A la muy interesante la observación de Martín Rodríguez sobre
Alejandro Fantino quiero agregar algunas cosas que vengo rumiando hace tiempo. El conductor de Animales Sueltos ya se reveló como un gran
entrevistador hace más de una década y lo hizo en base a un manejo exquisito de los recursos imprescindibles para lograr un buena entrevista: es antes que nada un gran conversador, un gran creador de climas,
un encantador de serpientes que logra descontracturar al entrevistado, bajarle
las defensas para luego a extraerle a gusto y placer las respuestas que le
interesan, algunas de las cuales el reporteado no tenía previsto soltar. Es un
manejo que aprueba uno a uno los ítems del manual del entrevistador (Quique Pesoa y Jorge Rial son casos similares)
El arte de la
entrevista tiene mucho de fascinación y embrujo, es un momento donde el
entrevistado inevitablemente se presenta con las defensas en alto, dispuesto a cumplir
con su plan de respuestas y a evadir aquellas preguntas que por una cosa u otra
no quiera responder. Es ahí donde el entrevistador tiene que encontrar la forma de
derribar las murallas y para ello debe seducirlo y lograr que pierda temor,
liberarlo.
Si eso se logra es pan comido.
Y Fantino lo logra a
la perfección.
Pero hay otro costado para abordar el fenómeno Fantino y es
que cierto grado de independencia da brillo. El conductor de Animales Sueltos
no se ciñe a un libreto, a una directiva o a una postura.
Fantino no se sienta
frente a un kirchnerista para ponerlo contra las cuerdas ni ante un opositor
para tirarle centros.
No usa al entrevistado para bajar su línea como, ponele,
Nelson Castro. Fantino no aborda el reportaje para demostrar que Massa es tal
cosa e Insaurralde tal otra. Al contrario, el periodismo político que abunda en
el cable está infiltrado hasta el tuétano por la opinión editorial y por eso se
transforma en algo muy cercano a su parodia. Es el drama del autodenominado
“periodismo independiente”, que trabaja sobre preconceptos ya establecidos y
cumple roles. El periodismo político existente es muy pobre, pero eso no se
nota hasta que irrumpen tipos con exquisito manejo del idioma mediático como Alejandro
Fantino o Jorge Rial y lo ponen en evidencia.
Alguna vez Cristina dijo acertadamente: “A los opositores
les hacen preguntan y a nosotros nos interrogan”.
Es absolutamente así.
El periodismo político infectado por intereses empresariales
ha perdido todo tipo de calidad, es aburrido, patético, predecible. Nelson
Castro sirve para ejemplificarlo. Hoy puede preguntarle hoy a un funcionario:
“¿Porqué el acuerdo
con Chevrón viola nuestra soberanía?”
Y sin escuchar la
respuesta prosigue:
“¿Y han evaluado las
consecuencias que traerá aparejada la violación de la soberanía”
Enmarcada en formato de pregunta hay una afirmación a la que
la seguirán otras y en ese frenesí lo que menos importa es la respuesta. Por ende, no hay
diálogo. Se utiliza el formato de la entrevista para bajar línea. Es el
problema irresuelto del periodismo que ha sido atropellado por la opinión
editorial y que sobregira en base a presupuestos que en la mayoría de los casos
nacen en las redacciones y se sobrealimentan en los pasillos de estudios de
radio y TV pero están lejos de sintonizar de verdad con lo que pasa en la
realidad. Fantino no hace más que poner todo esto en evidencia desde un lugar
que muy bien está descripto por Martín.
Y todo esto es ni más ni menos que el preanuncio de un
cambio de época en la relación de los medios con la sociedad y la política.
Lo de Fantino es sólo la punta del iceberg.
15 comentarios:
Coincido absolutamente.
