lunes, 23 de marzo de 2009

Qué opina el progresismo de la ley de radiodifusión?


¿Qué postura van a tomar los amigos del denominado "progresismo" respecto al anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual?

Que se sepa, Fernando Solanas habría manifestado un visión favorable, lo mismo que el intendente de Morón, Martín Sabatella.

¿Y el resto?

¿Se animarán a que no los inviten más los medios electrónicos de Clarín, De narváez y Pierri?

¿O se escudarán en "que no es el momento"?

¿O dirán que la sancionar una nueva ley es fundamental pero si su sanción es impulsada "por este gobierno" no sirve?

Eduardo Aliverti en su editorial del sábado pasado dijo algo interesante al respecto.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé los progres en política, pero un periodista supuestamente progre que labura en el grupo ya está -algo tímidamente todavía- emulando a la oposicion preventiva. "Sospecha" que puede servir para dejar entrar a los monopolios de las telefónicas. Y eso admitiendo no haber leído el proyecto de ley ni haber hablado con nadie que sepa del tema.

En el programa de Aliverti, donde se trató el tema -y donde sí se sabe del proyecto- se dejó en claro que eso no es así (recomiendo bajar el audio de la nota en marcaderadio.com.ar)

Ah, pero por las dudas, con la mejor onda, el periodista supuestamente progre "sospecha".

Andá a cag....

Anónimo dijo...

Porqué no sospechar cuando quien la impulsa fué quien cerró su mandato con la fusión de Cablevisión- Clarín, agigantando el monopolio?


Víctor

Unknown dijo...

Qué lindo!
Aliverti nos advierte (con mucha clase) que los idiotas dirán exactamente lo que dice el anónimo

Anónimo, te prestamos un espejo, leé la nota de Aliverti.

Partes de Guerra dijo...

Victor:

Lee la nota de Aliverti que te contesta tu inquietud.

Néstor Sbariggi dijo...

Gerardo: Cada vez hablo con más radicales y gente de la CC que mano a mano te dicen que están a favor del proyecto. Que tengan coraje y los dejen hablando solos a Lilita, Morales y a Guidici. Es una oportunidad magnífica. Clarín los tiene atados a esos tres y a Felipe (aunque a Carrió nunca la quiso) comámosle la tropa por abajo. Que vengan a debatir que el PEN la quiere sacar con el mayor apoyo posible así que sus críticas y objeciones van a ser consideradas especialmente.

Al SI, Lozano et al los considero de este lado.

Saludos.

Anónimo dijo...

Che, si quieren seguir pegando dele nomás. Pero ya fijamos posición:


Diputada Merchán: "Carrió defiende la libertad de empresa, no la de prensa".


La diputada nacional Lic. Cecilia Merchán se refiriò a las declaraciones de Elisa Carriò en las cuales señalaba que: "no tenemos ningún problema en defender a llamados grupos económicos si es en defensa de la libertad de expresión" . Al respecto al diputada de Libres del Sur afirnó: "Carrió defiende la libertad de empresa, no la de prensa. Con Morales son lo opuesto a la defensa de la libertad de expresión"

Para luego concluir: "Con las declaraciones de Carrió y Morales queda claro de que lado están la Coalición Cvica y la UCR. Les preocupa más el debate de una nueva ley de servicios de comunicaciòn audiovisuales, que impedir que se sigan concentrando los medios de comunicación en función de los intereses de los sectores económicos más poderosos de nuestro país. Son coherentes con defender a los pooles de siembra, los grandes empresarios rurales, los bancos multinacionales, las AFJP y querer el regreso urgente a los prestamos del FMI"

Prensa diputada Cecilia Merchán

Anónimo dijo...

Me hizo acordar al “¿¡Por qué no te callas!?”. Cuando desde su tribuna itinerante del Conurbano bonaerense Kirchner dijo: “¿¡Qué querés, Clarín!?” usó el mismo tipo de pregunta admirativa que el rey de España le hizo a Chávez. Se escribe igual: con cualquiera de los dos signos o los dos juntos, según las preferencias. Pero a mi me sonó distinto, bien diferente a como lo interpretó la bullanguera tribuna de Néstor que estalló en aplausos al grito de “Tomala vos, dámela a mí, el que no salta es de Clarín”. Yo lo leí como un verdadero pedido: “¿Qué querés que te dé para volver a trabajar para mí?”. “¡Si estábamos tan bien juntos!”


