Da la impresión que a Mauricio se le complica la agenda

Escribir sobre lo que está pasando en el momento es siempre una lotería, pero me la juego igual: Hasta la semana pasada creía que los paros docentes jugaban a favor del macrismo, incluso algo de eso escribí en algún post. El razonamiento era que como el núcleo duro del votante PRO ve de lejos la problemática de la educación y salud públicas dado que consume esos servicios “privadamente” (aunque buena parte de los salarios a los docentes de esos colegios privados se los pague el Estado) Macri tendría poco costo político con su política liquidacionista en esas áreas. Incluso percibía un malestar bastante fuerte por parte de las familias a las que los días sin clase les complican la vida.
Pero como en política hay coyunturas que pueden deparar destinos impensados, no sé si este recrudecimiento feroz del conflicto docente no comienza a corroer seriamente el andamiaje político y simbólico del macrismo.
Verlo a Macri con su vicejefa y el ministro de educación – a quien no le pueden quedar muchos días en el cargo – diciendo lo previsible y evocando discursos pletóricos de menemismo explícito, da que pensar.
Indigna escuchar a Michetti mentir que la legislatura podría otorgarle superpoderes a Macri para que pueda usar en el ámbito de la educación partidas de dinero disponibles en otros rubros, cuando hace una semana la bancada del PRO impidió, haciendo uso de su mayoría, que se trataran sobre tablas varios proyectos de la oposición que proponían la reasignación de partidas existentes a efectos de posibilitar un aumento a los docentes.

Otra sensación que tengo es que así como el funcionariado macrista ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias en casi todas la áreas, ahora pareciera que ni Mauricio ni Gabriela tuvieran la muñeca necesaria, el timming, el pulso que requiere la gestión de gobierno. Pareciera que hay instancias donde las ínfulas de patroncito, de capanga, hay que saber dominarlas por ser malas consejeras (Por ahí anda Néstor intentando levantarse del revolcón que le dieron...)
Era obvio esperar que Macri tendría una visión dura de la cuestión salarial. Era esperable que levantara esas banderas lamentables que flamean en los taxis, esos discursos que hablan de docentes que trabajan sólo cuatro horas, que tienen dos meses de vacaciones y demás basura conceptual de esa que propalan los Baby Echecopar. Era obvio que Macri trabajaría sobre ese sentido común del lumpenaje porteño para sentarse sobre la caja fuerte. Pero a veces cumplir a rajatabla un diseño teórico sin contemplar las variables de la realidad pueden poner al gobernante a las puertas del dogma.
¿No habrá quedado preso del dogma el jefe de gobierno porteño?
Si antes de cumplir un año tiene en pie de guerra a las escuelas y los hospitales, está teniendo problemas con buena parte de la columna vertebral de la ciudad. Está a los bifes con dos áreas muy sensibles ¿Qué pasó? ¿Será que los asesores de imagen sirven para conquistar votos pero no saben nada de gestión?No sé. Repito que está todo muy fresco aún, pero quise publicar estas sensaciones porque al fin y al cabo, si lo escrito resulta una pavada, me cabrían las generales de la Ley del amigo José Pablo Feimann...
Pero ojito que si la emboco, o si le paso ahí cerquita...
A este criollo no lo para más naides, canejo!!!!!