sábado, 21 de agosto de 2010

Murió Hugo Guerrero Marthineitz



Las tardes en Tres Lomas eran aburridas allá por 1980. Volvía del Club más o menos a las tres y me ponía a escuchar "Reencuentro" hasta las cinco. Eso era como un viaje, como una misa. Una cita obligada con el sarcasmo, el buen gusto, la música exquisitamente seleccionada, las cortinas, los silencios, las risotadas.

El negro Guerrero Marthineitz empezó a hablar arriba de la música cuando eso era una herejía; empezó a repetir una canción que le gustaba mucho y esto que hoy nos parece una huevada, en esos años era una osadía. El negro Guerrero fue, entre otras cosas, el gran desacartonador de la radio argentina, el que le sacó el saco y la corbata y reemplazó la solemnidad por el fraseo, por el silencio exasperante y el comentario mordaz. La radio traía una cosa de extrema solemnidad, si durante muchos años estaba todo absolutamente libreteado. Estaba todo pero absolutamente todo escrito y si bien no fue el primero ni el único en contribuir a erradicar los libretos, sin duda fue el que con más talento desarrolló la improvización, fue en ese sentido un jazzero.

Fue uno de los primeros en mandar sus programas grabados en una hora donde todo va en vivo. Como no se bancaba que entrara gente al estudio o que lo espiaran por la cabina del operador, harto de todo se montó un estudio en su casa y ahí grababa "Reencuentro" en esas máquinas de cinta abierta Revox. Por eso siempre antes de las noticias había entre uno y dos minutos de cortina, algo que en el sonido del programa aparecía como pensado cuando en rigor era un espacio sonoro para que el operador lo cortara cuando la gente del informativo estuviera pronta a salir a aire. Todo esto lo sé de primera mano pues cuando me vine a vivir a capital el proyecto era ser operador de radio y por eso conocí a su operador que era de mis pagos, de Salliqueló, concretamente, y pasé larguísimas tardes durante 1982 en el control central de Continental mientras se emitía el programa del negro.

Tengo para mí que un programa de radio es una creación única y personalísima, con un ritmo, un sonido y un clima único e irrepetible. En eso, Hugo Guerrero Marthineitz es una marca registrada. Su forma de hacer radio desde que empezaba a sonar la primera nota de la cortina ya te acomodaba, ya te predisponía a vivir un espectáculo. Sabías que ibas a escuchar cosas interesantes, sabías que tenías por delante un par de horas de creatividad, y nunca apagabas la radio defraudado. El negro recibía discos de promoción como todos los conductores de radio, pero seleccionaba muy finamente lo que ponía ¿Te acordás cuando se copó con la banda de sonido de "Los Unos y los Otros" y le daba y daba sin parar? Ponía una, dos y hasta tres veces la misma canción y por ahí se detenía en un arreglo, en un solo y podía improvisar 15 minutos sobre ese detalle.

Fue el negro el que descubrió "Pedro Navaja" de Ruben Blades en 1982 y lo popularizó. Ese tema pertenece al álbum "Siembra" que fue editado en 1978, pero acá Interdisc lo publicó cuatro años después sin pensar que el peruano les haría el gran favor de transformarlo en un hit.

Me dolió su final en la miseria (fue desde todos lados un tipo difícil) y se me ocurre que este deceso de uno de los pilares de la radiofonía argentina que seguramente no tendrá una gran repercusión en cierta medida está a tono con el maltrato que viene teniendo este medio de comunicación en los últimos años. Esta radio donde los conductores van "A un tema musical" está en cierta medida pasándola mal como la pasó hasta hoy el negro. Nuestra radio necesita creatividad, reclama a gritos menos móviles, menos "periodismo", menos comunicaciones telefónicas y más clima, más intimidad, más complicidad en las dos puntas del contacto.

Si queremos homenajear al negro Guerrero bajemos dos cambios, no le temamos al silencio; pongamos una canción que nos guste aunque dure siete minutos, pongamos atrás de Michel Legrand un tema del Payo Solá y luego dejemos sonar la cortina durante 30 segundos eternos y comentemos algo absolutamente lateral, fuera de época y de contexto.

