sábado, 26 de junio de 2010

Miriam


Diciembre de 1995. Conducía "En Tierra Firme" de lunes a viernes entre las 9.00 y las 13.00 en la FM Latinoamericana, desde la pajarera del "Círculo Apolo Machaín Saavedra" Sin dudas el mejor programa que tuve, no creo que vuelva a vivir aquellos momentos de radio nunca más. El tema es que en la previa al cumpleaños de Joan Manuel Serrat una oyente muy activa, Miriam Vázquez, me ofreció acompañarme en un especial que yo tenía previsto hacer sobre el Nano pues me contó que tenía bastante data. Acepté gustoso el convite pero resulta que ese 27 de diciembre esta loca rematada se apareció en la radio con una cantidad de material que jamás podría haber imaginado que existiese: Revistas de acá y de España, recortes, diarios, libros, cassettes y Cds que no había visto nunca, en suma: una cantidad de información que me llevó a proponerle ahí mismo instalar un micro dedicado a cubrir la vida de Serrat ya que contábamos con todo ese material que estaba pidiendo aire a los gitos. Así fue que surgió el "Pequeño Serrat ilustrado", un micro de unos 20 minutos que Miriam empezó a hacer a partir de ese día todos los jueves entre las once y media y las doce.

Eran tiempos de mucha movilización en la radio. Había una audiencia que había empezado a escuchar cosas raras (Buarque, la trova cubana, Los Trovadores, etc) en la frecuencia modulada y se vivía una suerte de destape radial que además coexistía con el momento de mayor apogeo del menemismo. Las Fm barriales -no todas, obvio, pero sí muchas- le ponían voz y música a esa parte de la Argentina que sabía que así como íbamos marchábamos al estrole.

En latinoamericana se creó por aquellos días la Red de Oyentes, un espacio de militancia para que todos aquellos que quisieran hacer algo tuvieran un espacio, un ámbito para por lo menos encontrarse con otros iguales. Miriam era una de las más batalladores junto, entre otras, a Laura, la querida Laura del blog "La Insoportable finitud del Vermicelli" que por entonces vivía en Saavedra y era fiel oyente de la Latinoamericana. Miriam tenía una hijita hermosa que si los años no me traicionan se llamaba Gala. Todavía recuerdo sus ojos enormemente azules y su carita hermosa en aquella noche en que me la llevé de una peña al kiosco y le compré un montonazo de golosinas. Durante una cuadra tuve esa felicidad que sólo propinan los niños cuando tienen onda con uno.

Miriam tenía un marido bastante mayor. Si ella andaba en esos días por los treinta y pico (más cerca de los 30 que de los 40) Eduardo tendría unos cincuenta y tantos, era taxista, buen tipo y también oyente de la radio.

En agosto de 1996 me reputié con los dueños de Latinoamericana y me fuí a FM Bahía, de Villa Urquiza. Fue una ruptura resonante pues mi programa era por entonces el más importante de la emisora. Se generó un "run run" muy fuerte, con oyentes que me bancaban a mí y otros a la radio. En fín, las vicisitudes propias de esas internas que nunca aprendemos a manejar como se debe. Miriam quedó como tupacamarizada sin saber qué hacer pues venirse conmigo a otra radio en ese contexto le significaba resentir su vínculo con la Red de Oyentes aunque en rigor sus problemas eran de otra índole, que yo desconocía.

Un mes después, más o menos, Miriam se apareció por casa a contarme que se había separado, que el vínculo con Eduardo no daba para más, que entre otras cosas era extremadamente celoso, que hasta incluso desconfiaba de que hubiese algo entre nosotros dos, un cuadro realmente patológico. Me informó además que había decidido reiniciar el micro de Serrat en mi programa, ahora en la nueva radio y listo, que seguía para adelante a como diera lugar. Claro, ahí me cayó la ficha de porqué en un primer momento dudó la pobrecita: tenía el frente interno complicadísimo...

