lunes, 16 de mayo de 2016

Las consecuencias del golpe a Dilma son de Temer


Si no se comprende el núcleo conceptual de los acuerdos inicializados por Néstor Kirchner y Lula, como núcleo de política económica autónoma para la región, no se llegarán a visualizar a tiempo las consecuencias perjudiciales para nuestro país que implica la caída de Dilma Rousseff. Cuando la desocupación avance, como consecuencia de las políticas implementadas por Temer y Macri, lo único que se le podrá achacar a los gobiernos de Néstor y Cristina es haber incentivado la creación de esos puestos de trabajo que ahora, como manda la ortodoxia, deben eliminarse.
Desgrabación de la columna de Arnaldo Bocco en El Vermucito del 15-05-2016
"El cambio es de 180 grados, muy similar al de Argentina. Ingresa un gobierno muy pro mercado financiero, donde un hombre como Enrique Meyrelles, que tuvo posiciones de muy alta jerarquía en el mundo financiero internacional: fue presidente del Banco de Boston y luego del banco central de Brasil durante la presidencia de Lula, y más tarde eterno candidato al ministerio de hacienda, finalmente asumió con todo el apoyo del mundo financiero y los grupos concentrados.
Este nuevo gobierno basado en una alianza entre banqueros e industriales de San Pablo, está promoviendo algunos trazos en materia de política económica e internacional que tendrán consecuencias inmediatas, no sólo sobre Argentina sino sobre el resto de América latina y en especial en algunos países que de alguna manera venían colgados de la estrategia de Brasil, como son los casos de Venezuela, Ecuador y Bolivia dado que Lula había contribuido durante su mandato a armar una gran alianza con esos países más Argentina y conformar una estructura de crecimiento regional, en especial cuando en 2005 toda América latina se desendeudó con el FMI, empezando por Kirchner en nuestro país, lo que generó una comunidad de ideas muy importante a la hora de aplicar políticas económicas y fortaleció al Mercosur en tanto espacio de confluencia de economías complementarias, donde el complejo automotriz jugó un papel importante. Con la crisis de Brasil, donde su producto bruto va a caer por tercer año consecutivo y su mercado interno se desploma -el consumo de autos ha caído prácticamente a la mitad- la industria automotriz se replantea el Mercosur. Entonces, el primer punto que tenemos que analizar es cómo va a influir el negocio de esta industria, con la significación que tiene su cadena de valor agregado en lo que hace a la fabricación de automóviles, la comercialización e intercambio entre países. Porque este complejo no es
sólo brasilero y argentino sino Alemania, Francia, China, Japón, Estados Unidos, México, Brasil y Argentina donde el nudo organizativo regional es un complejo argentino-brasileño.
El segundo punto es la industria alimenticia: Brasil es un gran productor de soja y aceites, pero Argentina es el segundo productor mundial de aceites. Ambos países tienen un alto grado de colaboración en este plano. Luego hay otras complementariedades como lo son el turismo, los servicios bancarios y una cantidad de actividades que se fueron dando en los últimos años en el marco del Mercosur.
Qué viene ahora? La discusión por un acuerdo de libre comercio con Europa, en el marco de las relaciones que el viejo continente hace muchos años viene exigiendo consistente en que el Mercosur no le aplique un arancel a los productos de firmas europeas, que vienen perdiendo todas las licitaciones hechas en la región en terrenos como producción y acuñación de papel moneda, compra de equipamientos informáticos y toda una cantidad de grandes negocios que se pierden aquellas firmas por el 35 % de protección aduanera que se les impone. Brasil está dando muestras de que va a acceder al pedido europeo de bajar ese arancel y Macri empezó a analizar la posibilidad de sumarse, lo que implica bajarle el precio al Mercosur y empezarlo a pensar como una unión aduanera más pequeña con lo que se replantea de hecho todo su funcionamiento, con el impacto que tendrá sobre nosotros pues nuestro principal complejo industrial es el automotriz y el segundo el agroindustrial. Si Brasil deja de ser un mercado objetivo para Argentina hay una parte de esos complejos industriales nuestros que caerá irremediablemente. En la medida en que Brasil demore su salida de la recesión lo que hará es flexibilizar el Mercosur porque querrá colocar aquí los excedentes de exportación que no ubican en otros países. Sin ir más lejos, en estos cinco meses ha aumentado el déficit comercial con de nuestro país con Brasil con lo que ya la balanza comercial nos es mucho más favorable que en los años anteriores. En este contexto, se aumentará el ingreso de productos brasileños en nuestro mercado y ya hoy se ven, por ejemplo en rubros pollos, cerdos, transportes y servicios que naturalmente van desactivando la producción local.