¿¡Por qué te fuiste, mamá!? A mí me sonó a súplica disfrazada de agresión, al estilo de la mujer despechada de la canción del dúo Pimpinela que comienza: “¡Me engañaste, me mentiste, me tomaste cuando te hice falta y ahora me tiras. Me usaste..” pero donde la abandonada no quiere asesinar a su ex pareja sino recuperarla.

Clarín tampoco guarda la compostura, después de años de enviar chiquitos, a página par, sin foto, mezclados con policiales y sociedad, los temas sobre libertad de prensa, ahora dedica, al comienzo del diario, páginas y páginas a la reunión semestral de la SIP en Paraguay (en 2004 publicó 75 centímetros contra 1.575 de 2009) y en convertir a la diputada radical Silvina Giudici, presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión de esa cámara, en una especie de Susana Giménez que aparece todo el tiempo.

Da vergüenza ajena, lo mismo que las imitaciones en Canal 13 de Tinelli a Néstor y Cristina Kirchner (ver Espectáculos, página 2) que justo ahora conviene relanzar después de haberlas olvidado prolijamente mientras Kirchner era todopoderoso.

Les vale la misma crítica que al Gobierno: así como muchos piensan que el anuncio del anteproyecto de reforma de la Ley de Radiodifusión fue hecho para extorsionar a Clarín y todos sus artículos pueden ser modificados para licuarle los daños en la medida que se avenga a ser nuevamente funcional con el relato del Gobierno, también hay quienes piensan que las imitaciones de Néstor y Cristina Kirchner que realizarán Tinelli en Canal 13 pueden, dependiendo de las concesiones que se realicen, bajar su tono crítico o hasta extinguirse rápidamente, como ya sucedió con la policía del Valijagate de “Patinando por un sueño”, quien después de entrenarse varios meses quedó fuera del aire antes de debutar.

Ninguno de los dos son serios, pero aunque no haya inocentes, es el Estado –al igual que en la teoría de los dos demonios– el que tiene mayor obligación de actuar moralmente. En las 147 páginas de la Propuesta de Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no se hace mención a lo que en otros países se conoce como Ley de Acceso a la Información Pública, que obliga a los gobiernos a no discriminar a los medios retaceándoles información sobre sus actos. Si el Gobierno puede hacer transacciones con las informaciones de interés público, incluso censurarlas, ¿con qué legitimidad ética puede reclamar que haya empresas que lo extorsionen con la difusión o no de contenidos negativos con la excusa de que la información es una mercancía de la que son dueños porque ellos la producen y distribuyen?

Es tan censurable que un medio o un conductor no difundan su mensaje a cambio de compensaciones mayores de las que obtendrían de su audiencia y anunciantes, como que el Gobierno opere de todas formas posibles sobre los medios para que no se difundan informaciones que le resulten negativas. Y el kirchnerismo ha sido el más experto censurador de la historia de la Argentina democrática. Por eso, cualquier ley de medios promovida por este Gobierno y que incluya una alta dosis de discrecionalidad del poder de fiscalización del Gobierno será vista –con razón– como colocar al lobo a cuidar el gallinero.

Esto no quita la probablemente buena intención de Gabriel Mariotto, titular del Comfer, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, y encargado de llevar adelante el nuevo proyecto. Mariotto, como Luis Lázzaro, integrante principal del equipo que redactó el nuevo proyecto de ley, y los intelectuales de Carta Abierta, están genuinamente convencidos de que llevan adelante una causa patriótica sin percibir ciertas analogías entre el uso que Perón les dio a los Montoneros mientras le convino para luego echarlos de la Plaza de Mayo, del que podría hacer Kirchner con ellos si llegara a un acuerdo con Clarín. Los Montoneros tardaron en comprender que Perón estaba más cerca de López Rega que de ser la mezcla de Gardel con el Che que ellos imaginaban, y quizá lo mismo suceda con Mariotto, Lázzaro y Carta Abierta: que ellos también tarden en descubrir que Kirchner está más cerca de Rico y Saadi de lo que creen.

