La semana pasada entrevistamos en La Bloguera al politólogo Edgardo Mocca en el intento de comenzar una serie de notas sobre el radicalismo dado que nos intriga su presente y su futuro.
La intriga se funda en que el presente político e ideológico de esta fuerza no pareciera tener muchos puntos en común con el yrigoyenismo ni con aquellas corrientes como el Movimimiento de Intransigencia y Renovación de Moisés Lebensohn o el alfonsinismo de los ochenta.
Mocca dice en el reportaje que así como en el radicalismo existieron figuras como Yrigoyen o Alfonsín, también hubieron dirigentes como Balbín y De La Rúa, advirtiéndonos sobre la lógica de las dos corrientes fundamentales que habrían operado al interior del centenario partido a través de los años.
Pero ayer en Miradas al Sur se publicó una nota muy interesante, titulada "Alfonsín, ¿una excepción dentro de radicalismo? donde el título mismo sugiere una interpretación que por lo menos merece un estudio profundo. Repasando a vuelo de pájaro la historia de este partido se observa que salvo el período liderado por Alfonsín -la década del ochenta- esta fuerza política estuvo siempre mucho más cerca del centroderecha que del llamado progresismo, de ahí que su presente no podría caracterizarse como una desviación grosera de los postulados históricos sino como un regreso al lugar político concreto que la política argentina le tiene reservado y que encuentra en la Unión Democrática su perfil distintivo e inconfundible.
Dicho de otro modo: Este radicalismo de Cobos, Sans, Aguad y Morales se emparenta mucho más con el radicalismo que desde Marcelo T. de Alvear hasta Ricardo Balbín atravezó cinco décadas (desde los años 30 a los 80), que llegó incluso a participar de elecciones con el peronismo proscripto -una manifestación voluptuosa de desprecio por la democracia- que con el interregno alfonsinista.
Un tema atrapante, sin duda.
---------------------------------------------------------
---------------------------------------------------------
17 comentarios:
Bucear en la historia del Radicalismo, identificar sus líneas internas y repasar sus continuidad y rupturas históricas es mucho menos frecuente que hacerlo con el Peronismo. Quizás porque el Peronismo concita el interés morboso de muchos antiperonistas con acceso a la pluma y al micrófono.
Una simplificación respecto al partido centenario es trazar una línea histórica Alem-Yrigoyen-Alfonsín,, llenando los espacios vacíos con fábulas y suposiciones democráticas y republicanas.
Al tibio reformismo y la afirmación nacional en el plano de las relaciones exteriores de Yrigoyen no lo sucedió nada. No sólo por culpa de Uriburu y Justo, sino en mérito a los antipersonalistas los alvearistas y demás especímenes que luego serían la corriente unionista, la UCRP, de Balbín y cía. Se olvida a Sanmartino, a Santander y a otros exponentes del radicalimo de ultraderecha y ultragorila. Se exalta al curioso demócrata Illia, que gobernó sobre la proscripción de las mayorías con el comando civil Zavala Ortiz de canciller (único civil que participó de los bombardeos de Pza. de Mayo desde el aire).
Se olvida en fin, la puja que hubo entre la corriente democrática y nacional que dió frutos como el forjismo en su hora, y luego a dirigentes como Oscar Alende, y el sector que se convirtió en la pata civil del golpismo, la entrega y las dictaduras. Se olvida fundamentalmente que en vida de Balbín, Alfonsín no ganó jamás una interna. Quizás porque desde 1945 lo mejor del radicalismo ya tenía otro partido.
Gerardo, el quiebre fue el golpe del 30. Más allá de alguos rasgos de reformismo, el yrigoyenismo cedió ante presiones corporativas (salvo en el tema petrolero, factor clave en el 30)y fue perdiendo espacios en el contubernio alvearista a pesar de que el Peludo le puso como vice para cuidarlo al cajetilla a un tipo notable, Elpidio Gonzalez.
Tras el golpe del 30 parte del partido acepta las reglas de juego de Uriburu y Justo. De ahí viene el aval a elecciones truchas mientras los radicales en serio, como los forjistas, y los del Paso de lso libres, ponían el cuero.
