sábado, 10 de diciembre de 2016

Un año ya...


Un año ya, quién lo hubiera dicho… Un año donde por sobre todo lo que significa que un hombre proveniente de la más rancia oligarquía haya sido ungido presidente por el voto popular -algo aún no debidamente analizado por su significación- nos encuentra a los argentinos en una suma de debates, de distintos órdenes, que me suenan cruciales: Una es la comprobación de que un Blanco Villegas (apellido materno del presidente) siempre va a operar para los de su clase. La otra, que el peronismo, esa fuerza otrora todopoderosa se encuentra disgregada sobremanera y sus posibilidades de confluir en un gran frente nacional anti macrista, si bien no están descartadas, costarán más de lo que se piensa. Es que ese país político con peronismo, radicalismo y fuerzas provinciales entró en una crisis profunda, ahondada por el pragmatismo de los gobernadores peronistas que, movidos por intereses provinciales, no dudan en negociar todo lo que puedan con el gobierno central para obtener réditos en el pago chico y así seguir manteniendo incólume sus estructuras de poder.
Pero lo central sigue siendo la política y su capacidad de generar nuevos escenarios de acumulación. Los asuntos económicos son importantes ¡Qué duda puede haber! pero antes están las decisiones políticas. Ese es el gran agujero que encuentra el campo popular a un año de gobierno macrista. Cristina Fernández de Kirchner ha expresado la idea del Frente Ciudadano, algo que desde la teoría es válido. El problema es que no se han generado desde su entorno pasos significativos en ese sentido puesto que sus huestes siguen siendo las mismas, sin incorporaciones ni alianzas que den la idea de que se está avanzado en la concreción de ese Frente.
El macrismo termina el año contra las cuerdas: bardeando destempladamente a Sergio Massa, su gran aliado en el año que pasó y sospechando que Emilio Monzó aspira a sentarse en el sillón de Rivadavia si el presidente fuere eyectado por un recrudecimiento de la crisis. El presidente de la HCD, dicen, cuenta con chances muy serias pues Michetti no está a la altura de las circunstancias -algo en lo que nadie desacuerda- y él es el tercero en la línea sucesoria. Esta es la foto de un gobierno carcomido por su catarata de promesas incumplidas y el consecuente recrudecimiento de la situación social, con despidos por doquier, cierre de comercios, actividad parada y, lo peor, ausencia de señales de despegue en el mediano y largo plazo.
Los medios más importantes, que son de acompañar al muerto pero jamás entrar al cementerio han advertido hace rato este clima amargo que campea en la sociedad. Saben que un país donde el vehículo más vendido en la Amarok, cuando antes eran los modelos más económicos, adquiridos por sectores que ingresaban al mercado, está marchando alocadamente a un hiper enriquecimiento de sus sectores acomodados con su consecuente paisaje de masas que ven día a día cómo pierden poder de compra hasta de artículos de primera necesidad. Un país con este álbum fotográfico tiene un futuro preocupante, fundamentalmente porque viene de una experiencia donde “la monada” mejoró su calidad de vida y estos son datos concretos, cuyo peso se torna central a la hora de medir la paciencia de las masas para con un gobierno que por encima de palabras y discursos, las detesta.
Pero no es simple analizar las fotos. En la provincia de Buenos Aires, la elevada imagen positiva de Vidal se nutre de la experiencia de 28 años con gobiernos peronistas que no hicieron las cosas del todo bien. Ante ese dato objetivo, una ancha franja de bonaerenses repite la frase simple pero no por ello despreciable, dicen “Hay que darle un tiempo a esta mujer para ver si puede hacer algo distinto, a los otros ya los conocemos” Contra eso es harto difícil pelear, es decir que pelear contra Vidal será algo extremadamente costoso, porque va a ser ella la que salga a la cancha dar la pelea.
El macrismo está en problemas, es cierto, pero en absoluto derrotado. Paradójicamente, los problemas más serios están en el campo opositor, que necesita asestarle una derrota en las legislativas para que no se fortalezca. Y en este fin de año, esa certeza se encuentra desparramada en tantos sectores y grupúsculos que, la verdad, cuesta imaginar que se pueda concretar.
La votación de la semana pasada y su resultado, producto de las coincidencias entre la mayoría de las fuerzas opositoras, hicieron brotar al presidente y su corte. Es la señal de esperanza que tenemos: o es por ahí, o se fortalece Cambiemos.

4 comentarios:

oti dijo...

En un tweeter de ayer, CFK dijo que está muy bien resistir, pero hace falta organización y, para eso, una estrategia. Hace mucho que lo está diciendo, sobre todo a los jóvenes de sus propias filas.

Resistir sale casi espontáneamente, pero organizarse y tener una estrategia no. Para esto último hace falta ser muy racional, tener la mente fría y las emociones correctas.

