Tarde o temprano muchos intelectuales están condenados a dar lástima, como Beatríz Sarlo, que entra al debate de la ley de SCA a desgano, tarde y con nociones precarias de lo que está en danza. Por eso compone este texto sólo apto para que un puñado de programas de radio reaccionarios lo tomen de a pedazos como este pasaje donde escribe:
“Las palabras no reemplazan a la realidad y la palabra "dictadura" no reprime las libertades y el pluralismo tanto como una dictadura verdadera. Demasiado Foucault oratorio y demasiado olvido de que, como enseñó Saussure, la palabra "caballo" no trota.”
Nadie está preocupado por que la ley sea de la dictadura sino que sólo se hayan modificado sus aspectos curiosamente más saludables que eran las cláusulas antimonopólicas a fin de garantizar que en medio de un vacío legal objetivo se hayan consolidado verdaderos emporios que controlan a gusto y placer la comunicación audiovisual de todo el país y que no están dispuestos a que la sociedad a través de una legislación actualizada les imponga determinadas reglas de juego como sucede en los principales países, esos mismos que se nos ponen a cada rato como ejemplo a seguir.
Un ejemplo contundente del desvarío de esta señora es su mirada cargada de desprecio y desconocimiento de la radiofonía comunitaria de baja potencia:
“Los entusiastas de las radios comunitarias las ven salir de las penosas condiciones en que hoy sobrevive la mayoría de ellas para convertirse en sólidas emisoras independientes que produzcan buena información y buenos contenidos locales, nacionales e internacionales, indispensables porque los medios privados ya no podrán cubrir todo el territorio con sus redes.”
No, señora, su soberbia le impide reconocer que debe callarse la boca cuando no conoce alguna materia. Las emisoras comunitarias jamás podrán transformarse en “sólidas emisoras independientes” en primer lugar porque la esencia de la comunicación comunitaria no es el lucro, sino responder a necesidades comunicacionales de las comunidades y organizaciones que las sustentan, donde se apunta a centralmente a financiar los gastos fijos como energía eléctrica y salarios de locutores, productores y operadores. Donde no se percibe ganar plata porque le cuento, ya que estamos, que incluso muchas de las grandes emisoras de esas que usted denomina “independientes” en muchos casos no arrojan ganancias y sí pérdidas, pero igual las empresas las mantienen porque el objetivo perseguido es la incidencia en la creación de agenda y en la instalación de nociones políticas e ideológicas en la comunidad.
Y en segundo lugar porque usted sabe mucho mejor que nadie que no existen las “emisoras independientes”. Existen radios que operan cotidianamente para determinados proyectos políticos, por eso hasta le puedo conceder que una emisora comunitaria pueda crecer, pero jamás será “independiente” porque felizmente siempre dependerá de alguien, como todo en este mundo.
Independientemente de estos asuntos, si algo me desvela es entender porqué Sarlo asume una defensa de tan baja calidad del dispositivo mediático. Seguramente la empresa, para la que trabaja de columnista hace mucho, le pidió una nota sobre la ley de SCA y entonces la emprendió con toda su soberbia sin darse cuenta de que hay temas que si uno no conoce bien, lo mejor es no entrarles. Pero la señora, a esta altura de su trayectoria no repara en estas minucias. A caballo de su ego, que sigue trotando, se cree todopoderosa y se prende fuego solita, sin que nadie se lo pida.
El dispositivo mediático, en tanto, deambula sin encontrar un discurso inteligente y actual para dar el debate y entre spots publicitarios que agreden la inteligencia del argentino medio y estos estertores de figuras en franca retirada del mundo de las ideas, se sigue sumergiendo en los pantanos del oprobio
En un punto trato de imaginar la desdicha que deben padecer algunos intelectuales cuando empiezan a ser reconocidos por su pasado y ni siquiera se repara en que aún viven. No puedo evitar compadecerme imaginándolos sufrir en soledad mientras repasan en su archivo momentos de éxtasis creativo ocurridos en décadas pasadas cuando todavía la fertilidad los atormentaba, no como en este atardecer mustio donde solamente los acosan farsescos lugares comunes.
Debe ser dramático el climaterio creativo.
