domingo, 16 de enero de 2011

Dos mundos


Se ven tan claramente las diferencias en esta película.

Da tanto asco el mundo careta, gorila, falso, autoritario.

Y conmueve hasta las lágrimas la simpleza de un tipo del pueblo que al fin y al cabo sólo buscaba un pedacito de sol...
.

10 comentarios:

Mauri Kurcbard dijo...

La ví hace poco, es buenísima.
Violentísimo el final.

Verboamérica dijo...

Los dos personajes remiten a dos personajes jauretcheanos: el tilingo y el guarango.

Don Arturo decía que los tilingos son culturalmente estériles, mientras que los segundos, con sus defectos, tienen potencial para construir un país.

“En el guarango hay potencialmente lo que puede ser. El tilingo es una frustración. Una decadencia sin haber pasado por la plenitud.

Si el guarango es un consentido, satisfecho de sí mismo y exultante de esa satisfacción, el tilingo es un acomplejado. El guarango es la cantidad sin calidad. El tilingo es la calidad sin el ser”

Anónimo dijo...

La ví a mitad del año pasado. Me dió mucha bronca el final.

JP

Ricardo Moura dijo...

Lo siento, pero un aviso comercial que tapa la mitad de la pantalla no me deja ni leer ni ver, y no lo aguanto... A ver si alguien sabe dónde se puede ver esa película sin interferencias, que ya con los SMS promocionales en mi Movistar (que nunca atiende para poder pedir que no los manden), ya tengo más que suficiente...

Saludos.

Gerardo Fernández dijo...

Puse ese link pero la alquilé en el vídeo de la otra cuadra.

eltony dijo...

Creo que hay un error, en la película el "guarango" es un tipo que realiza juegos bastantes raros con la niña del vecino. Bastante desagradables. Es un punto que la hace más interesante, no permite tomar partido con tanta facilidad, no hay personajes lineales. Es compleja la realidad, contradictoria, el tipo más divertido puede ocultar un costado oscuro o aborrecible.

Ricardo Moura dijo...

Al fin la encontré y la pude bajar, así que más vale tarde que nunca:
Tiendo a coincidir con Eltony, nada es tan lineal ni fácil. En principio, clasificar a Víctor —el verdadero protagonista, ver más adelante— como simplemente "el guarango" es demasiado tibio y condescendiente. El tipo es mucho más, tiene actitudes psicopáticas y da sobradas señales de ser potencialmente violento y peligroso: le fascinan las armas, con las que hace esculturas y sale a cazar, amenaza directa e indirectamente, espía y acosa al vecino pretendiendo imponer una "amistad" imposible, ya que lo único en común es la medianera —que usa para invadir la privacidad—. ¿Es muy censurable, querer privacidad, ser un pobre niño rico medio boludo y débil, más acostumbrado a los modales europeos que a los de una cultura agresiva e invasiva como la porteña?

Por otra parte, la película adolece de floja estructura narrativa y/o ritmo, perdiéndose en secuencias que no aportan ni a la trama ni a entender a mejor a Leonardo aunque supuestamente éste sea el protagonista (todo está contado exclusivamente desde SU punto de vista).

¿Alguien quiere un vecino como Víctor? Que los hay, los hay, doy fe: un vecino de mi cuadra tiene, medianera mediante, uno que lo obligó a sacar un árbol de su patio, y cuando hablaban del tema deslizaba tener armas y le decía "¿Te conté que yo fui boxeador"? ¡Fácil, discutir como "buenos vecinos" así, ¿verdad?!

En cuanto al final (bastante mal filmado y editado, demasiado "atropellado", a mi juicio), ¿qué nos quiere decir? ¿Que resulta que pensábamos injustamente mal de Víctor, que "en el fondo era un buen tipo" dispuesto a jugarse por su vecino?

Pos no, manito... Francamente, si a mí me toca un vecino así, no le sigo el juego haciéndome el "amigo".

En fin, da para bastante...

Gerardo Fernández dijo...

Son interpretaciones, Ricardo. No es censurable ser medio boludo. Para mí lo censurable es ser jodido, mentiroso, cobarde, jugar a dos puntas y lo peor. Dejarlo morir.
Qués e yo, lo importante de última es que si una película te deja al rojo vivo valió la pena ¿no?
Abrazo

Ricardo Moura dijo...

Sí, Gerardo, que la película es es FUERTE, lo es sin duda.
Ahora bien: ¿"dejarlo morir"? Volví a ver el final, porque, como dije antes, está hecho muy atropelladamente y no me había quedado claro. Y resulta que Leandro dice "Yo llamo a la ambulancia", y aparentemente lo intenta, aunque no se entiende qué pasa con el teléfono, aparentemente no le responden, pero NO está muy claro.

Y agrego: ¿está muy mal ser "cobarde"? Más que cobarde, me parece un pusilánime (dominado por la mujer entre otras cosas). Curiosamente, lo mismo pienso de mi vecino el amenazado por el ex-boxeador, pero entre los dos me quedo toda la vida con el primero, que no jode a nadie.

Igualmente, un abrazo.

santix dijo...

Pero lo importante es el choque de dos mundos.
Los personajes con sus caracteristicas (exageradas) pero reconocibles.
La incomunicacion.
La aislacion de unos que hasta considerarian una invasion saludar o ser saludados por los vecinos.
Y la prepotencia del que te quiere ofrecer todo lo que tiene por pura generosidad.
No hay que quedarse juzgando a uno o a otro.
Y el final, con el tipo, que se pretende correctisimo, tirando a la mierda toda la correccion para zafar de sus miedos.

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