Así llega un tipo como Amadeo Sabattini, el fundador de Linea Nacional, la corriente más derechista del partido, de la que luego surgiría Balbín. No te olvides que la UCR cordobesa es recontra derechista y cerrada (su equivalente peronista es el PJ bonaerense, reconoscamoslo). Ahí están De la Rúa, Angeloz, Mestre, Aguad, e incluso Illia, que fue vicegobernador de Sabatini. Esos pibes hegemonizaron el partido hasta que surgió Renovación y Cambio en el 72 con Alfonsín. En el medio, el sello y el escudo de la UCR se lo quedaron ellos cuando la división frente a la UCRI del chanta de Frondizi.Y la rama cordobesa de la UCR, la más derechosa, siempre metió un cordobés en la fórmula: Illia en el 63, Gammond y Chupete en el 73 de vices de Balbín (si bien DLR ya jugaba en Capital), Matínez en el 83, Angeloz en el 89, Hernandez de vice en el 95, y Chupete en el 99. En el 2003 Losada, misionero él, era hombre de Linea Nacional atrás de Moreau. Con los últimos resultados de Córdoba temo que vuelvan a hegemonizar el partido.
En un todo de acuerdo Carpe Diem. Solo le marco una omisión no menor. Carranza, el Ministro de Obras Publicas del Padre Putativo de la Democracia,(Raul Alfonsín) que ponía bombas en el subterraneo tambien comando civil.
Ah! sigo siendo Radical Intransigente, y sigo sosteniendo que la caracterizacion de "El Regimen" y "La Causa" está vigente.
Una de las primeras acciones para "marcar el terreno" a Irigoyen, fueron las huelgas, en especial las de la Patagonia, fogoneada por la Sociedad Rural de Santa Cruz y la Embajada Inglesa que fue dirigiendo los tiempos mientras la Corona trasladaba tropas a Malvinas, prestas a "intervenir en defensa de las vidas e intereses de los Subditos de S.M.". Irigoyen mandó tropas argentinas y así se armó el desastre, pero conservamos el petróleo (y la Patagonia). Los radicales nunca han querido profundizar en el tema, porque la posterior Alvearización del partido se lo impidió. Pero como siempre en nuestra Historia la izquierda resultó funcional a los intereses Europeos.Pero de alli en adelante quedó cerrada la via popular para el Radicalismo "oficial". FORJA, el Radicalismo que acompañó al peronismo (Quijano) la UCRI, fueron desgajamientos que se llevaron del Movimiento lo que tenía de transformador.
mama mía!!! Usted, la blogosfera K y Mocca hablando del radicalismo!!! no será demasiado Sr. Fernandez?
Y encima los comentarios, dioses!!! Y sacan conclusiones sobre lineas internas, reducen cosas complejas a verdaderas tonterías, un papelón, realmente. Digo, si quiere le paso varios nombres si se trata de explicar-se al radicalismo.Tomelo como un aporte.
Casualmente he leído comentarios muy buenos ¿Porqué usted, liberal, en lugar de escribir esas vaciedades no aporta algo de sustancia?
En mi caso, he leído y mucho, se lo puedo asegurar, sobre la materia porque estuve muchos años en un partido político (El PI) que salió del viejo tronco radical. Le podría decir que he leído mucho a tipos como Gabriel del Mazo o Manuel Ortíz Pereyra.
Pero lo importante sería que usted fundamente algo ¿usted cree que el radicalismo de Morales se emparenta con las corrientes principales de ese partido o tiene otra mirada? Ese costado suyo realmente me enerva. Si tiene algo que opinar pues hágalo que su aporte siempre será bienvenido...
Claro que tengo algo que opinar, sólo que, como a usted a veces le pasa, tiene ganas de pavear y postea tonterías. Yo hago lo mismo desde mi lugar de comentarista. Si le parece mal, no me publique, que tiene todo su derecho. Estoy a las apuradas ahora, mañana le escribo algo "serio"
No sabe con qué ganas espero su aporte y básicamente la explicación de porqué considera que este post es una tontería.
Sin animo de entrar en polémicas al cuete, el gobierno actual, es lo mas parecido al Irigoyenismo que se ha visto desde el primer gobierno de Perón, y la Gobernacion de Alende en la Provincia, por eso, como Radical Intransigente no puedo estar en otro lugar, y de yapa los enemigos de Cristina son los herederos de los enemigos de Irigoyen. ¿Que mas se puede pedir?
no fernandez, no este post. Me refiero a otros que, con todo derecho, son un poco más livianos. No me pierda el humor por favor. De verdad, mañana escribo algo, que tampoco espere una genialidad.