Tratemos de recordar que la radio puede volver a ser un espectáculo.

25 comentarios:

santix dijo...

¡Vangelis!! Ponia, no importaba el largo del tema. Sólo buena musica, no importaba el origen. Abría la cabeza de los que estaban solo con el folklore, solo con el rock, solo con el tango, etc...
Un grande HGM.

68 y contando (y van 75) dijo...

Yo también escuchaba a G Martineiz en mi adolescencia.
Pero no debemos recibirlo de prócer por el hecho de morirse, como es costumbre argentina. Era un admirador de la dictadura, reaccionario hasta la médula y absolutamente petulante.
Era bueno seleccionando música y creaba un buen ambiente en su programa.Listo el pollo

Sargento Barrufaldi dijo...

No recuerdo un momento mas armónico y alegre en mi vida que cuando estaba en el fondo de mi casa, en la pileta de lona, escuchando a mi madre con la máquina de coser, mientras escuchaba al Negro Guerrero. Sus(tres golpes)"OTRO! CLAVÓ SU SINTONÍA EN BELGRANO, Y EN SU RADIO NOBLEX SIETE MARES..." En realidad, no recuerdo si era Radio Belgrano. Cuando leía algún cuento, yo me quedaba quietito en la pile, sin hacer ruido, escuchando su relato. Mamá también paraba de coser. La magia de su voz envolvía largas horas de esas tardes de verano. Una vez lo encontré en una calle del centro y charlé un poco con él. Al despedirme me dijo: "Yo siempre vengo a este café" -señalando uno que, creo, estaba cerca de Córdoba y Esmeralda, o por ahí- Y siempre me arrepentí de no haber ido a buscarlo, para disfrutar un poquito más de su voz, sus silencios, su sabiduría y su magia. Que descanses en paz, Negrito Lindo!

Gerardo Fernández dijo...

68 y contando: Es llamativo cómo ponemos en el otro los propios pensamientos. Escribís que "no debemos recibirlo de prócer, etc" y si leés de nuevo el post no encontrarás una sola alusión a su faceta ciudadana. Entonces, no se entiende a quién te estás refiriendo, salvo a vos mismo.
saludos

68 y contando (y van 75) dijo...

Bueno Gerardo te doy la razón: No quiero hacerlo procer a ese turro

Gerardo Fernández dijo...

68 Y CONTANDO: El problema es que siempre nos resulta cuesta arriba separar las facetas ciudadanas de las prefesionales y/o artísticas de las figuras. Coincido con vos en lo referido al ciudadano, por eso el post no se mete en ese terreno y se queda donde por otra parte debe quedarse que es el aporte del negro a la radio. Lo mismo que si escribiera de Piazzolla o Paquito D'Rivera: Me centraría en la música exclusivamente.

rodolfo belloli dijo...

Estimados
Somos del Diario Accion de General Rodriguez, nos parecio excelente la nota es por ello que nos atrevimos a publicarla en nuestro diario, obviamente con los creditos correspondientes.

Uds. podran acceder a la misma desde nuestra portada www.diarioaccion.com.ar

Hasta todo momento y compartimos cada una de las palabras de la misma.
Rodolfo Belloli
Director

Fernando Candeias dijo...

Gerardo, emotivo post. Perdimos a una joya de la radio. El creador de los silencios... Puse tu post en la página de la radio, me pareció oportuno.

Abrazo!

Gerardo Fernández dijo...

Faltaba más!! Un abrazo

elprofe dijo...

Lo escuchaba en Radio Belgrano en el 66 o 67. y siempre le ponían palos en las ruedas. Seguramente porque era muy diferente la radio que él hacía, porque había envidia, porque era la época del imbécil de Onganía y algunos otros porqué. Recuerdo una tarde que se puso a leer El hombre de la esquina rosada, y en un momento se dice la palabra quilombo. Le cortaron la emisión 20 segundos después y lo suspendieron 1 mes.
Sobre su admiración por la dictadura, no conozco, porque yo me fui en el 75 y no pude volver hasta el 83, y desde entonces voy y vengo continuamente. No me asombra porque hacer buena radio no exime a nadie de hacer garcadas. Ejercer bien una profesión no garantiza nada humanamente, en ese tema Gerardo es bastante claro, al mencionar a Piazzola, y yo agrego a Don Ata.

rodolfo tulio dijo...

