martes, 19 de enero de 2010

El famoso modelo chileno


"El siempre elogiado auge económico de Chile ha sido generoso con la inversión, pero no ha derramado sobre todos por igual. El desempleo orilla el 10%, una cifra que sólo puede parecer pequeña a los argentinos, acostumbrados como hemos estado al hiperdesempleo. Pero es mucho en un país con un sistema laboral tan flexible como el chileno, que hasta la llegada de Bachelet al poder permitía que empresas de atención al público «licenciaran» por un rato a sus trabajadores para evitarse el pago de algunas horas de trabajo. O donde dicha flexibilidad laboral no ha impedido que el empleo en negro o informal siga afectando al 40% de los trabajadores, donde los puestos de trabajo «tercerizados» siguen siendo moneda corriente y donde se permite a las compañías registrar diversas razones sociales a fin de poder despedir por una ventanilla a empleados al cabo de los once meses en los que no rige el derecho a indemnización para recontratarlos luego por otra.Hace poco, a propósito del ingreso de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, el «club de los países ricos»), se dio un llamativo contrapunto entre el Gobierno chileno y el secretario general de la entidad, el mexicano Ángel Gurría. Pese a datos como los brindados más arriba, éste denunció al sistema laboral del nuevo miembro como demasiado rígido, sobre todo en lo que hace a los costos del despido. ¿Qué diría Gurría entonces de países como Alemania o Francia, cuya pertenencia al mencionado club nadie en su sano juicio pondría en duda?En paralelo a aquella tirria se conocieron los resultados de la Encuesta Laboral 2008, un estudio oficial. Según éstos, si bien el 71,8% de los contratos laborales son ilimitados, las prácticas antes descriptas hacen que el 50% de ellos se interrumpa antes de los tres años y que el 20% culmine antes del primer año. Así, dado el plazo de prueba de once meses trabajados previsto por la ley, esos trabajadores no acceden a indemnización.Más en concreto, el mencionado trabajo indica que apenas el 7% de los despidos da lugar al pago de indemnizaciones, que, por otra parte, tienen un techo de doce salarios. ¿Se puede hablar de despido caro en Chile?Por otro lado, el 55% de los asalariados chilenos percibe menos de 630 dólares brutos, el 31,4% entre 318 y 477 dólares y un 6,4% directamente gana menos de 318.Con estos datos, por ejemplo, ¿cómo «se emancipa» un joven en Chile, cómo planifica su vida, cómo accede a su propia vivienda, cómo encara un proyecto matrimonial o la aventura de la paternidad? Sobre todo cuando la educación universitaria es muy cara (especialmente la estatal, otra gran paradoja para el sentido común argentino) y los estudios no son una alternativa fácil para muchos de ellos."


Extraído de este muy buen post de Marcelo Falak



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4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿ Ande están los comentaristas que cacarean tanto con el modelo chileno ? ¿Se murieron todos po ?

Mauri Kurcbard dijo...

La UBA esta llena de estudiantes chilenos, las demas Univresidades idem.

No dijo...

Hace unos días estuve en Chile, en Santiago, Viña del Mar y Valparaíso. La desigualdad que existe es inmensa, en Santiago hay edificios lujosísimos (más que los de Barrio norte o Belgrano de acá) y a pocas cuadras enormes barrios carenciados. A su vez, el transporte público es mucho más caro: el colectivo sale 70 centavos de dólar, algo así como $2,70 pesos nuestros. El subte 90 centavos de dólar, o sea, casi $3,50 nuestros. Igual, ojo, no digo que esté mal, fue sólo la expresión de una gran sorpresa. Es más, creo que no estaría mal sincerar un poco las tarifas de transportes acá en la CABA, sobre todo teniendo en cuenta que acá la nafta y el gasoil son más baratos que en el interior...

timoneldetormenta dijo...

Los salarios es lo que hay que sincerar. Hay que tener cuidado con las comparaciones que uno tiende ha hacer sin tener toda la información del caso porque corremos el riesgo de empezar a pensar que los pobres empresarios son víctimas del populismo del matrimonio diabólico, que justamente es lo que quieren hacernos creer para poder volver como siempre a "meternos la mano en el bolsillo"

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