jueves, 10 de junio de 2010

El dogmatismo de los sectores dominantes



Este titular inolvidable de Clarín tiene bastante que ver con una idea que hace tiempo me da vueltas en la cabeza y es que los sectores dominantes de nuestro país padecen un nivel de fiebre dogmatica tan elevado que los arrastra a perpetrar cotidianamente un sinfín de bloopers que pasan desapercibidos puesto que, entre otros factores, en el dispositivo mediático se padece el mismo síntoma.


Los tipos parten de la base de que todo lo que hace el gobierno está irremediablemente mal y que entonces, aunque esa gestión equivocada ofrezca resultados favorables, reflotan a cada rato la idea del “veranito” que fue presentada en sociedad ya a mediados de 2002 cuando Roberto Lavagna estaba en el ministerio de economía. Han pasado ocho años y siguen blandiendo la misma consigna, la idea de que este bienestar de un sector importante de la población es algo así como “pan para hoy y hambre para mañana”, que algunas variables andan bien o con buenas perspectivas pero que el país marcha inexorablemente al desastre y por lo tanto no hay que andar bailando tan alegremente en la cubierta del Titanic.

Ayer por la mañana Víctor Hugo Morales entrevistó al gerente de una inmobiliaria sobre el boom en las ventas de departamentos en la ciudad de Buenos Aires y este buen señor, derramó en todo su esplendor varios items de este dogma perenne. El gerente planteaba que “la gente” realiza inversiones inmobiliarias para cubrirse, para capitalizarse -algo que por otra parte es obvio- y que por ejemplo compra autos nuevos y caros para darse un gustito en medio de una realidad compleja y preocupante.

La idea que subyase es que si se venden más autos y departamentos, si se venden más plasmas y más gente sale de vacaciones es porque el precipicio está a la vuelta de la esquina. La gente se cubre y aprovecha los días previos al tsunami para disfrutar un poquito. No es que la economía esté mejor, no. Es que aquellos que tienen algún ahorro lo gastan porque ¿para qué seguir guardando si todo caerá en saco roto? Si no amamos ahora ¿Cuándo lo haremos si el choque de planetas es inminente?

Como no pueden tapar el sol con la mano se busca instalar la noción de que todo es un desastre y que sólo hay algunas pequeñas alegrías en medio de un contexto atroz.

Tienen metido en la cabeza un diseño y una serie de teorías -que por otra parte nunca dieron resultado salvo, obvio, para los sectores acomodados-. Están fatalmente convencidos de que los pobres deben recibir sólo lo que les sobre a los ricos. Creen a muerte en que así como hay Dios, la copa alguna vez derrama, aunque no haya experiencia mundial para probarlo.

Y lo peor es que no es una pose. Lo fulero es que estamos en presencia de una creencia arraigada a full, es como que se les ha metido una garrapata ideológica en el zapallo que les impide analizar las cosas de otro modo. Para ellos, que la Argentina haya estado fuera del “mercado de capitales” fue “un problema” porque están incapacitados de entender el mundo de otra manera.


Son los mismos que en estos días, cuando Europa cruje, siguen insistiendo en que se debe a “errores” de aplicación. En los noventa nos atormentaron con las "reformas pendientes" y pusieron en ese faltante las causas de nuestros males. Nos dijeron hasta el cansancio que eso nos pasaba porque no hacíamos las cosas como en el "primer mundo"


¿Y ahora, señora?


Les han enseñado eso y lo repiten de memoria, mecánicamente, porque desconocen la posibilidad de mirar las cosas desde otro lado. Hay un modelo de economía, de propiedad y de distribución de riqueza que ya está predeterminado y no admite discusión.


Dios existe y punto.


Frente a este dogma viene tomando cuerpo muy lentamente pero sin pausa otra mirada, otra visión que entronca con algunos paradigmas del kirchnerismo pero que lo excede. Si algo nunca vamos a dejar de agradecerle a esta primera década del siglo es que se puso todo en discusión y que desde diversos sectores se empezó a demostrar y a poner a la vista de todo el mundo el dogmatismo cerril con que desde los sectores dominantes se procede. Se empezaron a hacer trizas muchas certezas otrora indiscutibles y ahora nos encontramos con la interesante contradicción de que incluso algunos sectores empresarios que les va muchísimo mejor que cuando se aplicaron las recetas a las que ellos están aferrados apriorísticamente, cuando se los aborda por fuera del ámbito periodístico o público no encuentran una explicación lógica de porqué les está yendo tan bien si es que el gobierno está haciendo todo tan mal.



-----------------------------------------------

6 comentarios:

Predicad0r ∞(...)∞ dijo...

Gerardo no es el caso de Clarin por supuesto, porque son fundamentalmente una usina de sentido.

Ahora es el punto central del debate politico. Todos atesoramos y cuidamos nuestros propios sistemas de creencias. Se venia hablando mucho de "la espiral de silencio", en psicologia hay una hipotesis que es la de "disonancia cognitiva" http://es.wikipedia.org/wiki/Disonancia_cognitiva.