Pero más dramático aún es cuando no asumen que su tiempo ya pasó, como esas señoras mayores que se visten como adolescentes, o en definitiva que llegaron a un punto donde están de acuerdo con un determinado estado de cosas y punto.
El problema es cuando pretenden seguir haciéndole creer al mundo que siguen siendo bravíos pensadores en busca del hombre nuevo cuando en rigor se han aburguesado definitivamente y lo que hacen ahora es disfrutar del prestigio acuñado treinta o cuarenta años atrás.
Entonces se la pasan tratando de pararse en lugares originales desde donde mantener el prestigio y empiezan a dar demasiadas volteretas para encontrar ese pedestal de originalidad que los desvela y paulatinamente, sin darse cuenta, se deslizan imperceptiblemente por toboganes cada vez más ramplones y como generalmente en esos deslices se han ido enemistando con esos amigos que antes les llamaban la atención y les avisaban que estaban en el borde del precipicio, como ahora nadie les prende las alarmas, culminan publicando notas donde en nombre de supuestos lugares de análisis superior, defienden de la manera más evidente el status quo del que en definitivamente forman parte gustosamente.
“Las palabras no reemplazan a la realidad y la palabra "dictadura" no reprime las libertades y el pluralismo tanto como una dictadura verdadera. Demasiado Foucault oratorio y demasiado olvido de que, como enseñó Saussure, la palabra "caballo" no trota.”
Nadie está preocupado por que la ley sea de la dictadura sino que sólo se hayan modificado sus aspectos curiosamente más saludables que eran las cláusulas antimonopólicas a fin de garantizar que en medio de un vacío legal objetivo se hayan consolidado verdaderos emporios que controlan a gusto y placer la comunicación audiovisual de todo el país y que no están dispuestos a que la sociedad a través de una legislación actualizada les imponga determinadas reglas de juego como sucede en los principales países, esos mismos que se nos ponen a cada rato como ejemplo a seguir.
Un ejemplo contundente del desvarío de esta señora es su mirada cargada de desprecio y desconocimiento de la radiofonía comunitaria de baja potencia:
“Los entusiastas de las radios comunitarias las ven salir de las penosas condiciones en que hoy sobrevive la mayoría de ellas para convertirse en sólidas emisoras independientes que produzcan buena información y buenos contenidos locales, nacionales e internacionales, indispensables porque los medios privados ya no podrán cubrir todo el territorio con sus redes.”
No, señora, su soberbia le impide reconocer que debe callarse la boca cuando no conoce alguna materia. Las emisoras comunitarias jamás podrán transformarse en “sólidas emisoras independientes” en primer lugar porque la esencia de la comunicación comunitaria no es el lucro, sino responder a necesidades comunicacionales de las comunidades y organizaciones que las sustentan, donde se apunta a centralmente a financiar los gastos fijos como energía eléctrica y salarios de locutores, productores y operadores. Donde no se percibe ganar plata porque le cuento, ya que estamos, que incluso muchas de las grandes emisoras de esas que usted denomina “independientes” en muchos casos no arrojan ganancias y sí pérdidas, pero igual las empresas las mantienen porque el objetivo perseguido es la incidencia en la creación de agenda y en la instalación de nociones políticas e ideológicas en la comunidad.
Y en segundo lugar porque usted sabe mucho mejor que nadie que no existen las “emisoras independientes”. Existen radios que operan cotidianamente para determinados proyectos políticos, por eso hasta le puedo conceder que una emisora comunitaria pueda crecer, pero jamás será “independiente” porque felizmente siempre dependerá de alguien, como todo en este mundo.
Independientemente de estos asuntos, si algo me desvela es entender porqué Sarlo asume una defensa de tan baja calidad del dispositivo mediático. Seguramente la empresa, para la que trabaja de columnista hace mucho, le pidió una nota sobre la ley de SCA y entonces la emprendió con toda su soberbia sin darse cuenta de que hay temas que si uno no conoce bien, lo mejor es no entrarles. Pero la señora, a esta altura de su trayectoria no repara en estas minucias. A caballo de su ego, que sigue trotando, se cree todopoderosa y se prende fuego solita, sin que nadie se lo pida.
