El desafío de Cristina: correr a su sombra

Es cierto que el poder de compra de la jubilación mínima es el más elevado en los últimos 35 años. Sumemos a eso, también que el PAMI ha mejorado notablemente su prestación, por ejemplo, en el suministro de medicamentos. Ello no quita, empero, que vivir un mes con una suma de $ 1.434,29 pesos más los 45 del PAMI sea una empresa bastante aventurada, sino directamente una quimera. Me parece que acá es donde hay que afinar la comunicación porque a veces sin darnos cuenta competimos con pisos muy bajos y ello puede llevarnos a atenuar nuestras propias exigencias. A ver, el pueblo sabe que venimos de un desastre, por eso confía en nosotros la gestión del estado, porque hemos demostrado capacidad para conducirlo, pero si nos enamoramos de esa comparación y nos estancamos discursivamente en el "de dónde venimos" se me ocurre que corremos el riesgo de perder sintonía con la gente al no brindar un mensaje que nos asocie a la idea de que a pesar de todo lo hecho, podemos hacer mucho más, mejorando incluso la performance en aquellos aspectos donde las cosas no nos salieron tal como estaba previsto.

Es cierto que este gobierno es el que más ha hecho por los jubilados desde 1983 a la fecha; es cierto también que el aumento del 37% de este año para la mínima supera todos los cálculos de inflación, aún hasta los más salvajes, pero no deja de ser una verdad irrefutable que no alcanza y que a todo lo hecho se le deberá sumar muchísimo esfuerzo para que la tercera edad tenga no sólo una jubilación mejor en términos históricos sino que realmente alcance para vivir con dignidad.

Este es el desafío de Cristina, correr a su sombra. La presidenta no tiene ni que despeinarse en demostrar sus diferencias monumentales con los candidatos de la oposición. El pueblo lo tiene muy claro. La idea de un tercer mandato requiere instalar la noción de que quedan muchas tareas pendientes, que todo lo hecho hasta acá con ser mucho no es suficiente y que tenemos que superarnos a nosotros mismos.

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