Genial, don Liberal. Los que comentamos somos unos giles, y Ud. tiene la razón, según lo expone en el comentario que en realidad no tiene que tomarse el trabajo de publicar. Debe ser porque en su visión de las cosas entre un culto liberal y un peronista alpargatista tiene razón el primero juris et de jure.
Ufff, un poco de humor viejo!!!, los jauretchianos debieran ser ustedes.
El radicalismo supone siempre un momento de reflexión interesante. He militado allí durante casi veinte años y reconocí siempre sus virtudes pero también sus defectos. Como todo movimiento popular de nuestra región alberga dentro de si posiciones divergentes, hasta contradictorias. Al no ser un partido tipicamente ideológico, convocaba a personajes de lo más disímiles. Siempre creí que en las vertientes más progresistas del radicalismo estba lo mejor de la política argentina, lo creí hasta la crisis del Gobierno de De la Rúa (en el que participe) cuando demostraron ostensiblemente su imposibilidad para resolver conflictos con una intención reformista. De allí para acá, desde mi modesta opinión, el radicalismo no ha parado de caer, aún en estos tiempos en donde, por vacancia de otra opción y a fuerza de la memoria de Alfonsin, pareciera resurgir. No me parece que los liderazgos actuales del radicalismo, tanto en su versión oficial como en su versión lateral (Morales y Cobos ) estén a la altura de las cirscunstancias de una reconstrucción. Tampoco estoy tan seguro que dicha reconstrucción sea importante para la democracia argentina. Lo que no deja de llamarme la atención es como un partido que desaparece virtualmente de la escena por defección de sus ideales, de sus principales imágenes y principios, puede, tras nueve años volver a ocupar un lugar que quedó vacante como si nada hubiera ocurrido en el camino. Lo que intento señalar es la torpeza manifestada por la centroizquierda (excluyo a cualquier variante del PJ aquí, por propia definición) en ocupar el lugar en el imaginario y el capital cultural y político que tenía el radicalismo progresista, eso me parece realmente grave y penoso. Lo demás no me preocupa, desde donde yo veo las cosas el Partido Justicialista es el partido del orden en la Argentina y a mi ahí no me gusta estar.
Ah, bueno..!! Si hubo liberales argentinos militando 20 años en el Partido Radical, no es extraño el decaimiento del ideario Irigoyenista...
Eso pensé Antonio. Mientras haya liberales que puedan militar 20 años en la UCR y no les guste estar con nosotros, pensaré que no me equivoqué de vereda.
Ve porqué muchas veces no me interesa participar "seriamente". La verdad es que su blog lo fomenta y lo permite, pero está lejos de sus comentaristas. Es alarmante el nivel de ignorancia sobre temas que hipotetizan manejar toda vez que emiten sus gloriosos juicios. Porque yo de física no hablo porque no sé, pero de teoría política, de liberalismo y demás, algo sé y todavía más, me doy mucha cuenta del que no sabe ni jota. Pero bueno, no hay nada peor que ideas grandes en cerebros pequeños.
No se desanime, Liberal. Sucede que la palabra "liberal" tiene connotaciones nefastas en nuestra política y mucha gente(la gran mayoría) la lee en ese sentido.
Usted debría explicarse mejor, no para mí que ya lo conozco, sino para el resto de los contertulios.
Quizá le resultaría más fácil cambiar el nick para despejar las malezas de los malos entendidos, pues uno no puede pasarse la vida explicando que "liberal" no significa UCEDE y todas esas cuestiones ¿No le parece?
Es como pedirle a usted que cambie el Fernandez porque hay muchos y me confundo. No puedo hacer cargo de la falta de lectura ajena porque estoy leyendo. Además, como dice un amigo, soy Liberal desde la L hasta la L. Imaginese si el mismo etiquetamiento feroz se hiciera con el peronismo, es casi inexplicable su pervivencia y sigue siendo el principal vector político de la Argentina. Usted sabe, Fernandez, que ni por asomo tengo interes proselitista, solo preferiría menos prejuicio.
Publicar un comentario