Kirchner no hizo una presidencia democrática y pluralista; su sueño era que Clarín fuera lo que Televisa fue para el PRI en México, y en menor medida Globo para Arena y luego el PMDB en Brasil. Una herramienta disciplinada al servicio del poder de turno. La diferencia es que los argentinos tenemos una vocación igualitaria que las poblaciones de México y Brasil no tenían. Con audiencias más primitivas y una clase baja con menos conciencia de sus derechos, Televisa y Globo pudieron –y hace ya años– hacer oídos sordos a los temas conflictivos de cada momento, algo que Clarín nunca podría hacer sin destruir su relación con su audiencia. Otra diferencia es que Televisa y Globo son empresas de entretenimiento donde las noticias ocupan una ínfima parte de sus programaciones, en cambio Clarín es una empresa periodística originada en un diario y que se hizo fuerte con las noticias también en lo audiovisual. La información fue a Clarín lo que las telenovelas fueron a Televisa y Globo.

Lo que Kirchner no comprendió, cuando en sus días de gloria imaginó a Clarín como aliado en la construcción de un PRI argentino, es que más tarde o más temprano los ciudadanos se cansan de tener al mismo presidente (o copresidente), y cuando eso sucede Clarín, como Reutemann o Solá, tenía que diferenciase para sobrevivir al caído en desgracia. El PRI fue una estructura más inteligente y compleja que el Frente para la Victoria.


La ley. En una excelente y extensa columna en la edición de ayer de PERFIL, Julio Bárbaro escribió: “Es más maduro simular afecto que amenazar con un revólver sin balas”. Así de débil ve al Gobierno el ex director del Comfer durante toda la presidencia de Néstor Kirchner. Para Bárbaro, el Gobierno, entre otros errores, peca de ingenuo al intentar “cambiar la realidad con normas”. Algunas realidades sí son cambiables con normas pero no hay metafísica que pueda contradecir todo el tiempo la física cotidiana de la realidad. Repasemos esa física.

Los medios audiovisuales gratuitos, la radio y la televisión abierta, al vivir sólo de la publicidad, son empresas siempre pequeñas al ser comparadas con aquellas donde el consumidor final paga todo o una parte del servicio. Simplificadamente, Telefónica y Telecom tienen ventas anuales de alrededor de 10 mil millones de pesos, y Cablevisión/Multicanal de la mitad: casi 5 mil millones. Los canales de televisión de aire, Canal 13, Telefe, Canal 9 y América, con ventas anuales de entre 100 y 300 millones de pesos, son infinitesimales en términos económicos. Y peor aún las radios: Radio 10, Mitre, Continental y La Red tienen ventas anuales entre 10 y 30 millones de pesos, o sea la radio número uno del país es económicamente más pequeña que un supermercado chino o una concesionaria de autos de cierto tamaño (los canales de noticias son económicamente tan pequeños como las radios).

La contraparte de la poca importancia económica que tienen las radios y los canales abiertos de televisión al ser gratuitos, por esa misma causa, son las enormes audiencias sobre las que ejercen gran influencia. Mientras Telecom es más de 300 veces más grande que Radio 10, políticamente es más influyente (o sea: se consiguen más votos) la radio número uno.

Económicamente hay sólo tres grandes jugadores: Telefónica, Telecom y Cablevisión/Multicanal de Clarín. Telecom no tiene influencia porque no tiene radios ni canales de TV. Telefónica prácticamente tampoco la tiene porque tiene sólo Telefe, donde desde hace años se ha eliminado todo programa periodístico y sus noticieros están pasteurizados para no generarle ningún conflicto con el poder de turno. Sólo Clarín está de "los dos lados del mostrador". Llega con sus fibras ópticas o de cobre a los hogares como Telefónica y Telecom, y llega a las audiencias con sus contenidos en alta proporción periodísticos.

Sigue
En Grecia antigua, una sola palabra, timé, se usaba para definir dos conceptos: fama y dinero. Quien tenía lo uno, tenía lo otro. Recién en Roma los conceptos se separaron endos palabras y había quienes tenían fama pero no dinero, y viceversa. Clarín es el único que –dentro de estos parámetros– tiene ambos atributos.