El dispositivo mediático, en tanto, deambula sin encontrar un discurso inteligente y actual para dar el debate y entre spots publicitarios que agreden la inteligencia del argentino medio y estos estertores de figuras en franca retirada del mundo de las ideas, se sigue sumergiendo en los pantanos del oprobio
En un punto trato de imaginar la desdicha que deben padecer algunos intelectuales cuando empiezan a ser reconocidos por su pasado y ni siquiera se repara en que aún viven. No puedo evitar compadecerme imaginándolos sufrir en soledad mientras repasan en su archivo momentos de éxtasis creativo ocurridos en décadas pasadas cuando todavía la fertilidad los atormentaba, no como en este atardecer mustio donde solamente los acosan farsescos lugares comunes.
Debe ser dramático el climaterio creativo.
Pero más dramático aún es cuando no asumen que su tiempo ya pasó, como esas señoras mayores que se visten como adolescentes, o en definitiva que llegaron a un punto donde están de acuerdo con un determinado estado de cosas y punto.
El problema es cuando pretenden seguir haciéndole creer al mundo que siguen siendo bravíos pensadores en busca del hombre nuevo cuando en rigor se han aburguesado definitivamente y lo que hacen ahora es disfrutar del prestigio acuñado treinta o cuarenta años atrás.
Entonces se la pasan tratando de pararse en lugares originales desde donde mantener el prestigio y empiezan a dar demasiadas volteretas para encontrar ese pedestal de originalidad que los desvela y paulatinamente, sin darse cuenta, se deslizan imperceptiblemente por toboganes cada vez más ramplones y como generalmente en esos deslices se han ido enemistando con esos amigos que antes les llamaban la atención y les avisaban que estaban en el borde del precipicio, como ahora nadie les prende las alarmas, culminan publicando notas donde en nombre de supuestos lugares de análisis superior, defienden de la manera más evidente el status quo del que en definitivamente forman parte gustosamente.
A Sarlo le preocupa que algo cambie en materia de control de medios porque así como está el dispositivo a ella le va bien, a ella la convocan, le dan lustre y hasta le deben pagar muy bien –como corresponde- sus notas en la revista Viva que por otra parte son la prueba irrefutable de cómo, a veces, mentes brillantes adquieren en tiempo récord esa opacidad tan vulgar.
Es tristísimo ver cómo personalidades que escribieron ríos de tinta pensando las diversas formas de transformar la sociedad acaban miserablemente defendiendo al fin y al cabo su quintita.
Es que es así y no hay que darle más vueltas. Hay figurones que terminan viviendo de un prestigio cosechado en el pasado y usufructúan los intereses de ese respeto que se han ganado en buena parte de la sociedad, confundiendo arteramente al lector, porque no avisan ni aclaran que hoy ya no piensan como antes o que lisa y llanamente se han rendido.
Ya no queda nada de esa polémica pensadora que transgredía en cada renglón. Lo que hay ahí es una señora que defiende un estado de cosas en el que le va bien.
Así de simple.
Un remedo letrado de la rubia Mireya que tanto apenó a Manuel Romero.
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17 comentarios:
Se equivoca Sarlo, porque las palabras crean realidades... primero van las palabras, y luego aparecen los hechos, en relación a las palabras dichas.
Saludos
Aparte ¡Se estar{a refiriendo a la calidad de contenidos de Tinelli y de Rial?
¡¡¡Grande, Gerardo!!! No es solamente que esté muy de acuerdo. Es que encontraste las palabras exactas. Admiro tu agudeza. La aprecié mucho a Sarlo en una época, y por eso lamento más este desastre penoso que es ahora, como vos mostrás, no sólo por haberse pasado a la derecha sino por la baja calidad de su pensamiento (antes una cosa no venía junto con la otra, casi se diría que pasaba lo contrario, si pensamos en alguna gente como Borges, pero hoy parece ser la norma). En fin, muy bien dicho, y pensado.
Cuántos ídolos de barro se cayeron en estos meses de dicusión sobre la ley
Es verdad. Kovadloff es otro.
esta ídola de barro desbarrancó ya hace mucho. Y pensar que en los 70, viajaba por las universidades nacionales llevando la prédica del PCR. Qué largo y patético camino!!!
Me encanta, me encanta porque el gordo Soriano, a quien esta turra ninguneó desde su bronce académico, se debe estar cagando de risa. Me encanta.
