lunes, 7 de septiembre de 2015

Artemio y un debate necesario



Ayer, tomando como disparador la tensa relación que existe en La Plata entre Florencia Saintout y Bruera, Artemio desarrolló un par de ideas que, me parece, son centrales para la discusión política interna que se nos avecina y está referida a la tensión entre el peronismo y el kirchnerismo. A continuación la desgrabación de lo dicho por el compañero:

"El tipo de unidad histórica que plantearon Néstor y Cristina está crujiendo. Le pasa a todos los procesos políticos. Todos los procesos políticos siempre llevan a eso. Todo lo que se arma en un momento y se construye como unidad, con el tiempo cambia, muta, agrega, quita. Pasó siempre en el peronismo: el tipo de unidad que planteó Perón en los comienzos no fue el mismo que el de los setenta, y el de los setenta no fue el mismo que hubo con Menem, me refiero al tipo de unidad social y política. Y es muy probable que el tipo de unidad que planteó Néstor y profundizó Cristina comience a mutar a partir de 2015 y cambie en otra perspectiva.

El peronismo le debe la vida a Néstor y a Cristina. Por eso yo me río con estos peronistas no kirchneristas que ahora cacarean peronismo y te corren con la doctrina, porque si en 2003 no hubiera aparecido Néstor, el peronismo estallaba en mil pedazos. Era una federación de partidos que no tenía una unidad orgánica posible. Por eso el peronismo es kirchnerismo, porque sin la fase del kirchnerismo, el peronismo no era más. En el fondo, la discusión es si el peronismo es algo más que el kirchnerismo, o no lo es. Habría, para algunos teóricos, una propiedad que el peronismo tiene por sobre el kirchnerismo, y creo que es una discusión que hay que dar porque eso tiene consecuencias políticas muy importantes. Si vos considerás que el kirchnerismo es una etapa acotada del peronismo, que en definitiva es un despliegue mayor, tomás una determinada política. Si considerás que el kirchnerismo expresa plenamente lo que inauguralmente expresaron Perón y Evita tomás otra determinación. Además, en lo electoral, nunca pudo ser sustentable la idea de que hay un plus del peronismo no kirchnerista por fuera del kirchnerismo, al contrario. Yo creo que cuando aparece el peronismo despojado de todo lo que aportó el kirchnerismo, también se despoja electoralmente."

Y vos ¿Cómo la ves?

7 comentarios:

Uno de cincuenta mil dijo...

Sasturain escribe un poema pero no explica porqué los países musulmanes y petromillonarios del golfo no reciben refugiados. La culpa es de Europa, obvio. Y de Magneto.
Parecen todos Jorge Giles. EL kirhnerismo los ha aplanado.
Gerardo, el Jorge Giles de la blogósfera en decadencia

Unknown dijo...

Viendo lo que paso en Bariloche tiene una vigencia tremenda...Si una conduccion firme y con una clara linea ideologica la feudalizacion del peronismo esta a la vuelta de la esquina.

Diego dijo...

Al primer bobo habría que decirle que largue la ginebra tan temprano y que comente en el post correcto. Para contestar también al primer bobo, habría que explicarle que la grandísima mayoría de los desplazados por la guerra y las hambrunas de Africa y Medio Oriente están en países -¡horror!- musulmanes, como Líbano, Turquía, etc., pero no en los petromillonarios.

En cuanto al tema del post, totalmente de acuerdo con Artemio. Porque lo que no queda dentro del kirchnerismo, ¿dónde está? ¿Massa conduce eso? ¿De La Sota y Rodríguez Saá? Por supuesto que son peronistas, pero ¿qué rumbo tienen? ¿Qué otra cosa los une, aparte del mote?

Juan Guillermo Cocina dijo...

Fue Néstor el que dijo "nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio". El mote de kirchnerista tuvo siempre esa funcionalidad: la de nombrar algo efímero y distinto del peronismo. Igual que ocurrió con el menemismo, que no era peronismo, era menemismo. Ese mote lo usaron los peronistas avergonzados. El mote K lo usó la derecha para que este estilo no perdurara en el tiempo.