Un ejemplo internacional de quien tiene ambos atributos es “el Clarín de España”, el Grupo Prisa, que edita el diario El País y tiene la mayor empresa de cable de su país además de la mayor cadena de radios y editorial de libros, que hoy está pasando por una situación financiera apremiante: la crisis de España le impide renovar su deuda y se verá obligado a vender alguna de sus actividades. Se especula que la familia propietaria preferirá quedarse con las empresas de contenidos (diarios, radios y libros) y desprenderse del cable, manteniendo así su influencia política intacta. ¿Sería esa misma decisión la que tomaría Clarín, si se aprobara la nueva ley de medios que directamente impide a quien preste el servicio de acceso a los hogares (telefónicas, cable, banda ancha de Internet) tener canales de televisión?

Aun si así fuera, el Gobierno no podría mellar la capacidad de influencia periodística de Clarín aunque sí le quitaría su mejor negocio: el cable. Pero hay quienes especulan que, ante esa disyuntiva, Clarín podría decidir lo opuesto a Prisa de España y quedarse con el cable, vendiendo los contenidos. Salvo algunas personas del Gobierno, nadie cree que esto vaya a suceder en el corto plazo, y de aprobarse alguna ley tendría tantas modificaciones que hasta podría cambiar su espíritu. Pero más allá de estas pocas posibilidades, por disciplina intelectual vale analizar ese escenario.


Qué es el triple play. En la Argentina ya existe el duo play; Telefónica y Telecom brindan por sus mismos cables el servicio de voz y de acceso a Internet. Al revés, el duo play de Clarín brinda cable y acceso a Internet. Las tres empresas tienen una cantidad similar de abonados a acceso a Internet: Speedy de Telefónica, 1.250.000 abonados; Arnet de Telecom, 1.100.000, y Fibertel de Cablevisión/Multicanal-Clarín, 1.000.000.

La conexión a Internet es donde hoy compiten las tres, (dos dan voz y la otra TV por cable) y se supone que de autorizarse el triple play cada una mantendría su algo más de un millón de abonados, pero a los tres servicios en lugar de a dos. Eso significaría que Telefónica y Telecom perderían algo más de un millón de clientes de telefonía de línea que pasarían a Cablevisión/Multicanal-Clarín, y Clarín perdería un millón de abonados a la TV por cable que pasarían a ser provistos por Telefónica y Telecom. El problema para Clarín es que un abono de telefonía básico cuesta alrededor de $ 20 mensuales, mientras que uno de televisión por cable, también básico, alrededor de $ 110. Lo que tiene para ganar y perder cada uno no pesa lo mismo.

Desde la perspectiva del consumidor que hoy paga alrededor de $ 230 por los tres servicios básicos ($ 110 por TV cable, $ 110 por acceso a Internet y $ 20 por telefonía fija) el triple play representará un beneficio porque podrá acceder a los tres servicios combinados por alrededor de $ 160, un 30% menos de lo que hoy paga: también en Chile cuando se implementó el triple play el abono bajó un 30%. A modo de ejemplo en pequeña escala actualmente Telecentro ofrece el servicio de triple play a $ 139 por mes. Además hay alrededor de 250 cooperativas y otras 800 licencias de telefonía fija en el interior del país y varias centenas de pequeñas empresas de cable locales, las que están en estado de alerta y se quejan de que “por querer hacer daño a Clarín nos hieren también a todos nosotros”. A otra escala es lo que sucede con el Grupo Vila, tercer operador de televisión por cable del país, con fuerte foco en el interior, que de aprobarse esta ley tendría, igual que Clarín, que optar entre mantener su empresa de cable o sus canales de televisión en esas mismas áreas.

Un punto importante es que para ofrecer voz, televisión e Internet en una sola conexión, el cableado tiene que ser de fibra óptica, y para que todos los hogares argentinos pudieran recibir triple play la inversión necesaria serán varios miles de millones de dólares. Los expertos llaman al triple play de Telecentro “la tortuga”: se expande muy despacio porque no tiene el capital suficiente para invertir en todo el cableado posible. Luego aparece la rentabilidad sobre esa inversión: los expertos consideran que sólo será posible en las grandes ciudades con mucha concentración de hogares, por lo menos los primeros años.