Dentro de poco la veremos bailar el minué con Aguinis
Excelente!!! "Debe ser dramático el climaterio creativo." Algo que también se le puede aplicar a la Silvina Walger y a otras y a Aguinis también ya que estamos y para no discriminar.
Un abrazo
De estas cosas no hay retorno, Bonasso perdió, Aguinis hasta en el foro de los operómanos (donde hay mucha derecha) es reconocido como una pluma al servicio del poder económico, caen en el descrédito. Qué época!
Se darán cuenta hasta qué punto muestran la hilacha? No se puede tener todo: si eligen el billete, no pretendan dar cátedra porque nos han dado la espalda.
Es cierto lo de Soriano , Grace. Gracias por rescatarlo
Aflojen un poco viejo!!! Somos todos unos boludos, unos claudicantes, unos mentecatos y unos lastimosos sólo por no estar de acuerdo con ustedes!!!De donde sacan esa soberbia, en que ventanilla sacaron el carnet de juzgadores de la sabiduría política de la patria?
A veces resultan francamente insoportables
En otra muestra de su sagacidad, Jose Pablo Feinmann llamó a Beatriz Sarlo, ya hace varios años, la nueva Victoria Ocampo (y eso que para entonces BS apenas comenzaba a deschavar su giro a la derecha).
En algo se equivocó JPF: Victoria Ocampo fue siempre una reaccionaria jugada pero tenía un vuelo intelectual, hasta una pizca de locura creativa, que la Sarlo nunca pudo siquiera soñar en alcanzar. Algo así como comparar "el bandoneonista Minoto" con Astor Piazzolla.
Buenisima la nota . yo estudie con Sarlo al principio de la democracia , en filosofia y letras, en Marcelo T. en el 84, y era brillante (es cierto que la comparabamos con los profes de la dictadura que eran impresentables),por lo menos parecía estar totalmente de este lado del partido(el liberal debe ser un tipo muy bueno pero no entiende que es horrible que los cumpas te hagan los goles en contra ) no hay peor traidor , provoca el doble de dolor , si vos sentís que alguien está del lado de los que militan solidariamente por un mundo mejor, y te encontras con alguien que dice cosas solo por conveniencia ecónomica....
por eso lo puteamos tanto a Bernesto Nestelbaunm
Perseveran en el error, les doy una noticia, ustedes no son los únicos que militan por un mundo mejor, es más, hay otros mundos, otras personas deseando cosas distintas con el mismo derecho y no por eso son seres abominables, y es cierto, soy un tipo muy bueno
"otras personas deseando cosas distintas" esa es la cuestion ,ud lo ha dicho
Un beneficio "colateral" de la discusión sobre la ley de medios es el sinceramiento de los discurseadores de la izquierda sobre los cuales ya marcaban Jauretche y Hernandez Arregui.
Al final, queda al desnudo el papel que les asigna el régimen; la de esterilizar inquietudes y apartarlas de lo nacional y popular. Si alguien joven tiene iquietudes sociales, está la Fraterna Ayuda Cristiana, y si eso falla, están los intelectuales de izquierda para impedir que se junten con el pueblo...
Esta ha sido una gran ocasíon histórica, el '30 y el ´45, y el '55 fueron otras.
La palabra que usó la diputada Moises, "arrodillados", es la palabra mas sencilla y a la vez mas pertinente.
Muchos terminan arrodillados, queriendo resolver su culpa expiandola por doquier con autojustificaciones ("¿saben que? me cansé de tanto zurdo trasnochado, los liberales tienen razón, conocí la verdadera vida, todo cambió para mi, y necesito el mejor mundo para mis nietos", clásico de izquierdista arrepentido), como esta mujer o como Tenembaum.
Bueno, a propósito de lo mismo, me pregunto sobre la autenticidad de la cita de Saussure. Ocurre que esos temas son mi especialidad, y aunque es muy difícil probar una "no existencia", confieso que nunca encontré en Saussure (un suiso incapaz de cualquier chiste) la expresión "le mot cheval ne trotte pas" ni ninguna otra que se le parezca. ¿Alguien podría iluminarme al respecto? Gracias. Al menos, quisiera que decir que aún en las notas mundanas de Clarín, una cita debe ser refrendada con las debidas referencias.
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