Hola Gerardo me pareció sintético y emotivo tu articulo, seguro que a HGM (el Negro) le hubiera gustado...
A Hugo lo disfrute muchísimo mas de 20 años, luego lo conocí personalmente, en la mala (desde el 2006), llegamos a hablar largas horas por teléfono, me llamaba y lo llamaba varias horas en el día (me decía: ahora jodete por haberme dado tu amistad).
Era intuitivo y medio brujo (como el me decía ). Cuando falto a recibir el premio a la trayectoria de ETER, me llamo al toque y me dijo que no iba por que si lo recibía significaba el fin de su labor creativa, ya tenia como 85 años.
Hace unos meses con Neumonía, echado de los Hoteles, le quise hacer un puente para que PAMI se haga cargo, me llamo al otro día enojadísimo (Cabron como el decía) no quería ese tipo de ayuda... No se si esa actitud es la dignidad pero se le parece mucho. Hoy cuando escuche la noticia me vinieron a la mente uno y cada uno de los comentarios que leí en este foro.
Un abrazo.

pablo k dijo...

Que cosa graciosa desacreditar a una persona por el echo de ser de derecha, como si ser de izquierda convirtiera a alguien en buena persona.
HGM forma parte de las personas a las que se les tendría que agradecer por hacernos la vida mejor..Más feliz digo.
No se que repercución tendra la noticia pero es un bajón.

Apio Claudio dijo...

Me acuerdo cuando se le daba por pasar todas lsa versiones del mismo tema y seguidas, o durante las malvinas cuando estaba prohibida la musica inglesa y el seguia pasando Beatles y aclaraba, de Lennon y Mac Carney, ingleses de liverp0ool y se reia.-

Marcos dijo...

"y se me ocurre que este deceso de uno de los pilares de la radiofonía argentina que seguramente no tendrá una gran repercusión en cierta medida está a tono con el maltrato que viene teniendo este medio de comunicación en los últimos años." TN hace un dia entero que cada media hora en sus títulos picasesos viene dando la noticia.

Sargento Barrufaldi dijo...

Recuerdo que una vez, un oyente le criticó que pasara la canción "Obladí Obladá" de Los Beatles. Y el Negro, manejando la bandeja, volvía a poner el tema desde el principio, lo reproducía veinte segundos, y vuelta al principio del tema, mientras se reía y decía: "Mira que linda introducción! Que es lo que no te gusta de este tema?" Y de nuevo la púa al principio de la canción. Estuvo como cinco minutos jugando como un adolescente, haciendo eso. A las carcajadas. Y en casa, estábamos tódos riéndonos con él...

Gerardo Fernández dijo...

Marcos: La repercusión excede el hecho de que un canal de cable pase la noticia durante todo el día. Sería algo así como comparar un buen culo con el sharme.

Cultura Multimedial dijo...

Felicitaciones por el post. Lo hemos enlazado en nuestro blog educativo, parte de la materia "Educación para una Cultura Multimedial", en una escuela secundaria de Capitán Bermúdez, Santa Fe, Argentina.
www.culturamultimedial.blogspot.com

Saludos!

Patroclo dijo...

Un grande, un visionario de la radio, un genio. Recuerdo que se le daba por leer un libro (Radiografía de la Pampa, de Martínez Estrada, por ejemplo) y lo leía al aire de punta a punta durante varias emisiones. Cuando le gustaba alguna frase se tildaba y empezaba a repetirla 20 veces. Veinte veces la misma frase con distintas entonaciones, para metértela en la cabeza! Eso y sus silencios ya lo hacían un transgresor adelantado 20 años a su tiempo. Gracias, Negro.

