domingo, 11 de noviembre de 2012

El 8N Puede beneficiar al kirchnerismo



Recién llegado de mi pueblo, repaso la bloguería y luego de ver las fotos en lo del Niger y el texto poco mendietista pero feroz de Mendieta, digo que tampoco hay que caer en el error de pretender conquistar a todos los sectores de esa famosa clase media de la que tanto hablamos. Hay una ancha franja de esos que se movilizaron que no sólo no nos quiere sino que si nos pudiera erradicar de la faz de la tierra lo haría sin pestanear. De ahí que se imponga ser muy precisos en la vizualización y el análisis: hay fracciones voluminosas que no es que no entiendan ni que estén desinformadas, no. Forman a conciencia el cuerpo de infantería del neoliberalismo.

Remarco esto, porque aunque para muchos suene a obviedad, como dijo Cristina el viernes, hay que volver a hablar de cosas que ya creíamos sobre entendidas. Cuando hablamos de dar la disputa en la clase media, no nos referimos a ese porcentaje decididamente anti peronista y anti kirchnerista. Pensamos siempre en los que pueden ser influenciados por ciertas prédicas, no en los que desean la muerte de nuestra presidenta, que son bastante más de los que se pueda suponer, ojo.

Ahí tiene que trabajar el Julián Domínguez  para la clase media, separando la paja del trigo, aislando a los violentos y a los golpistas de aquellos que con buena leche creen que les va bien por sus propios méritos y están dispuestos a escuchar nuestras razones.

Así como el 46 % no es un bloque homogéneo, el campo de los descontentos tampoco es uniforme. Por eso, pensándolo bien, el único beneficiado del 8N puede ser el kirchnerismo por ser el único que tiene a mano la capacidad de responder con gestión y en esa respuesta poner de manifiesto las contradicciones que hay en ese amontonamiento. Tiene, además, la posibilidad de interpelar a quienes están dispuestos a ser interpelados que, a no confundirse, son muchos más de los que nos imaginamos.

11 comentarios:

Dr. Carlos A. Medina dijo...

De acuerdo Gerardo, basta de darle vueltas al asunto, habrá algunos que puedan moverse un poco más acá si se corrigen cuestiones muy aglutinantes, inseguridad, transportes, inflación, el resto, son eso que decís, eso que Mendieta describe tan bien en su post.
Saludos.

Mabel dijo...

Excelente .Es bueno esto de separse de lo q no queremos ser .Es nuestro límite el odio del 8n q se lo guarden .No va ir a las urnas
Creo q el 8n los envalentono y se les caen las máscaras de progres y es muy bueno .Que salgan al ruedo con el discurso de derecha y veamos q les queda .
En la marcha se vio gente dispersa q deambulaba su bronca pero q no se podia juntar, ni queria (me llamó la atencion q solo se juntaran alrededor de La garcia )
Como decia Rinco Que junten los pedazos ahora El problema es de ellos nosotros tenemos un proyecto q cumplir

Daniel dijo...

Es que un gobierno como el nuestro provoca que lo pongan las 24 horas en el centro de la cuestión. Ni nosotros lo haríamos si no fuera porque los opositores lo fuerzan todo el tiempo.
Nadie en la época de Alfonsin o Menem estaba pendiente de traer el tema político todo el tiempo a una mesa familiar o de amigos. Que si hoy no se lo hace es porque se contiene debido a las fortísimas tensiones aparejadas. Tensiones que en aquellos tiempos eran de una bajísima intensidad en relación a las actuales.
Siendo así, el fenómeno en que incurren es el de intentar forzar las cosas todo el tiempo. Esto es demasiado evidente.
Y "si fuerzas algo hacia un fin, provocas lo contrario".
Así visto, es muy posible que lo que se sugiere en el título de este post ocurra efectivamente.

Desacadanomas dijo...

les cuento que mi hijo de 17 años el día de la marcha del 8N se hizo kirchnerista. Es joven y se mueve en un medio dónde abunda el antikirchnerismo y dónde me dice que le cuesta expresar lo que siente. Se vio todos los videos de las entrevistas que hizo 6,7,8 ya que las críticas vía facebook y tweeter le despertaron su curiosidad. Asombrada ví como escuchó TODOS los videos del tema, las notas que hicieron y me dijo: "Pero esta gente no sabe a qué fue, yo no estoy de su lado". Mi alegría fue enorme, se dio cuenta solito y por escuchar. Ya me siento orgullosa por mis tres niños, bueh uno tiene 17, pero los otros de 9 y 6 ya quieren tener 16 para votar por cristina, cómo no sentirme orgullosa?

Mabel dijo...

que buenooooooooooooooo Desacada Bien por la lucidez de tus hijos

El Bosnio dijo...

Muy buen post.

Parafraseando al diputado Jorge Rivas cuando dijo que lo que mas le gustaba de los K eran sus enemigos, uno podria decir lo que mas me gusta de los K es la gente que los odia.

Quizas no deberiamos decir la gente, porque no es que una persona los odia o los odia siempre. Sino le diria mas bien un ideario, ideario que en algunas personas puede ser dominante y en otras recesivos. Un ideario que en ese determinado momento, cuando se le despiertan mas unas neuronas que otras, odia a los K. A ese ideario es mejor no seducirlo.
Una gran razon para simpatizar con los K es que ese ideario los deteste.

El Bosnio dijo...

Use el termino ideario con ningun rigor. Es mas bien una confesion de limitación, el termino de las personas me parecia demasiado unido a cada persona, cosa que no me parecia bien.