Encaminada la “lucha por el dinero”, el otro capítulo será la “lucha por la fama”. ¿Quiénes se quedarían con Telefe, y Canal 13 si Clarín optara por su negocio de cable, además de otros canales de TV del interior? Y el exiguo plazo que la ley prevería para vender esas televisoras: un año. Y luego viene la televisión digital que, dependiendo de la norma que se adopte, podría permitir a cada canal de televisión abierta con su misma frecuencia transmitir cinco señales más y la televisión por Internet y la televisión por celulares 4G con pantallas de minicomputadora. Las Cruzadas fueron ocho guerras que duraron desde el año 1096 hasta el 1212. Estas cruzadas modernas no llevarán menos tiempo.

Anónimo dijo...

Yo creo q esta vez, al igual q hicieron con aerolineas y AFJP, van a estar de este lado, no pueden disfrazarla, seria una canallada.
Saludos!

Gerardo Fernández dijo...

Libres del Sur: Gracias por la gacetilla pero ¿Qué piensa la diputada del anteproyecto?

Anónimo dijo...

Aliverti aplica la política del 3 x1, esto es: pegarle tres palos al gobierno antes de reconocer que ha hecho una cosa buena. Por suerte, en su nota de hoy sobre el anteproyecto de Ley de servicios de comunicación, se abstuvo de hacerlo y fundamentó sólidamente la necesidad urgente de la nueva normativa.

Anónimo dijo...

Demóstenes, Aliverti no "aplica" ninguna política, ni 3 a 1 ni nada; fue, es y será un crítico del gobierno pero no desde la oposición mamarracho sino con fundamentos para criticar lo que critica y apoyar lo que apoya.
No es precisamente nelson castro y sería bueno que no relativizaras su editorial que no es oficialismo pavote, algo importante en una ley que es mucho más trascendente que los deseos, los tiempos y las intenciones del gobierno (que es la muletilla de la "gran prensa" para boludear y no hablar ni de casualidad de lo que implica en concreto la ley y el proceso de discusión que se inaugura ahora)
saludos.

ram

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Ojalá todos los periodistas opositores tuvieran el nivel y la honestidad de Aliverti!!!!

Anónimo dijo...

Este excelente editorial de Aliverti demuestra que se puede apoyar al Gobierno sin ser obsecuente, y se puede tambien oponerse y/o tener crítica constructiva.
Lamentablemente, la mayoría de los opositores (y muchos que se dicen pensantes y progresistas) piensan desde sus minúsculos intereses electoralistas en lugar de pensar el bien de la Nacion (Curiosamente, dicen esto mismo del Gobierno: segun ellos todo lo que hace bien el gobierno es solamente por puro interes electoral).
Aun suponiendo que fuera asi, lo REALMENTE IMPORTANTE es el CONTENIDO, y ahi es donde Aliverti hace su pregunta "Qué carajo puede cuestionarse (:::) del proyecto"??
Ese el el fin de la argumentacion. Más allá de las especulaciones, hay que apoyar lo que sea digno de apoyar; y esta ley lo es.
Ya lo dijeron hace más de 2000 años "por sus frutos los conocereis"
Mariano

el_eternauta dijo...

Paluito: ¿Por qué, en vez de transcribir textualmente un extenso artículo de Fontevecchia (¡nada menos que un desinteresado campeón de la libertad de expresión como Fontevecchia!) sin citar la fuente, no pone el link a ese texto?
¿O quiere hacernos creer que el artículo es de su autoría?

Anónimo dijo...

Quien no esta haciendo algo que sea electoral en estos tiempos? Yo personalmente prefiero que se haga con fines electorales y no que se intente deshacer con fines electorales.
Me gustaría mucho una oposición como la de aliverti pero incluso eso me tiene sin cuidado. La ley es muy buena porque es una sustancial mejora comparado con la situación actual. Si promover esta ley hace que el gobierno gane las elecciones me parece muy bien. Me gustaria que todos los gobiernos intentaran ganar las elecciones promoviendo mejoras objetivas a la situación actual.
Todo lo demás me importa muy poco.
Quiero la politica de derechos humanos, quiero pelear contra la soja y el glifosato quiero luchar contra los grandes grupos monopolicos y quiero que por fin tengamos libertad de prensa (hoy no la hay).
saludos
Esteban

carlos dijo...

hola, en mi blog colgué algunas cifras que tal vez contribuyan más a la polémica. saludos

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