Vengo pensando hace un tiempo que el peculiar sistema electoral que se negoció en la reforma constitucional de 1994 siempre me pareció una verdadera payasada porque la experiencia mundial enseña que no hay nada mejor que el ballotage tradicional.
Lo curioso es que tanto los menemistas como los radicales quedarán engrampados hasta las verijas y no podrán decir nada si a expensas de este diseño el kirchnerismo logra finalmente la victoria en primera vuelta.
1 comentario:
Disiento. Siempre acordé con este sistema. Me parece bueno para eviat las coaliciones del miedo (antiperonismo, bah, sea del signo que sea).
Publicar un comentario