Mabel dijo...

Mira elbos No que seducir??'naaaaaaaaaaaa

Ladislao dijo...

Me suele pasar, como con este buen post, que lo leo, leo los comentarios, no veo claramente si comentar y sigo por ahí, luego vuelvo. Algo me dejó pensando, y son cosas que ya se discutieron, diría hasta el hartazgo, pero como son cosas dinámicas se siguen discutiendo.

Creo que una virtud de la línea del post es no englobar la "clase media". No estereotiparla en su sesgo más caricaturezco, en los espejos que le gusta poner por todos lados para que "sus cosas" aparezcan dos veces, por miedo a perderlas. No es todo así.

Yo soy clase media, por origen, por formación y por capacidad adquisitiva actual. Gano poco, 3500 pesos, pero mi compañero es docente universitario y (gracias a este gobierno) gana más de 10.000. Pero mi alianza, mi ubicación, dónde me paro, es con los de abajo. Y no por miedo a caerme ahí, sino por historia. No me gustan las definiciones, y menos en orden substancialista, ese SOY en una esencia inmutable; pero se puede decir que ahora estoy siendo analista porque trabajo eventualmente de eso, que soy por formación tornero y he trabajado años en mecanizado con máquinas herramienta. En eso ganaría mucho más hoy, pero he seguido otros caminos, estudié filosofía, trabajé como editor en lugares chiquitos. Recuerdo que mi familia siempre tuvo un pasar laburante, pero siempre se comió y siempre hubo alguna vacación aunque fuese menor. Gracias al peronismo. Peronismo al que mis padres odiaron siempre con las tripas.
Esto para marcar mi historia, mi ubicación como clase media.

Creo que usted Gerardo es clase media, por lo que escribe pero además he tenido el gusto de conocerlo personalmente. En un SUBTE lo conocí. Gane más o menos ahora, su cosmovisión es desde ahí, su posicionamiento es popular. Por lo tanto yo digo y planteo que gran parte del apoyo al kirchnerismo es de clase media, más una clase baja que se le dió una pequeña esperanza de serlo y otra cantidad que efectivamente empezó a serlo.

Ganare lo que ganase yo nunca voy a ser clase alta. Y conozco unos cuantos por afinidad geográfica, ya que pasé muchos años en San Isidro. Siempre recuerdo de chico, becado en un industrial salesiano, que los pibes de familias ricas tenían menor pretensiosidad. En general otros con guita, como comerciantes sometidos a vaivenes, altas y bajas, necesitaban más mostrarlo.

O sea que no hay UNA clase media, y esa categoría no sirve. Sí hay pretensiosidades, y en la marcha vi mucho de eso, además de individualismo, neoliberalismo y resentimiento contra quienes tienen algo "sin mérito".
(sigo)

Ladislao dijo...

(sigo)
Y creo que hay mucha clase media que jamás caerá en los slogan de esa marcha. Que a mí me parece un regocijo enorme que le hace muy bien al kirchnerismo, como marcha y por cómo se caen leyendas y caretas: de espontaneísmo, de no-organización, de anti-política, de dictadura donde te dejan decir lo que se te cante y aún insultar a la supuesta dictadora poniéndote los micrófonos de los medios públicos. Se caen cosas al punto que en cierto sentido es una marcha del ridículo, de quienes perdieron el miedo, a mostrarse y a mostrarse ridículos. Parece ofensivo, pero no. Lo digo en el sentido en que cuando uno se muestra y construye colectivamente necesita perder el pudor de ser ridiculizado.

Laburando en barrios humildes del gran Buenos Aires hace décadas, mis compañeros me enseñaron antes que nada eso: perder el miedo al ridículo. Un pobre es menos provlive a ello por fuerza de las necesidades.

Mi laburo siempre fue con las bases, pensando que antes del salto a la política estaba el laburo social, quizá un error, siempre hay política. Mi ubicación siempre fue como tornero, un grasa aunque hablara de literatura, y mi posicionamiento ideológico me fue llevando fluidamente al peronismo, por contacto directo con gente de la más humilde de la que fui a aprender, mientras estaba rodeado de chetos de San Isidro.

Los que estaban en la marcha pueden ser de poder adquisitivo medio, medio-bajo, medio-alto, alto, pero la palabra clave la dice Gerardo cuando dice que "Forman a conciencia el cuerpo de infantería del neoliberalismo".

Muchos de ellos cuando se expresan no representan el ideal tópico clasemediero formado y de buen pasar económico, educados como definió FIdanza a la marcha. Más bien algunos son en términos barriales, bastante brutitos. Pero con algo de guita. Y no la quieren perder. Y tienen sus miedos. No quieren que los confundan, que confundan su piel negra o blanca, con los negros o los rubios villeros, y hacen todo por diferenciarse. Pretensiosidad. Pero son tan clase media como nosotros que pensamos diferente y apostamos a otra construcción. Pero otra clase de personas por pensamiento y posicionamiento.

Y no lo digo por seducirlos, porque coincido en que no es posible en la mayoría de los casos, sino para no confundirnos nosotros. Las políticas kirchneristas fueron de mayorías y eso, en Argentina, y gracias al peronismo, quiere decir políticas inclusivas de LAS clases medias. No lo olvidemos, porque podemos errarle al viscachazo. Y en eso, este post es muy bueno y quería redundar en eso.

Abrazo
Ladislao Fokas

Carlos G. dijo...

Leyendo tu post y el de Mendieta ¡qué ganas me dan de votar a Cristina otra vez! y otra, y otra...

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