Yo creo que siempre fue peronismo, en sus diferentes fases históricas. El peronismo no-K es un peronismo fuera de la historia, es decir, fuera de la lucha política fértil. Si el kirchnerismo pudo triunfar y llevar las riendas de la lucha política como su eje central se debe a que tuvo éxito al posicionarse como defensor y expresión de las demandas de diversos grupos sociales y políticos en oposición al establishment. Y esto es, en definitiva, TODO lo que importa. El kirchnerismo es el nombre que le da sentido a una forma de construir lo político en este período. Ahora, la derecha introducirá el concepto "sciolismo", sin lugar a dudas. Contra esto hay que luchar. Como Néstor, tenemos que decir: "el sciolismo no existe, nos dicen sciolistas para bajarnos el precio". No hay que luchar contra la nominación "peronismo". ¿Por qué? Y porque es en términos de Laclau, un significante vacío...significará lo que sea. Es un nombre comodín y siempre lo fue. Hay que dotar al peronismo de un nuevo significante. Y esto se hace construyendo política. Es decir, hay que seguir por el camino iniciado en 2003, profundizando lo ya hecho y manteniendo una unidad en la medida de lo posible. Entonces "peronismo" será una buena palabra para la mitad más uno del país.

Anónimo dijo...

"En el fondo, la discusión es si el peronismo es algo más que el kirchnerismo, o no lo es. ..... Si vos considerás que el kirchnerismo es una etapa acotada del peronismo, que en definitiva es un despliegue mayor, tomás una determinada política." -> Y es así, nomás. El peronismo son las realizaciones político-económicas del 45 al 55. El peronismo pleno se dará cuando esa agenda sea retomada Y CONCLUÍDA. Y en paralelo se darán los RESULTADOS ELECTORALES, que ahora estamos penando (a ver cómo hacemos para ganar rasguñando en primera vuelta con un candidato que no representa siquiera el peronismo 03~15). El peronismo 45~55 tenía una profundidad ideológica que el 03~15 no tuvo: sus dos grandes medidas político-económicas, disolución de AFJPes y recuperación de YPF, fueron imposiciones coyunturales. No pueden ser así las cosas. El plan de gobierno el peronismo ya lo tiene y lo tendrá hasta que sea realizado en plenitud: la agenda inconclusa 45~55. Convertir a Argentina en un país capitalista desarrollado. Al que quiera levantar esas banderas lo está esperando la gloria.

Juan Guillermo Cocina dijo...

Ahondando un poco más.La clave de todo el asunto es si vamos a ir del nombre al concepto o del concepto al nombre, siempre siguiendo a Laclau (y le pido disculpas donde esté por esta sin dudas pobre utilización de su teoría) : el concepto es por así decir el rótulo arbitrario que se le endilga a una fuerza política para tratar de esterilizar, de refrenar su potencialidad expansiva política. Así, se rotula 'kirchnerismo' a un poceso populista incipiente que viene a reconstruir al peronismo con el objetivo de expandirse en una nueva hegemonía para instaurar un nuevo orden institucional, tras el colapso del 2001. El objetivo es aislar a priori, tratar de que el kirchnerismo solo sea una pequeña particularidad dentro del océano peronista. Si el triunfo del concepto hubiera sido efectivo, hoy estaríamos bajo el gobierno de Duhalde, o Cobos, quien sabe. Pero el hecho es que en la práctica, el kirchnerismo logró constituirse en singularidad expresiva de la hegemonía dentro del peronismo; es decir,representó y representa el todo siendo la parte. Entonces, se verificó el paso del concepto 'kirchnerista', al nombre 'kirchnerista'; el movimiento político histórico logró construir una hegemonía, por tanto es en este momento donde el concepto pasa a ser nombre, pasa de ser particularidad a ser una singularidad que expresa en la práctica la "totalidad" (que nunca es completa). El nombre kirchnerismo, hoy, es un significante que tiene peso REAL en la lucha política, porque es el resultado de un proceso político REAL.

