Me encanta ganar y hasta si pierdo una partida rápida de Ajedrez me pongo de muy mal carácter pero como dijo el sabio Panigazzi "Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa"
Perder debe estar siempre entre las posibilidades y más cuando tenés enfrente rivales de una talla similar a la tuya, incluso se puede perder ocasionalmente con rivales inferiores, porque las cosas no salen, porque te equivocás, porque los dioses los tenés en están (preguntale al jugador de Ghana que erró el penal en el último minuto del alargue)
El problema es cuando el "ganar cueste lo que cueste" se transforma en un corpus ideológico y confunde las cosas haciéndole creer hoy, por ejemplo, al empleado de una gomería que vive con lo justo que si la selección le gana a los alemanes sus condiciones de vida concretas también "ganan" cuando en realidad siguen igual que hasta ayer a la tarde.
Se me ocurre que este bilardismo, categoría ideológica para la que lo único que importa es ganar, no casualmente ha echado muchas raíces en esta tierra de "ganadores". La tenemos tan clara, la sabemos tan pero tan "lunga" que precisamente por eso nos la han colocado de todas las formas posibles y nos han mandado a la lona cuantas veces lo han querido pero nosotros, piolas de la primera hora, seguimos como si nada, ganando a lo pavote en los bares, con los retiros voluntarios de Menem y sacándoles el mejor jugo en su momento a los Patacones y los Lecops.
Y así fuimos de triunfo en triunfo, deambulando por la gloria mientras los milicos y los grandes empresarios a los que les interesa el país hicieron mierda nuestro aparato productivo hasta que finalmente llegó el menemismo y envolvió para regalo los restos de la Argentina, mientras los ganadores seguíamos degustando las mieles del ganar o ganar cotidiano (Este es uno de los motivos por los cuáles no puedo ser peronista, porque creo que un buen peroncho asume a Menem como propio, cosa que yo puedo lograr)
Es que cuando convencés a buena parte de un pueblo de que son unos piolas bárbaros ya tenés la mitad del partido ganado porque mientras les vas sacando lo poco que les queda de Estado, de empleo, de fuerzas productivas y de dignidad los giles están creídos que ellos también están ganando, hasta que se acaba el festival, hasta que la orquesta se va y reaparece con todo su esplendor la derrota cruel y en anoticiamiento tardío de cómo fue de fabuloso el tamaño del empome que nos comimos. Y, por supuesto, la culpa la tienen los gobiernos, no nosotros que si hubiéramos estado ahí...
Shavés qué....
1 comentario:
Justo a tiempo, muy oportuno el comentario Gerardo. Antes del partido... y no después!!!
"Perdimos, no pudimos..." parafraseando a Envar el Kadri, pero perdimos bien.
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