La cita

En junio de 1945 mi madre llegó con su nombramiento de maestra a Garré, un pequeño pueblo del partido de Guaminí, para hacerse cargo de una escuela que con ella se iba a inaugurar. En un primer momento creyó haber llegado antes que los muebles, algo que la intrigó pues le habían dicho que ya habían sido despachados. Rápidamente se enteró por dichos de gente del lugar que el mobiliario ya había arribado pero estaba en Guaminí, en galpones de la intendencia. Enterada de esta situación marchó a entrevistarse con el por entonces comisionado, Manuel Arias, fuerte caudillo del naciente peronismo en la región. La reunión no pudo ser peor: cuenta mamá que Arias en un primer momento negó que los muebles hubieran llegado y después trató de echarle flit porque al parecer quería colocar en su lugar a la hija de un conocido del lugar. El desencuentro no pudo ser peor y tuvo ribetes cinematográficos pues cuando mi madre regresó a Garré, reunió a los padres que estaban desesperados por tener una escuela en el pueblo y les contó la mala nueva, partió una caravana rumbo a Guaminí que le arrancó los muebles al comisionado para que finalmente se pudiera inaugurar la escuela donde poco tiempo después vivieron sus primeros años mis hermanos María Marta y Oscar (Yo nacería bastante más tarde cuando ya la familia se afincó en Tres Lomas)

Con los años mi madre se casaría con mi padre que, oh casualidad, era sobrino directo de Manuel Arias, algo así como la mismísima encarnación del mal para mi vieja. Tengo grabado un diálogo que presencié muchos años después en la puerta de casa donde Manuel le pregunta a Mamá si puede pasar y ella le responde "Cómo no, a pesar de todo usted sigue siendo el tío de mi marido" Estoy convencido que en esas refriegas con Manuel se fue macerando su antiperonismo furibundo.

Todo este introito es para contar una anécdota que hace tiempo quiero escribir y se me ocurre que ahora es la ocasión pues me acabo de enterar que falleció Emilio Ogñenovich, el recordado "Padre Emilio" para los treslomenses, que se inició como cura en mi pueblo y no sólo eso sino que además me bautizó....(Una fría tarde invieral de 1996 chupando unos exquisitos J&B en San Patricio se lo comenté al principal de los Padres Palotinos, que sólo atinó a ponerme la mano en hombro con gesto paternal diciendo "No puedo hacer nada por ti, querido amigo")

Emilio fue uno de esos curas emprendedores. En Tres Lomas fundó por ejemplo un semanario local, y fue el gran gestor de la instalación del colegio secundario, del entrañable "Instituto Mariano Moreno" del que fue por años rector, hasta que lo trasladaron a Trenque Lauquen. Cuentan que Yirigoyen armó la UCR caminando los pueblos y conquistando a comisarios y curas. Que luego a través de ellos el partido se armaba solo. Emilio era ya por entonces un cura con clarísima actividad política y, por supuesto, peronista.

Cuando se consumó el acuerdo entre Frondizi y Perón, para las elecciones de 1958 se celebró una cena en mi casa de Tres Lomas  a la que asistieron el Padre Emilio y Manuel Arias, mi tío abuelo que seguía teniendo fuerte influencia en el peronismo de la región. En esa velada, Manuel le habría transmitido a Emilio la novedad y las directivas: Había que votar a Frondizi, el sacerdote se encargaría del resto.

Mamá cuenta que se encontraron y conversaron un largo rato en el living mientras ella preparaba la cena en la cocina. Los recuerda como "medio amigotes". No hay pruebas de lo que hablaron esa noche, pero lo que alienta todo tipo de especulaciones es el lugar elegido para la cita, algo así como la coartada perfecta ya que era tan usual por entonces que el cura del pueblo fuese a menudo a cenar a casa de las docentes que trabajan con él en el colegio, como lógico que Manuel Arias fuese a visitar a su sobrino toda vez que pasaba por Tres Lomas.

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