lunes, 7 de junio de 2010

Umberto Eco para pensar


“No tenemos evidencia científica de la duración en el tiempo de nuestros soportes magnéticos, más bien tenemos la certeza de que no duran. Sólo tenemos pruebas de que el papiro resiste dos mil años y la hoja del libro, unos quinientos. Allí están los incunables. En cambio, no tenemos ya computadoras que lean los viejos floppy disk. Pronto no habrá computadoras que lean los CD-ROM. La hoja nos da garantías, mientras el soporte electrónico no. Basta que haya una desmagnetización general o que un empleado se olvide de digitalizar los contenidos de nuestros bancos de datos y quedamos todos alzheimerizados.”

Ayer un lector mencionó esta nota que salió en Perfil y la refrito porque seguramente habrá alguien que no la haya encontrado y porque siempre Eco te deja con la cabeza dada vuelta.

¿Qué vamos a hacer dentro de poco con las discografías completas de Emerson lake & Palmer que tenermos archivadas (y nunca escuchamos) en CD?

Y, ya que estamos ¿Cómo se explica que en en tiempos donde tenemos a nuestro alcance mucha más música que 30 o 40 años atrás, ahora se escuche mucho menos que antes?

¿Te acordás cuando nos reuníamos a "escuchar música" y se te humedecían las palmas de la mano porque un amigo llevaría ese LP de Focus que te partía la cabeza y no conseguías por ningún lado?


---------------------------------------------------------

14 comentarios:

musidora dijo...

yo ya estoy tirando los cds
no me gusta juntar cosas viejitas, no soy fetichista
creoq uee stá cambiando mucho todo
me deja pensando este Eco
y vos también Gerardo!!!
beso
p.

Il Capo dijo...

Permitime decirte dos cosas que creo:

1) Que los soportes vayan pasando de moda a velocidad supersónica no dice nada acerca de su contenido. NUNCA fue tan fácil conseguir y conservar contenido como hoy. Cuando tus CDs con la discografía completa de ELP terminen de destruirse ni los vas a recordar, porque a golpe de click ya podés escuchar esos mismos temas sin siquiera haber ido al Parque Rivadavia a comprarlos.

2) No se escucha mucha menos música que 30 ó 40 años atrás: NOSOTROS escuchamos menos música, porque vamos envejeciendo, y las palmas se nos van humedeciendo por otras cosas. Estoy seguro que un pibe de 15 años sigue emocionándose tanto con la música como lo hicimos vos y yo hace ya un tiempo.

Te mando un abrazo.

Gerardo Fernández dijo...

Puede ser, Il capo, pero la certeza de Eco en que sabemos cuánto dura el papel es fuerte, elr esto está por verse.

Pero me parece interesante lo que decís sobre escuchar música. Tengo la idea de que los chicos ahora escuchan menos música y quizá lo que sucede no es que escuchen menos sino que no necesitan reunirse para hacerlo como era en los sesenta y setenta. Aún así se me ocurre que la audición ahora es más tipo "música de fondo", como que no de sientan a escuchar, como que no se le presta la atención de antes.
Pero quizá soy yo... puede que tengas razón

Il Capo dijo...

Es cierto, Gerardo, que no sabemos cuánto duran los nuevos soportes (o peor aun: sabemos que duran muy poco) pero yo creo que es una triste forma de ver la realidad. Yo creo que nunca como ahora el acceso a los libros y a la música fue tan sencillo, y eso es lo que habría que celebrar. Parece poco probable que de un plumazo desaparezcan las cosas (basta comprobar cómo borrar un video de Internet se convirtió en una tarea imposible).

Esto nos lleva a otra cosa: es probable que los pibes no se junten más a escuchar música como lo hiciste vos, porque esa facilidad de la que hablé arriba hace que no sea más un evento un disco importado, o un nuevo equipo de música, o...

Pero yo apostaría plata a que en este momento hay millones de pendejos de 15 años escuchando desde su iPod lo nuevo de X mientras siguen sus letras en el monitor de su notebook.

Espero no equivocarme.

Diego E. dijo...

Esa discusión se ha dado muchísimo en el ámbito de la informática. Y se han perdido muchos datos, o ha costado mucho dinero recuperarlos.

Ese es uno de los principales motivos que han llevado a la estandarización de formatos abiertos.

Si hoy tenés un documento escrito con alguna oscura aplicación de DOS, es probable que no tengas manera de leerlo. La idea de los estándares abiertos, es que la información sea fácil de recuperar y, por lo tanto, trasladar a nuevos formatos.

Por lo demás, cualquier formato electrónico es eso: electrónico. No podés leer un documento en el desierto. Necesitás un enchufe, o al menos una batería. Un dispositivo capaz de ejecutar varios sistemas que al final te permitan leer el documento en cuestión (por supuesto, lo mismo vale para archivos de audio).