MARITA dijo...

HOLA BATAQUE!SABES QUE ME PASO ALGO RARO AYER,CUANDO SUPE DE LA MUERTE DEL NEGRO.ME VINO A LA MEMORIA SU PROGRAMA DE RADIO Y LO BIEN QUE LO PASABA ESCUCHANDOLO Y DESPUES,MUCHO DESPUES RECORDE SU OTRA FACETA ,LA QUE NO ME GUSTA ,LA QUE ME ENOJABA ESCUCHAR,PERO COMO EL TIEMPO NO PASA DE GUSTO PUDE Y QUISE QUEDARME CON EL RECUERDO DE LAS TARDES EN QUE LLEGABA DE LA FACU DERECHITO A ESCUCHARLO.SALUDOS

Carpe Diem dijo...

Lo recuerdo a fines de los '60, haciendo "El show del Minuto" por Radio Belgrano, que creo iba de 14 a 18. Yo estaba en el secundario, pero a la mañana, así que lo oía en la radio que mamá sintonizaba mientras hacía sus cosas. Era un placer oírlo con su particular estilo, su risa profunda, sus peculiaridades tales como la lectura de libros enteros, como alguien recordó antes.
Y periódicamente los quilombos que se armaban con algún comentario suyo, como cuando tomó la muletilla de preguntar al aíre "¿quién le robó el piano al general en Caracas?", alusión que enfurecía a Roberto Galán, frecuentador de Perón en su exilio venezolano. O cuando escrachó a Sandrini porque en su película La Valiaj se pasaba un final distinto, edulcorado,en los barrios del que se exhibía en los cines céntricos, que era el "oficial" y en el que el marido abandonaba finalmente a su mujer. Malvina Pastorino inició una cruzada contra el Negro que se animaba a criticar al prócer con el que ella estaba casada...
De todo eso, y de sus gustos musicales, que lo hacían un difusor de lo bueno hasta para los que, como yo, tenemos un cigarro de hoja en cada oreja, prefiero acordarme ahora. Y no del de la etapa televisiva en el menemato, cuando dió rienda suelta a una vena reaccionaria que no se si le llegó con los años o siempre portó para hacerla evidente en el ocaso de su carrera. Como no lo conocí personalmente no lo critico por sus ideas, de las que era dueño, sino por la exteriorización de ellas en actitudes tales como dejarlo hablando solo a Larralde (el negro se fue del estudio) porque este se animó a criticar la situación social qu se vivía en los '90.
Elijo entonces portar en mis recuerdos al Negro de "El Show del Minuto". Y que en paz descanse.

Anónimo dijo...

Todo bien Gerardo, solo digo que a veces, y con razon, se habla de la manija que le dan a ciettos temas en TN porque los repiten cada media hora, es la misma que sse le dio a esta noticia. Abrazo

Unknown dijo...

Hola Gerardo:
Mira, encontré tu sitio gogleando “Marthineitz”
No tengo facilidad de palabras, por lo que te pido permiso,
para hacer míos tus comentarios respecto al “Negro”.
También las intervenciones de uds. me emocionaron.
Seguramente Hugo fue un tipo controvertido, y lo podríamos criticar horas y horas, el mismo se publicitaba como “polémico” y exageraba esa faceta para estar en el candelero.
Pero todo eso queda empañado, por lo que el innovó.
Para mí fue un –GENIO-.
Me lo cruce en la calle (siendo yo adolescente) hace más de 30 años, le balbucee: mi mamá lo escucha siempre, y recuerdo ese momento como si fuera hoy.
Hace un par de años cuando aparecían noticias diciendo que estaba en las malas, le escribí un par de mails, nunca tuve respuesta y no creo que los haya visto.
En el momento que escribo esto se me pianta un lagrimón, y bueno mi sentido homenaje a un -GRANDE- de la radiofonía, te voy a extrañar.

PD. Saludos a todos los que le dedicaron unas líneas al Peruano Parlanchín…

Jorge Antonio dijo...

