sábado, 25 de diciembre de 2010

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa



El gobierno ha quedado contra las cuerdas, apretado por su compromiso de no reprimir las demandas sociales y por el trabajo de zapa de la derecha y las patrullas de un izquierdismo que sigue siendo funcional a todos los intereses que dice querer combatir.
Los hechos de Constitución del jueves fueron la demostración más clara de cómo procede tanto el barrabravismo sicario como el troskismo vernáculo. En la práctica terminan siendo lo mismo.

Pero eso ya es conocido, entonces lo importante o lo novedoso, si se quiere, debe pasar por discutir cómo debe pararse el gobierno nacional ante las múltiples formas en que se manifiesta el conflicto social y las diversas formas en que se desenvuelven las protestas. Definitivamente no puede permitirse que, por ejemplo, por un despido los trabajadores de una fábrica corten la ruta porque una cosa no tiene nada que ver con la otra. De la misma manera, no puede permitirse que en una lucha legítima por puestos de trabajo un centenar de personas corte las vías del ferrocarril Roca, afectando directamente a más de medio millón de trabajadores que al finalizar su jornada laboral y con 35 grados de temperatura se encuentran con que no pueden regresar a sus hogares. Eso dista de una práctica revolucionaria, eso se ubica exactamente en la vereda opuesta. Eso directamente significa actuar contra la clase obrera.

Entonces el desafío es diferenciar claramente el manotazo de ahogado de desesperados que buscan un pedazo de tierra para construir un ranchito de, por ejemplo, bandas con mochilas llenas de botellas y piedras que irrumpen para generar todo tipo de desmanes. El Estado no puede permitir que se prenda fuego la puerta principal de un ministerio o la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Hay que separar claramente la acertada política de no represión de las demandas sociales de la prevención de hechos lisa y llanamente delictivos. Prevenir y eventualmente reprimir el delito no tiene porqué emparentarse con la criminalización de la protesta social tan practicada en los tiempos pre-kirchneristas. La línea divisoria es delgada y temerariamente sutil si se quiere, pero por ese angosto desfiladero debe discurrir la decisión política humanista del gobierno en todo lo relativo al manejo de la policía.

Es una escenario complejo, lleno de trampas y acechanzas a diestra y siniestra, todo un desafió de nuevo tipo para un gobierno que ha venido a cambiar las cosas.

7 comentarios:

MÓNICA ADRIANA dijo...

LA ÚNICA FORMA DE RAJAR A LOS TROSCOS ES CON LA MOVILIZACIÓN POPULAR, CUANDO VEN 100 TIPOS DE LA CÁMPORA SALEN CORRIENDO, SINO PREGÚNTENLE A DUHALDE CUANDO ASUMIÓ EN EL 2002

Oscar Cuervo dijo...

Totalmente de acuerdo, Gerardo. Felicidades.

Eduardo Real dijo...

El problema es que sobre un reclamo que puede ser genuino se montan las cucarachas que pretenden sacar rédito político. Separar la paja del trigo en estos casos no va a ser fácil. Separar al que hace una barrabasada por extrema necesidad de los que se montan sobre esa necesidad. Se me ocurre que ex-post, con filmaciones, fotografías, etc., se puede hacer esa distinción. Mientras se desarrolla el kilombo es emdio difícil, lo que nos obliga a correr los hechos de atrás. La inteligencia interna está prohibida por ley, por lo que no se puede prevenir.

Anónimo dijo...

Lo de la movilizacion popular suena lindo pero en la practica es inaplicable. Para mí habría que crear una división dentro de la policía que se ocupe de lidiar exclusivamente con protestas sociales (incluidas aquellas de muy dudosa legitimidad como esta de Constitución). Tipos entrenados para desactivar este tipo de situaciones sin violencia en lo posible. Tipos que no porten armas letales (solo los escudos y gas pimienta, por si la cosa se pone espesa), acompañados por algún carro hidrante. Suena feo, pero no le veo otra salida al tema mientras halla grupos desestabilizadores operando.

Saludos,
JP

Daniel dijo...

100% de acuerdo.

Rafa dijo...

Gerardo,
Achiquemos el pánico, eso de "El gobierno ha quedado contra las cuerdas" me parece un poco exagerado...

Un abrazo y felicidades!!

Gerardo Fernández dijo...

Rafa: No lo achico, es mi visión de las cosas. Ya lo vas a comprender vos también, todo llega.

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