martes, 6 de julio de 2010

Otra mirada sobre el caso de los hijos de Ernestina de Noble


"Marcela y Felipe tienen derecho a patalear, a falsear las pruebas, a negarse a todo y a todos, a sostener los relatos más inverosímiles, a agarrarse con uñas y dientes de las patas de la mesa que sostiene precariamente un cuento infantil en el que los abandonaron en la puerta de una señora que los salvó de la intemperie.
Y también tienen derecho a que la Justicia tome con firmeza las decisiones que le competen, investigue y sancione a quienes corresponda. Porque no es un delito de acción privada, no es importante la opinión de los imputados del delito ni de las víctimas de ese delito."

Notable columna de Raquel Robles. La nota completa, acá

2 comentarios:

Mariano T. dijo...

Si la vieja crepara mañana, a nadie le interesaría mucho si eran o no hijos, ya no la podrían meter presa, y el efecto político de la identidad de ellos sería ínfimo.

dardo ruben dijo...

En las ultimas apariciones publicas de Felipe, se lo ve con la cabeza rapada y a Marcela con una bincha o algo parecido y el pelo bien recogido para evitar seguramente y por pedido de la jueza se le tomen muestras de ADN de algun cabello suelto, no me hubiese extrañada que Marcela tendria puesta alguna peluca muy similar a su pelo natural, con las muestras de ADN tomadas de sus ropas se puede por "descarte" compararlas con la base de datos ya que seguramente se encontraran unicamente su pertenencia solo entre las muestras de los familiares que fueron victimas y llegar a una certeza necesaria para ordenar una nueva prueba.

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