Recien me entero de su muerte. Me duele, sabia que la estaba pasando mal. Muy buena reseña de Gerardo. Soy peruano, vivi 20 años en Bs.As.Hoy vivo en Connecticut (USA). Dos recuerdos, cuando estudiaba Caricatura e Historieta, un profesor de Historia, muy respetado, hablo del negro con una reverencia brutal, dijo algo asi como que la radio Argentina hay que hablarla un antes y despues de Guerrero Martineithz. Otra, me comunique con el para hacerle un reportaje (1984 mas o menos), apenas le dije que era para una revista del Centro Cultural Peruano... me corto con esta frase "que le vaya bien". Mi breve conclusion, fue un genio, un talento de las comunicaciones, pero su ego y petulancia nos dividio a muchos.

Jack Celliers dijo...

Llego tarde, pero me parece un excelente recuerdo. Cabría recordar también lo que significó su programa de TV: A Solas, cuyo formato totalmente nuevo luego imitó un tropel sin llegarle a los talones.

Y sí: además de eso era un atrasado, un petulante y un reaccionario. Nada cuesta imaginarlo, negro y todo, como un capataz de esclavos. Pero quedémonos con lo bueno.

Juan Carlos Martins dijo...

Estimado Gerardo Fernández y foristas:

También caí en este rincón de Internet tras una búsqueda en Google sobre el Sr. Guerrero Marthineitz.
Al igual que muchos de Ustedes, atesoro el recuerdo de aburridas tardes de verano en mi infancia, pero matizadas gratamente por la compañia de este Señor y su particular programa radial, "Reencuentro" en Radio Continental.
Aún recuerdo mi fascinación cuando presentó el mágico álbum "Spiral" de Vangelis: había temas que rozaban los 10 minutos de duración, y se pasaron completos; impresionante!
Luego de esa breve época, a principios de los 80, le perdí el rastro muchos años, aunque siempre mantenía el recuerdo.
Fué recién en el año 2008 que volví a tener noticias de él, a través de una revista que acompañan los periódicos (creo que fué la "Nueva"): la nota publicada me dió la desagradable noticia de que vivía sólo gracias a la ayuda de hijos o amigos, y que ofrecía a quien guste una especie de servicio de "charla a domicilio", a cambio de 100 pesos.
Residiendo yo muy lejos de Buenos Aires como para eventualmente acceder a tan tentadora idea, sólo atiné a escribirle un mensaje similar a éste, en el cual le manifestaba mi grato recuerdo y gratitud por los momentos vividos.
Él me respondió el 12 de Abril de 2008, lo cual aprovecho a compartir con Ustedes a continuación:

"Señor Juan Carlos Martins, todo saludo es valioso. Y mucho más valioso si proveniente de quien a uno le conoce nomás que de oído, y uno está solo.

Aunque a ratos se me ocurre sentirme solo. Digo a ratos, porque sé que no fui ni soy desmemoriador de personas como usted. Pero sé que no fui deshonesto en mi responsabilidad con el oyente o televidente.

De qué puede servirle uno a la conciancia de uno si uno mismo no se transmite un poco a través de cada rato de su oficio hacia quien lo requiere. O hacia quine por mera casualidad le descubre.

Mi gratitud hacia usted, Señor Martins, en reciprosidad a su e-mail. Y mis saludos hacia su esposa peruana.

Más de medio siglo de vida laboriosa en esta tierra Argentina, a la que llegué contratado para trabajar en radiofonía y televisión, fortalecieron mi amor inquebrantable por el Perú y su limeñidad de mi origen.

Gracias pues por sus palabras señor Juan Carlos Martins.

Gracias.

GuerreroMarthineitz."


Evoco este recuerdo con tristeza, no tanto porque se haya ido -todos lo haremos en algún momento- sino por la forma en que terminó su vida profesional, creo que injustamente, posiblemente como otra víctima de las tantas etiquetas que los argentinos solemos poner a unos y otros, con total desprecio y omnipotencia, según conveniencia del momento.

Espero no haber cansado a nadie con mi extensa evocación.

Saludos cordiales,
Juan Carlos Martins.

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