Anoche lo llamé a Raúl Degrossi suponiendo que nos podía aportar una buena mirada del Bolero de Carrió, y no me equivoqué. En esta charla, que dura casi 30 minutos, arrancamos haciendo una pincelada del club de sus amores, Colón de Santa Fe, para luego sí sumerginos en la interpretación de los sucesos desencadenados por el trueno naranja.
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4 comentarios:
Gerardo, me encanta lo que hacés en el blog y en la radio. Pero cuando identificás a la mediocridad antiperonista clasemediera con una mina que está tirada en la cama y a la que la mucama le trae el desayuno, bueno, ahí te salta la ficha de la misoginia.
Es lamentable, en serio, muy triste
El subtexto de género de tus argumentaciones ratifican que lo femenino en el lugar de la frivolidad y el conservadurismo en nuestra sociedad, muy injusto
A la figura de Doña Rosa la inventó Neustadt, no lo olvides.
saludos
paula
Musidora: Es ejemplo vino a cuento porque estábamos hablando de una dirigente política que es mujer, sino tranquilamente podría haber pensado en un típico parroquiano que mantiene una preocupación similar en un bar de Floresta.
Tu planteo me recuerda a ciertas patrullas (y patrullos) troskistas que cantan por el no pago de la deuda externa en marchas conmemorativas del 24 de marzo de 1976.
Lo cierto que es la imagen del parroquiano en el bar no se te vino a la cabeza... (¿por qué no un parroquiano al que su señora le hace, en negro, todas las tareas domésticas?)
Es triste, además, que un cuestionamiento como el que te hago lo tomes como patrulla ideológica. Se trata de desactivar la misoginia, que no es repudiable sólo y exclusivamente cuando la ejercen contra nuestra presidenta.
Hay muchas Doñas Rosas, es cierto. pero atrás de cada una hay cada Don Celeste que ni te cuento
Es obvio que si estamos hablando de cómo procede Elisa Carrió tome un ejemplo como el que tomé. Evidentemente lo que para mí es obvio, para vos es misoginia.
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