(Si dejara su programa de fútbol de los domingos donde su actitud es exactamente la contraria estaría completo, por eso lo escucho al Pollo Vignolo)
La Vida Por Chevron!
si Chevron permite desarrollar la industria del litio le doy mi primogénito
Gerardo,estoy de acuerdo con vos,pero te falto un detalle:Fantino se informa sobre el entrevistado antes de la entrevista,siempre sabe con quien esta hablando.
Sin pretender negar las virtudes que le endilgás a Fantino en tanto entrevistador (debo decir que es un tipo que me resulta repugnante desde cuando relataba la campaña de Boca) digo que interpreto el post de Martín Rodriguez como una crítica sutil, ácida e irónica sobre lo que representa Fantino en concordancia con una generación política que posa de light, que dice descreer de la ideología, que habla de gestión.
Todo limppito y desacartonado, simple, elemental, y el resto de los tips que, a estas alturas, son bien conocidos.
En ese sentido interpreté (quizás equivocadamente) que el post de MR tiene muy poco de elogio; más bien todo lo contrario.
Muy bueno Gerardo , muy esclarecedor de lo que pasa con el periodismo "independiente"
mpunidad de Jaime, de Milani, de los asesinos de la AMIA. Nunca menos!
El tio Jaime ya puede ir sin miedo a llevarle unos escarpines a Nestor Ivan.
Tambien lei el articulo de MR en clave de critica o por lo menos dilucidando el lugar del entrevistador.
Entiendo que vos, ademas de subrayar ese tacto de entrevistador, creador de climas de intimismo, pones sobre el tapete la novedad de ese espacio politico-mediatico, con otros codigos parece, con menos supuestos o por lo menos muy otros
Ahora, se politizan nuevos espacios o se despolitizan los personajes politicos?
Gerardo.. coincido totalmente.. Fantino entrevistando es otro, distinto al de los programas deportivos... hace preguntas que a muchos nos gustaría hacerle a un candidato, para conocerlo, para no dejarle la respuesta servida en bandeja.. a Uribarri le preguntó varias veces sobre la cantidad de pollos que se faenan por día en Entre Ríos.. cuanto se consumía, cómo se abastecía el alimento para esos pollos... no una de esas preguntas generales que se responde con algo muy general y ya pasar a otro tema..
Muchos responden con esas palabras virtuosas, con las que todos estamos de acuerdo: libertad, democracia..basta de inflación, de corrupción.. pero no preguntan como harían..que entienden por "calidad democratica".. populismo...por las diarias contradicciones...
Quizás para los periodistas, los que estan en los medios esas entrevistas de Fantino son simplistas..pero a muchos nos gusta esa conversación, esa curiosidad... más que las grandes preguntas para "marcar agenda"...
Justicia Legítima para Jaime!
Alejandro Fantino aprovecha la presencia física de sus entrevistados. Él quiere saber. Y pregunta. Por eso en sus entrevistas se puede decir que hace periodismo: obtiene información, no la presupone.
Muy interesante, Gerardo.
Problemas para llegar a fin de mes?
Harto de viajar en los trenes infrahumanos del GBA para llegar a laburar?
Sentite un pelotudo.
Jaime está libre y dice que ser honesto es basicamente ser un pelotudo.
Para pasarla bien está El Modelo.
Suerte!
Anonimo 8.58: hace diez años eso no te pasaba, básicamente porque no tenías laburo.
Quizá vos vivías afuera y te contaron que esto era Suiza, pero no eh.
Martín.
Si bien coincido con vos en la manera de describir a un buen entrevistador, no creo que esa descripción le quepa a Fantino. Como decís al final, es sólo la punta del iceberg. Pero lo es porque al resto los tapó el agua.
Brilla comparado con Nelson Castro, pero no da ni para pensar en los mejores momentos de tipos como Castelo, Guinzburg o Lalo Mir.
Creo que sumando todo lo que se dice entre el post de Martín, el comentario de Carlos G. y tu post, hay un punto de partida interesante para pensar sobre Fantino. Eso sí, no puedo evitar preguntarme si vale la pena hacerlo.
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