Más allá de que la reflexión de Eco está muy bien, no es noticia en el ámbito informático.

El punto de vista apocalíptico (usando las espadas contra su dueño) es el de Eco. Todo es efímero y superfluo. Además, resulta más económico en cuestión de recursos, un libro impreso que un documento en un dispositivo electrónico.

El punto de vista integrado, es que gracias a Internet, servidores, medios de almacenamiento, estándares abiertos, un dispositivo cualquiera te sirve para reproducir miles, tal vez millones de documentos en un volumen ínfimo (y por lo tanto más económico en cuanto a recursos).

La necesidad de tener backups es el precio a pagar. La diferencia, es que un "backup" en la edad media llevaba algunos años. Hoy, algunos segundos.

Anónimo dijo...

Un tema interesante.

Como experiencia personal, sigo copiando negativos (fotografía), algunos de ellos tienen 70 u 80 años. La copia tiene la misma calidad que la de una foto tomada ayer.

Los soportes (CD u otros) donde se almacena y comprime la fotgrafía digital tendrán la misma durabilidad e inalterabilidad que la de un negativo ?
Habrá compatibilidad de estándares de lectura dentro de cien o doscientos años ?

Probablemente se sigue escuchando tanta música como en los 60'. Aunque aislados con los auriculares de un i-pod, saltando de una canción a la otra, sin los amigos, sin los particulares 70', y sobre todo, sin las tapas de los vinilos !

A propósito de esto último, los puristas sostienen que los sonidos que emite un buen tocadiscos están varios puntos arriba que el mejor reproductor de CD.

juan

Julio Jaime dijo...

Es interesante lo que dice Eco, pero a la vez contradictorio con la realidad que muestra en su libro "El nombre de la rosa", donde la informacion contenida en libros se encontraba accesible solo por un grupo de personas ( la iglesia ).

Comparemos esto con Internet donde la informacion fluye libremente.

Ademas paradojicamente en su historia, un incendio en la torre que contenia la biblioteca, destruye miles de libros que se perdieron para siempre.

Hoy la informacion esta replicada en muchos lugares, siempre existira la posibilidad de recuperarla, aunque se incendie el Vaticano.

ram dijo...

Más allá de todas las reservas que los aparatos actuales nos provoquen y el miedo por el breve tiempo de vida que le tenemos que suponer - en el caso de la música especialmente, no sé si la cuestión pasa solamente por si se escucha más o menos o de formas distintas.
Lo que me pasa a mí, y sospecho que no soy el único, es la resurrección de una cantidad enorme de material que, sea en LP o cassette, tampoco soportó los años, porque sencillamente están hechos moco, no hay casi posibilidad de reedición y aunque sea más fácil conseguir importado, 30 ó 35 dólares un CD es platita.
Desde Napster para acá, el acceder a esa música más todas las yapas a las que antes no podíamos ni soñar, es casi un paraíso. Jamás podría haber pensado entonces en tener TODO The Who, Beatles...., Gerardo, ...los "Herman's Hermits"!! o como les decíamos: "Música de calesita" y así con todo, o casi todo... en una disquería no lo consigue, en la web está.
Y si los formatos terminan obsoletos, tampoco es problema, lo que ayer guardaba en CD, por las dudas lo guarda en DVD, en USB, va guardando y reproduciendo sus tesoros para escuchar en el celular, en el auto, en la casa.. la tecnología quizás quite algunos encantos pero también devuelve mucho y no es tan complicado adaptarse.

plan quinquenal dijo...

Siendo que fui yo quién mencionó la nota de Eco, voy a rescatar lo que me pareció más polémico de la nota ya que descontamos su condición interesante, tomándola de quién viene.
Creo que Eco refleja una suerte de canónico humanismo que es bastante conservador y que remite a ciertos temores sobre aquello que sabemos es la cultura. Siendo que estamos instalados cómodamente en una morfología cultural determinada, aquello que lo supera (en ritmo, en velocidad, en cantidad) se da siempre bajo la forma de la amenaza. Y no creo que sea en todos los casos así, de hecho creo que es más "perjudicial" , para una cultura cercana a la que valoramos, lo que Sartori denominó "cultura de la imagen" que compite claramente con la capacidad de abstracción, con la posibilidad de vincular conceptos, pero no creo que internet haga nada de esto, sólo, eso si, tornarlo más veloz y con mayor capacidad de acumulación en términos de espacio. Por lo demás, y creo firmemente en que las sociedades, al menos la nuestra, está pasando por un momento de extrema banlización y de una extensipon de la vulgaridad y el mal gusto, pero eso no puede ser atribuido a las tecnologías, en todos los casos, personas banales y vulgares propalan toda clase de estupidez a los cuatro vientos con una facilidad pasmosa, pero que culpa tiene el tomate?
Es lo que digo sobre los blogs, me parecen una herramienta maravillosa, en su dimensión democrática y dialógica, ahora bien, hasta ahora son academicamente hablante y con honsrosísimas excepciones, una basofia.

ht dijo...

