Los discos y videos del flaco están ahí, al alcance de la mano. A lo sumo será una cuestión de plata conseguirlos todos, es algo que tiene solución. Lo que perdemos con la partida de Spinetta, y es irrecuperable, son esos mensajes que nos tiraba cada vez que merced al lanzamiento de un nuevo trabajo discográfico o la realización de un show, le hacían reportajes en la mayoría de los grandes medios. Eso lo perdimos para siempre, esa guiñada, ese mensaje de "loco, no se dejen ganar por la pavada". Esa pérdida es irrecuperable.
Esto pensé al leer al maravilloso Martin Zariello cuando descerrajó este párrafo para la historia:
Durante décadas, la música de Spinetta se erigió como núcleo de resistencia ante el avance de la estupidez como forma de vida. Spinetta actuó como antónimo de “frivolidad”, “banalidad”, etc.
Hoy en la radio entrevisté a Javier Malosetti y cuando le comenté que como daño colateral perdíamos esta posibilidad de que el flaco nos recordara en el futuro que no hay que dejarse ganar por la estupidez, me dijo entre sollozos
"Bueno, pero ya nos lo dijo varias veces, si no lo entendimos es un problema nuestro"
Y tiene razón, pero no es lo mismo. Luis Alberto Spinetta era, más allá de la música, un testigo de medio siglo de mentiras y defraudaciones que siempre estaba atento a esto de no pisar el palito.
Eso no tiene repuesto.
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2 comentarios:
Gerardo: muchas gracias por haber mencionado mi post, es un honor. Abrazo!
Tienen razón los dos, el Corvino y Malosetti. Pero qué tristeza no tenerlo más, la puta madre.
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