Desde que CFK pasó al llano, hay 2 posicionamientos esenciales que, simplificando, son: 1) La prioridad es la resistencia al macrismo. 2) La prioridad es negociar y ganar elecciones.

Aunque los 2 son distintos, tienen algo en común: son coyunturales y carecen de estrategia, hacen de los medios fines en sí mismos.

A ver si se entiende el mensaje: que el macrismo se vaya mañana no garantiza nada desde el punto de vista de los intereses del llamado campo popular.

Por ej., suponiendo que el gobierno se vaya luego de las elecciones del 2017, para ese momento va a haber casi 100 mil millones de U$S de deuda nueva. ¿Se puede solucionar con un megacanje como el del 2005? ¿Cómo se recuperarán los fondos de los jubilados entregados a especuladores árabes (probablemente vinculados a los británicos)? ¿Se puede seguir con el mismo sistema financiero y monetario (comercio exterior privado, lebacs, letras del BCRA, etc.)?

Vamos a tener que dar trabajo a 2 millones de personas. Para eso necesitamos una masa de recursos muy, pero muy grande para invertir. ¿De dónde sacaremos esos recursos? La contestación a esto depende de las respuestas a las preguntas anteriores.

¿El posmacrismo, dure este mucho o poco (yo pienso y espero que dure poco), puede ser piloteado de la misma manera que Nk y CFK lo hicieron en la pos convertibilidad? Creo que no, se va a necesitar un tiempo mucho más breve y las políticas deberán tener resultados mucho más rápidos en comparación con los 12 años K.

Hay que resistir? Sin duda. Pero hay que tener en la mente todas estas cosas, porque, sino, no estamos preparados y, cuando llegue el momento, le vamos a pifiar y la resistencia no habrá servido de nada excepto para satisfacer el propio ego.

Unknown dijo...

Gerardo vos sos de provincia. No te parece demasiado eufemismo decir " en 28 años no se hicieron las cosas del todo bien"? Compara la provincia, en especial el conurbanp desde 1987 hasta 2015 y decime si no hubo una claro aumento de pobreza marginalidad y delincuencia

jorge dijo...

¿Que pasa Gerardo? ¿ahora quienes acompañan a Cristinas "son la huetes" ?

Sebastián dijo...

No sé si los peronistas serán incorregibles pero este post es evidencia en ese sentido. Gerardo, abrís hablando de debates y como primer ejemplo das una "constatación", que es la certeza, lo que no se discute, es decir lo opuesto al debate. Y no parecés ponerte colorado al especular sobre una posible caída del gobierno por fuera de la vía electoral (que Macri sea "eyectado por un recrudecimiento de la crisis") y desarrollar la posibilidad de una intriga palaciega en ese contexto. ¿No aprendimos nada de la historia reciente, que seguimos pensando en cargarnos a los gobiernos que no nos gustan (o en que, convenientemente, se los carguen las circunstancias)?

A mí definitivamente no me gusta el gobierno de Macri ni me gusta Macri ni tengo más objeción a tu afirmación sobre sus intereses de clase aparte de la ya presentada. Pero en todo caso me parece que a la escasa autocrítica que el kirchnerismo ha hecho ya fuera del poder habría que sumarle la de la profunda patinada que significó la designación a dedo del peor candidato posible. Ideológicamente idéntico a Macri y Massa, y además absolutamente incompetente y carente de imaginación, Scioli condensa todo lo espantoso que ha ocurrido en la provincia de Buenos Aires en los últimos años, empezando por la multiplicación de casos de brutalidad y corrupción policial y siguiendo por el indescriptible estado de escuelas y hospitales, tanto en términos edilicios como organizacionales. Habría sido difícil elegir a un candidato peor con chances de ganar la presidencia (peores hay: Biondini, Rico, qué sé yo, pero nunca tendrán chances; Scioli era lo peor entre lo posible).

Ahora les echamos la culpa a los gobernadores, pero los gobernadores siempre fueron así, primero porque son lo que son y segundo porque la estructura del país en términos políticos y económicos los obliga a llevarse bien con el gobierno de turno, lo que se comprende fácilmente.

Creo que un análisis del primer año del gobierno de Macri no puede estar completo si no considera la extraordinaria potencia del cansancio y el desprecio que el kirchnerismo provoca en buena parte de la sociedad. Que tanta gente haya atajado golpes terribles como el tarifazo y siga apoyando a Macri y defenestrando a Cristina es notable desde todo punto de vista. Para ser un movimiento que se vanagloria de comprender a la gente común más allá de las teorías y los academicismos, el peronismo no parece haber entendido que la corrupción y el afano (con ser muy menores en términos del desarrollo global de un país y palidecer en comparación con la transferencia de recursos ejecutada por este gobierno por vías legítimas) producen un profundo rechazo del que es muy difícil volver y que colorea inevitablemente la visión que "las masas" tienen de la política.

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