ya que se presta a confusiones. Caractericemos el período octubre 2011-octubre 2013 como el interregno donde se empezó a notar en todo su esplendor la ausencia de Néstor Kirchner y donde se congeló la vida política interna del kirchnerismo creyendo que el 54% había determinado un raro retorno de Fukuyama pero a la Nac & Pop. Se creyó que todo estaba definido y no se observó que mucha gente había votado a Cristina pese a tener diversos grados de desacuerdos con su gobierno. Desde algunos despachos se creyó que la abultada diferencia electoral había liquidado toda discusión y se obró en consecuencia. No se creyó necesaria la política para convencer, para generar hegemonía, se fue a los empujones, imponiendo la mano levantada y se dilapidó mucho de lo obtenido. No se reparó en que, por ejemplo, leyes como la de Trabajo Doméstico se pudo sancionar por unanimidad ¿Cómo es que una legislación tan avanzada pudo obtenerse con el acompañamiento de otros bloques?

Se lo mató a Daniel Scioli y hasta se le retacearon fondos para abonar el aguinaldo, metiendo a los trabajadores estatales de la provincia en una interna que no les correspondía y terminamos en 2013 ungiéndolo como jefe de campaña. En algo nos equivocamos y no sólo los compañeros del gobierno sino todos los que apoyamos ese accionar suicida.

En su momento el tema era que Scioli significaba el entrismo de Clarín en nuestras filas, hasta que Massa se lanzó (lanzamiento que se venía venir desde mucho tiempo antes y me cuento entre los que no quisimos entenderlo y lo negamos, hasta la noche de junio en que se concretó. Lo recuerdo a Nestor Sbariggi diciéndome todos los domingos en la radio "Massa va a jugar") Y luego que la reforma política que sancionamos ante la repulsa de toda la oposición fue usada con inteligencia por Carrió en la CABA y nosotros, los hacedores, llegamos a las PASO sin capacidad para generar una gran interna abierta en provincia y capital que nos podría haber servido. En contraposición, salimos con el "elegir seguir haciendo" como si nada hubiera pasado, como si la heroica batalla contra la dolarización del cerebelo argento no hubiera terminado, lamentablemente, en una derrota estruendosa y como si los cacerolazos no hubieran significado algo que ameritaba ponerse a pensar. Como si la necesidad de medidas como Ganancias y Monotributo no estuvieran a la vista de todos el mundo y como si la inseguridad no tuviera el tamaño que luego de las PASO asumimos que tenía. Aquellos sectores que nos habían acompañado en 2011 y 2103 los estábamos perdiendo nuevamente y todos lo veían, menos nosotros.

Por eso cuando hoy renegamos por la sesión de fotos de Martín Insaurralde con Sergio Massa, no estamos comentando noticias de la farándula, estamos diciendo que venimos de una serie de equivocaciones que no fueron generadas adrede, que no tienen un único culpable sino a la mayoría, porque la gran mayoría de esta minoría intensa que somos avalamos todo lo que se hizo pero ahora empezamos a ver que cometimos errores y lo inteligente es asumirlo para ver cómo corregimos, porque tenemos capacidad para eso.

No todo lo que nos pasa es por culpa Clarín o porque la oposición se oponga. Muchas de las grandes victorias fueron mérito de este colectivo y ahora llega el momento de analizar una etapa que no es de las mejores y en donde hay que ver cuántos errores cometimos. Cuanto antes elaboremos estos diagnósticos mejor estaremos para posicionarnos en lo que resta. No esperemos que Cristina solucione todo, porque eso es una quimera. Naturalmente que ella tendrá un rol vital en los días por venir, pero sola no puede.

¿Seremos capaces de ayudarla?