Si Cobos hubiera renunciado...

Leyendo algunos comentarios muy interesantes en este post llego a la conclusión de que si Cobos hubiera renunciado al día siguiente de cletear, hoy sería el opositor number one y sólo le restaría esperar un poco para sentarse en el sillón de Rivadavia. Sería un trámite su triunfo.
Pero al quedarse ahí, a mitad de camino -bien al estilo radical- termina transformándose en un mamotreto que tarde o temprano terminará molestando a todo el mundo.
Al día de hoy no armó nada y lo suyo no trasciende lo mediático.
Todo indica que como un fuego mal prendido no hay cómo detener su apagado definitivo.
De haber renunciado tendría, además, el respeto que concitan los que sostienen con el cuero lo que expresan con el pico. De haberse ido al llano hoy harían fila todas las colectoras y ambulancias del país buscando su paraguas.
Pero no, se quedó ahí, estorbando y creyendo que recibiendo a Macri y al tránsfuga de Buzzi cuando la presidenta viajaba al exterior acumulaba.
Alguna vez Jauretche y otros forjistas lo fueron a ver a Don Amadeo Sabbattini para que se sumara al incipiente movimiento peronista. El caudillo radical de Córdoba prefirió quedarse en el partido y creo que fue el mismísimo Jauretche que le dijo algo así:
“La historia golpeó su puerta pero usted no la escuchó”

Y fue así nomás. Sabbattini quedó reducido a un caudillazgo de provincia, pudiendo haber sido un protagonista central en los años que se avecinaban.
En otro contexto absolutamente distinto, Cobos tuvo una oportunidad de esas que se dan muy pocas veces en la vida política. La historia se detuvo por un instante en su puerta, pero el papá de María Eugenia no se percató de esa presencia esquiva y ahí quedó, reducido al chiquitaje.
Hay algo que emparenta los procederes de Sabbatini y Cobos. Debe ser que en definitiva los radicales sólo sirven para la cosa chica, para lo municipal o provincial. Porque para las grandes ligas es como que no les da.
No se equivocó tanto Jorge Asís cuando definió a la UCR como una ONG