Tanta Corrección Política me pone nervioso...

Tanta corrección política al comienzo llama la atención, luego preocupa y finalmente enerva. En un país tan desigual jugar al empate es, cuanto menos, una estafa.
Si desde radios de punta se esgrimen sofismas propios de gente acomodada, de esa que da muestras a cada rato de una tremenda insensibilidad y de que le importa un bledo el país ¿De qué lado se está?
La suba del ABL ha llevado a ciertos conductores muy premiados en el 2007 a manifestar que, por ejemplo, la gente poseedora de propiedades costosas tiene una carga impositiva exuberante ¿Cómo?
Escudada en unas poco creíbles ecuanimidad y amplitud de criterios, esta figura ha dicho que en los países desarrollados la carga impositiva -mucho mayor que la nuestra- retorna en autopistas maravillosas, etc, etc. La archiconocida cantinela de los sectores acomodados, que amparandose discursivamente en las falencias del Estado argentino, se las ingenian para hacerle pito catalán al fisco.

Por otra parte, cualquier investigación somera demuestra que en países como el nuestro proporcionalmente los sectores populares pagan más impuestos que los ricachones.

¿Inocencia? ¿Falta de información? Para nada, simplemente una toma de posición. Se puede ser muy popular en el discurso; se puede atosigar con una modestia que de tan expuesta termina sonando falsa; se puede propalar una angustia constante por los libros que indefectiblemente no se leerán o los discos que no se escucharán, se puede manifestar un compromiso casi militante con la cultura, pero cuando llega el momento de ciertas definiciones, ahí aparece con toda su desnudez el lugar social que se ocupa y se defiende, diría algún marxista trasnochado.

En todo caso, no estaría mal blanquear el lugar desde dónde se habla porque se corre el riesgo de pasar por impostor.