Si la realidad se contrapone a nuestros sistema de ideas la tendencia es generar razonamientos y justificaciones para sostener las ideas previas...Que los K son lo mas malo de lo mas malo ya esta recontrainstalado, la tendencia va a pasar por explicaciones que sostengan dicha idea.

Perdon por el copypasteo:

"En estas situaciones siempre da la impresión de que, en realidad, no defendemos cierta postura por una serie de razones (las que ofrecemos a los demás), sino que damos esas razones porque defendemos cierta postura. Dicho de otra forma, no nos molestamos en pensar lo que hacemos, pero sí que nos molestamos en pensar cómo vamos a justificar (ante los demás y ante nosotros mismos) lo que hemos hecho.

Y es que el ser humano tal vez no sea un animal muy racional, pero de lo que no hay duda es de que es un animal un poco obsesionado por la coherencia. Y también por la apariencia. Una vez tomada una decisión, nos cuesta reconocer que tal vez nos hayamos equivocado. Nos resulta más fácil ponernos a defender la alternativa elegida con uñas y dientes, porque así podemos percibirnos a nosotros mismos como personas coherentes, y porque, además, defendiendo nuestra elección, nos convencemos de que hemos elegido bien (si no ¿por qué iba a haber tantas razones para actuar como hemos actuado?), de que somos personas sabias, con convicciones sólidas... y un largo etcétera. Siempre tratando de quedar bien con los demás y de ser capaces de dormir con la conciencia tranquila."

A todos nos toca las generales de la ley, me parece que la unica vacuna preventiva o paliativo es ejercitar el pensamiento critico. pero esto ya es otra discusion.

Saludos

El Ruso dijo...

Hola Gerardo, hablando de tapas lamentables, esto lo vi en la revista Barcelona y dije lo voy a chequear y mira lo increible:
Clarin tapa del 20/05/10:
http://edant.clarin.com/diario/2010/05/20/tapapapel.htm
Clarin Tapa del 20/05/05
http://edant.clarin.com/diario/2005/05/20/tapapapel.htm
Saludos

Contango dijo...

Gerardo, el tema es apasionante y creo que los empresarios están para terapia de grupo, pero el enfoque derrama hacia los PYMES, tiene la misma estructura de pensamiento y doblega su realidad a la ideología. La realidad los golpea todos los días, pero día a día reafirman esa desconexión con lo que realmente les sucede. Conozco centenares de pequeños industriales (burgueses) y son contados con los dedos lo que realmente relaciona una buena administración económica del país, con su realidad pujante, por que al 100 % les funciona el negocio a las mil maravillas. En base a las experiencias discursivas y su actualidad económica pude realizar un indicador, un ratio, sobre la percepción de la realidad y la cantidad de empleados, te paso a explicar; menos de 10 empleados, su situación económica es buenísima, nunca estuvo así, pero su discurso sobre la realidad es sombrío, su avance económico son exclusivos y dependen únicamente de su habilidad, el 2001 es un vago recuerdo pero ahí si fue culpa de la política su desdicha económica, tiene a todo el personal en la informalidad ( Viste si pago todo, tengo que cerrar, te dicen ) ven a los puestos de trabajo, no como una necesidad para su actividad sino como una acciona social altamente altruista con perfil empresarial.. Mas de 10 y menos de 50, ahí es donde somos fuertes, estos muchachos reconocen su realidad, pujante como nunca, entienden los desafíos de gobernar y dejar a todos contentos, ven en el sindicalismo lo que fue ,lo que es y su beneficio sobre los posibles compradores de sus productos, admiten la conexión entre su nivel económico y la realidad del país y sus habitantes. Tratan de tener a todo su personal regularizado (obvio por mil motivos) pero tratan, Ba, son empresarios nacionales y populares. Es un indicador pero me funciona para encarar una conversación. Los de mas de 80 son los que fueron al Hotel Hilton, pusieron 5 lucas verdes (RSBP) y fueron a ver a Bill Clinton para escuchar de una buena vez; la explicación de todas sus desdichas actuales en economía y política, pero claro, se le atraganto la comida a mas de uno, por no decir a todos, afirmando una vez mas que estos Kirchner engrupen a todo el mun

DelsioEvarGamboa dijo...

Para ser conciso y concreto, vendría a ser . . . ¡A coger que se acaba el Mundo!

Caléndula dijo...

Tal vez esa ¨garrapata ideológica¨ no sea más que la forma abichada de la resistencia a la disonancia_cognitiva que bien cita Predicador.

Pero sólo es cuestión de tiempo, porque cuando se torna cada vez más evidente el cambio de eso que llaman realidad, el sistema de ideas (la garrapata) que sostiene los justificativos resistenciales cae finalmente para dar paso a la creencia generalizada en el nuevo modelo.

En otras palabras estaríamos en plena transición hacia un definitivo y generalizado cambio cultural.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Contango: en el sector agropecuario pasa exactamente lo mismo. Pero no es nada nuevo, si ya Jauretche en "El Medio Pelo..." lo describe.

Entrada destacada

A propósito de Mundstock y ciertas giladas

A propósito del fallecimiento de Marcos Mundstock volvió a aflorar esa actitud mediocre de refutar a un artista por sus posiciones políti...