Hay otra cuestión que me resulta interesante en términos de cambio de paradigma. Hoy, la mejor forma de preservar un material (obviamente, hablando de materiales no privados) es compartirlo. Si yo te presto un libro en papel, me quedo sin el libro hasta que me lo devuelvas (si es que me lo devolvés). En el caso del material digital (por corrupción o falla de su soporte) cuanta más gente lo tenga, más "seguro" va a estar. En caso de que el CD-Rom o el disco que le sirve de soporte se arruine, cuanto más compartido esté, más posibilidades tendré de recuperarlo.
Por supuesto que esto es una simplificación, y juegan muchos más factores (positivos y negativos). Pero no deja de ser interesante el hecho de que, en estos términos, ser "generoso" se ha vuelto mucho más conveniente que ser "egoísta".
Con respecto a mi experiencia personal, con 45 años, nunca he escuchado tanta música como ahora. Música nueva, música vieja, música que siempre quise escuchar y nunca había podido hacerlo, música que nunca habría escuchado de otra manera, música de todo tipo (téngase en cuenta que soy un melómano de gusto amplio). Por supuesto que uno tiende a darle menos importancia a lo que consigue fácil. Todavía recuerdo la reverencia y el cuidado con el que trataba a Joe's Garage de Zappa, cuyas partes 2 y 3 nunca se habían editado acá y conseguí a precio de oro en una disquería de Lavalle. Ahora tengo la discografía completa y la puedo escuchar cuando quiero y, por supuesto, la cuido mucho menos, pero la música de Zappa sigue siendo la misma.

Dr Limbus dijo...

Coincido 100% con HT; por lo demás, la cuestión de la durabilidad del soporte es, aun respetando el romanticismo de Eco, irrelevante, es un signo de los tiempos, una caracteristica de la tecnologia.
Además en un punto es beneficiosa la degradabilidad del soporte.
Hay cosas que mejor olvidar, datos que mejor si se pierden en la niebla del pasado. En fin...

jorge dijo...

Muy buen planteo, y me encantaron las respuestas.
Creo que la que enuncia que la solución es "compartir" es la que más se acerca a mis ideas.
Yo ahora que puedo, compro y comparto.

Cuando la información cultural era menos y sus soportes menos difundidos, muchas veces quedaban en pocas manos, que debían decidir qué se preservaba y qué no.

Ahora es más ecléctico y tal vez la superviviencia depende más de la masividad (ergo, su multiplicación)
Signo de los tiempos.

Igualmente, se están dando casos como el del Bill Gates, que compró no se cuánto material fotográfico con derechos, teóricamente para preservarlo, pero se está volviendo inaccesible y probablemente, quede en manos de unos pocos, como el la época de "El Nombre de la Rosa"

En cuanto al disfrute de la obra artística, en el caso de los libros aún elebook no ha podido desbancar al viejo y querido libro.

Yo gasto mucha plata en libros que podría bajar gratis de internet (no tienen derechos) pero no me acostumbro a leer un libro en digital.

Sí lo hago con la música, y cuando algo me gusta, me junto con amigos, lo hago escuchar, es igual que antes...

Creo que la facilidad de multiplicación de la obra es un factor fundamental en su superviviencia.
Los libros tampoco duran tanto (salvo que se cuiden especialmente), ni hablar de los discos o cassetes.

Udi dijo...

- ¿Cómo dices Nippur? ¿Que en Egipto escriben sobre una tela ? ¡Qué nuestro padre Sargón nos proteja de caer en semejante perdición! Cuando sus telas ¿Papiros dices que se llaman? estén podridas nuestras tablillas de firme barro del Eufrates aún serán leídas para mayor gloria de Hammurabbi.
(Extraído de una leyenda sumeria)

Diego E. dijo...

Casi como al pasar, ht la clavó al ángulo.

"Hoy, la mejor forma de preservar un material (obviamente, hablando de materiales no privados) es compartirlo.

Esta es la principal ventaja de los medios actuales. Es verdad que el papiro aguanta dos mil años (y más), pero es más barato, más accesible y más plural el formato electrónico. Y después lo podés imprimir, o leerlo en la palm.

Y si el material se comparte lo suficiente, cuando lo pierdas lo podrás encontrar nuevamente en minutos.

Creo que Eco enuncia cierto amor melancólico, que comparto, por el formato libro. Así como hay gente -que no entiendo pero no juzgo- que adora sus vinilos con más ruido a fritura que a música.

Pero las ventajas de la digitalización superan con creces las desventajas.

Entrada destacada

A propósito de Mundstock y ciertas giladas

A propósito del fallecimiento de Marcos Mundstock volvió a aflorar esa actitud mediocre de refutar a un artista por sus posiciones políti...