A los pocos días, exactamente el mismo sábado de mierda y lluvioso en que se mató Gilda sonó el teléfono temprano y me dieron la noticia horripilante: El viernes a media tarde Eduardo había vuelto a la casa de Mirian, ahí en Avenida Constituyentes. Le había disparado a ella y a la pequeña Gala, de unos 6 añitos, había incendiado la casa y finalmente se había descerrajado un balazo también mortal. Miriam murió ahí mismo y la nena llegó con un hilito de vida al Pirovano pero no logró sobrevivir.

Esto lo escribo porque recién le conté a Lucas sobre un reportaje que le hice una vez a Luis Eduardo Aute y me pidió que lo subiera a la red. Ese cassette lo tuvo hasta ese infausto día la querida Miriam, una flaca linda, tranqui, profesora de Bellas Artes, una de esas tantas gentes sensibles que pasan por el mundo tratando simplemente de ser feliz.

Cada dos por tres se me aparece Miriam, atesoro su voz en algunos cassettes donde grababa el programa. Recuerdo una nota muy fuerte que le hice a la inolvidable María Adela Antokoletz con ella temblando de la emoción al lado mío; recuerdo que también me acompañó a esa entrevista con Aute en el Hotel Presidente porque además la movilizaba muchísimo la faceta plástica del español.

Por ahí también tengo fotos que sacamos el día que nos visitó en la radio el inmenso Dori Caymmi, fotos donde está ella con "Huber Sotomayor", un "marciano" del cuál hablaré algún día, fotos donde también está Eduardo, tipo del que por supuesto guardo un grato recuerdo porque al fin y al cabo él también fue víctima de un corazón muy maltrecho, de esos que generan estas muertes que nunca terminan de morirse dentro nuestro.

Ya está Lucas, vos no me pediste nada, sólo un reportaje a Aute, pero bueno, acá estoy, conteniendo las lágrimas, mirando la pantalla, jugando con los hielos del Whisky y recordando esa caminata por Avenida Monroe con Gala...


9 comentarios:

francisco cellini (@aquileaaquilea) dijo...

un abrazo, gerardo.

perdida dijo...

q triste

Anajul dijo...

Nada para decir. Abrazo a la distancia

Laura dijo...

Sofía, Sofía Gala se llamaba...Y tenía una carcajada tan contagiosa y clara como pocos chicos tienen. Recíen lo leo y estoy llorando con vos. Fue una muerte que como mina me partió al medio. Pasé noches sin dormir,y no estoy jodiendo. Nos banábamos con otra querida amiga, Mónica (de Paternal). Esas cosas no sólo pasaban en los diarios....
Un abrazo enorme
Laura

Comandante Cansado dijo...

Un abrazo, Gerardo.

Gustavo dijo...

Gracias, por compartir este recuerdo con nosotros y por mantener viva la memoria de una mina que, por lo que nos contas, no se merecia lo que le paso. Un Abrazo

fer, el kioskero dijo...

Ufffff........que fuerte Gerardo.
Como duelen las heridas del alma!
Hacé de cuenta que estoy frente a vos en este preciso momento y te abrazo co toda mi fuerza.

Walter Vazquez dijo...

Querido Gerardo. Hoy sin saber el motivo, arranques del corazón, nostalgia, dolor, no se, pero puse el nombre de mi hermana en google e hice click en imágenes en busca de un imposible, algo que me devolviera un poquito de ella. Y mis ojos atónitos se inundaron de lagrimas cuando la vi ahí, con la foto de su amado Serrat en la Latinoamericana.
No puedo creer, no puedo explicarte el momento de profunda emoción que me estas haciendo pasar. No se que decirte solo atino a agradecerte profundamente este regalo, de volver a sentirlas tan cerca. Y agradecer a la gente que comento tu nota. Saber que están en el recuerdo de mas gente que nosotros. Me encantaría charlar algún día con vos, y compartir este material que tenes de ella. Nosotros tenemos aún todas sus cosas Serrateanas como le gustaba llamarlas.
Su hija se llamaba Maia Sofría, otro ser increíble, la vida me dio dos hijas con ojos tan hermosos como los de ella para apagar de a poco la llaga de tanto dolor. No puedo mas.
Que ganas de abrazarte.
Walter

Ariel dijo...

Abrazo, querido.

Ariel

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