Era un domingo helado de julio de 2002 cuando me subí al bondi rumbo al microestadio de Ferro. Me habían pedido que hiciera la conducción de un Festival solidario de los tantos que se hacían por entonces. Era un día nublado, ventoso y con llovisna, un asco pero de verdad. Por supuesto adentro el clima era otro. El microestadio si bien no reventó, se pobló con mucha pero mucha gente. Presenté al Negro Fontova, al colorado Cantilo que en su banda contó esa tarde con Juan Rodríguez ¡Juan Rodríguez! -el batero de Sui Géneris- en los parches... Sobre el final me tocó presentar a Buenos Aires Negro. No los conocía. Le pregunté al cantante qué hacían y me respondió con esa voz de malandra que tenía "hacemos tango podrido". Los anuncié y me rajé a la tribuna para verlos, sospechaba algo fuerte y, la puta madre si fue algo fuerte. Al único de los integrantes que junaba era a Pablo Giménez, que había sido bajista de "La Manija", el grupo del Chango Farías Gómez. "Si Pablo está acá, pensé, esto tiene que ser bueno..." Olor, fuerte olor a Buenos Aires, pero un olor mechado con porro y suburbio, con rock pero en el sentido más de la onda, no en lo musical (mucha gente cree que si hacés tango o folklore pero te vestís medio reo estás "fusionando" con el rock. Mucha gente que no entiende nada cree, además, que la protesta es patrimonio del rock, que lo "distinto" es rock y la verdad es que hace rato que eso que se llama rock es más funcional al "sistema" que el pop, que de última termina siendo más honesto. Desde lo musical, mucha gente cree que si fusionás con el rock avanzás, porque cree que el rock ocupa un estadío superior en los géneros musicales cuando en verdad muy probablemente esté un escalón más abajo. Lo digo pensando en que ni Brahms, ni Ellington ni Saluzzi hicieron alguna vez "rock") Pero bueno, sigo contándote de aquella tarde. Buenos Aires Negro me partió la cabeza en mil pedazos con los arreglos, con la instrumentación (ya tenían trompeta y aún Pablo Giménez no había cazado el trombón, sólo tocaba el bajo). En especial me entró muy adentro la historia de "Francis". Me emocionó, y, lo que son las cosas: Ahora Peche muere apuñalado y se me figura Francis, el de su canción, la puta madre. Supo ganarse la vida limpiando vidrios en Belgrano. Resulta que luego al poco tiempo de ese domingo en que lo conocí nos encontramos en el 151. Ahí le compré el CD "Turra Vida", recuerdo que le di 15 mangos y que ni bien llegué a casa lo puse a sonar y me conmovió como hacía mucho no me sucedía con un disco. Historias como "Tren F.C.N.G.S.M" cuando dice:
"No hay nada como viajar en el estribo esquivando postes y frío.
No hay nada como ir en la locomotora, fumando un caño, tomando vino"
Un tango de esta época, una fotografía sonora del Buenos Aires que caminamos hoy los que la hacemos y una demostración de que hay mucho pero mucho por hacer en ese género. Pero también una postura política. Buenos Aires Negro es inescindible de IMPA y de toda la movida de fábricas recuperadas que surgió en medio de los escombros del 2001.
Peche se murió, che. Acuchillado. Una muerte que en medio del dolor inmenso uno presume lógica, o coherente, o que encaja con su razón de ser, qué se yo, si hasta la pluma envenenada de Esteban Schmidt podría describirla como "correcta", pero no, nada de eso: Peche no murió entre malandras en una noche zurda. Bastó una vecina loca y una cuchillada certera al corazón...
Si para Horacio Ferrer su muerte deberá acontecer cuando sean las seis en Barrio Norte y su penúltimo Whisky quedará sin beber, es probable que la muerte de Peche, haya sido a contramano, chorreando vino barato y sangre, como en las películas, como en el suburbio...
Si para Horacio Ferrer su muerte deberá acontecer cuando sean las seis en Barrio Norte y su penúltimo Whisky quedará sin beber, es probable que la muerte de Peche, haya sido a contramano, chorreando vino barato y sangre, como en las películas, como en el suburbio...
3 comentarios:
Peche era un capo, un amigazo de aquellos, un apasionado, uno de los tipos más buenos y solidarios que conocí. Poca gente sabrá las que pasó, los balurdos que le tocaron sortear en la vida. Por suerte nos deja su música, su amor por Buenos Aires y su corazón peruca.
Se nos fue un hermano
Gracias por recordarlo Gerardo.
Abrazo
La perdida es inconmensurable. Tanto humana como culturalmente quedó trunca una verdadera revolución en lo que concierne al nosotros y nuestra identidad.
Se fue un hermano
Nicolás De Gennaro
La perdida es inconmensurable tanto humana como culturalmente. Quedó trunco un cambió profundo que recorrería las raíces de nuestra identidad musical.
Un hermano...
Nicolás
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