Ahora, nos enfrentaremos al concepto "sciolismo" (si todo sale como esperamos de aquí a octubre) y contra esto hay que pelear, desde ya. Mi postura es que deberemos tratar simplemente de rechazar estos conceptos que son divisorios y rupturistas y centrarnos en construir una unidad peronista en la práctica. Y eso es precisamente lo que están haciendo Scioli y Zannini ahora. El significante a dotar de densidad política e histórica en este momento es 'peronismo'. Y creo que Néstor estaría de acuerdo.

Emi dijo...

El peronismo cambia para seguir siendo el mismo...
70 años de resistencia peronista:
http://emi-laformuladelafelicidad.blogspot.com.ar/2015/08/la-resiliencia-peronista-movimiento.html


Se trata de un conjunto de tres cosas (Que son una);
1) el Movimiento,
2) la Fraternidad y
3) la Tercera Posición;
La articulación de estos factores convierte al peronismo en aquello que puede perdurar indemne ante las pruebas más duras, y puede ser utilizado como Eje, como la fuerza genuina de nuestra cultura nacional. Esa potencia creativa, constructora y con capacidad de flexibilización, para no solo adaptar e incorporar sino, además, para remodelar, reinventar, e implantar posturas propias. El peronismo es un movimiento vivo que resiste. Tiene respuestas de una lucidez y originalidad todavía no valoradas en toda su amplitud.


1) Movimiento:
“Todo lo que siempre se mueve es inmortal “ Platón
A veces es lo que cambia en uno lo que hace que uno siga siendo el mismo.
Y por el contrario, lo que se congela, y queda fijo es lo que nos modifica para mal.

Cambiar, conservando.

Porque muchas veces hay que cambiar para seguir siendo el mismo:

El peronismo es movimiento.

Tiene la originalidad de adueñarse de lo mejor de la experiencia foránea para asimilarlo, reinventarlo en términos propios. Un modelo, un paradigma articulado con las tensiones y promesas de nuestra propia cultura. Dialoga con lo que está vivo. No momifica lo popular. No se refugia en la melancolía de un supuesto paraíso perdido. No habla de objetos sino de prácticas. (Para preservar hay que dialogar, NO repetir.)
Porque contrariamente a lo que se supone, el intento conservador folclórico, es la mejor manera de ahogar una doctrina, ya que dificulta su creatividad y su imprescindible puesta al día.

Si se congela entra en trance de muerte.

Lo que debemos conservar es la fidelidad a la cosmovisión de un pueblo. Tender los puentes indispensables para rescatar a las culturas populares, y manejar de una manera imprevista y original las aportaciones de las vanguardias modernizadoras.
El cambio arrasa lo que se estanca. Tenemos que apostar a lo que está vivo, a un peronismo viviente y actual, sin cancelarlo en beneficio de la idealización de un pasado desaparecido. Tampoco resignarse a perder la memoria. Perder lo de sí es parar o dejar de ser. El cambio en su impiadoso intento de imponer su cosmovisión necesita homogeneizar, despersonalizar, quitar del medio las singularidades culturales que distinguen un Movimiento. Cortar los tensos lazos políticos que mantienen unido a un pueblo. Para los que nos sentimos parte de este movimiento, mantener viva la doctrina no es tarea de una vanguardia esclarecida sino que es una labor de retaguardia: se trata de escuchar al pueblo con sentido crítico y tratar de poner en categorías políticas su hacer y su saber.
Esto convierte al peronismo en “el hecho maldito del país burgués”: es el movimiento que puede servir como Eje para evitar que el continente quede preso de un ciclo de recurrencias eternas. “Un pasado siempre futuro y siempre dispuesto a ser presente, a PRESENTARSE”. Octavio Paz ...........

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