El tema central es que parte de esta situación de Brasil fue conversada por Obama con Macri durante la visita que el presidente estadounidense realizó en marzo. ¿Cuál es la lectura que debiéramos hacer? En el contexto en que evoluciona la Argentina, se viene un proceso de libre comercio donde volvemos a una suerte de ALCA con nombre distinto, que es el acuerdo Transpacífico, donde lo más probable es que Brasil y Argentina arrastren al Mercosur a firmar un pedido de ingreso a esa estructura donde ya nuestro país está como observador. Este acuerdo Transpacífico lo integran Canadá, México, Estados Unidos, Colombia, Perú, Chile y es la contracara de Mercosur por ser la integración con Estados Unidos lo que significa un golpe muy duro para la industria Argentina, que ya viene siendo azotada por cuestiones macro como el tipo de cambio tan alto, la tasa de interés, retracción del mercado interno e inflación descontrolada.
José Serra, que fue candidato a presidente por el PMDB y derrotado por Lula, es el nuevo canciller de Brasil, tiene posiciones muy duras en la interpretación de cómo debe comportarse el Mecosur de aquí en adelante. Viene de un pensamiento estructuralistas pero ha virado a posiciones más conservadoras y apoya las posiciones de los industriales de San Pablo que no comparten el enfoque del Mercosur tal como vino funcionando hasta aquí en base a los acuerdos de Lula y Kirchner. Por el lado argentino, Prat Gay también se expresó por reformularlo y modificar las relaciones bilaterales con Brasil. Esto abre las puertas a un nuevo escenario que tendrá consecuencias desestructurantes para nuestro aparato productivo porque si Brasil liberaliza las relaciones comerciales con el mundo, Argentina pierde un mercado objetivo muy importante para una parte relevante de su complejo industrial.
El cambio iniciado en Brasil debe mirarse en clave de ajuste regional y alineamiento alternativo en favor del sistema financiero internacional. Es también un cambio de paradigma en la región, pues ya no habrá alternativa independiente latinoamericana sino un esquema de recreación del Mercosur (si es que finalmente sobrevive) adaptado a las condiciones que impongan los organismos internacionales y el mercado de capitales. Brasil es una economía grande y ninguna firma internacional querría perderse el acceso de 40 millones de nuevos consumidores que Lula sacó de la pobreza y los incluyó en la formalidad de ingresos. Tampoco esas firmas, con otras empresas o bancos, querrán perderse desde las privatizaciones de empresas estatales hasta las fuertes emisiones de deuda que el gobierno de Temer querrá hacer en los próximos tiempos. Todos buscarán estar allí aun cuando ese mercado interno esté deprimido.

Argentina no podrá menos que seguir a Brasil en un diseño de política económica situado en las antípodas de las relaciones que empujaron los grados de complementariedad que en los años que vienen poco recordaremos. Adiós a las monedas propias para el comercio local, no se hablará ahora de inversiones conjuntas ni  tampoco de administración de reservas o del comercio en forma cooperativa con nuestros costos regionales. La nave de aquí en más, partirá para ese Norte que habíamos desechado porque habíamos comprobado que históricamente nos perjudicó."

1 comentario:

piotr dijo...

Hay algo extraño en todo esto. Es inevitable que, si el desempleo sigue aumentando como parece que va a seguir y además entramos en recesión, la cosa estalle y bastante antes de que se llegue a un punto crítico. Incluso si llegaran inversiones (?) o la cosecha rindiera y no se profundizara la crisis, incluso si se mantuviera el desempleo en 7 u 8 y bajara la inflación, lo que se está prometiendo es crecimiento a futuro, fin de la corrupción, etc. y eso está cada vez más claro que no va a pasar de todas maneras. No lo entiendo, Gerardo, Arnaldo, no entiendo el plan, y me preocupa, porque suponer que de verdad creen que no van a salir eyectados en helicóptero antes de las legislativas es naif.

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