El huracán Lilita

Finalmente el secreto perforó el cerco y ya no quedan dudas: Elisa Carrió es una agente que responde al kirchnerismo, aunque aún no se pudo dilucidar qué funcionario nacional es que le imparte las órdenes.
Ahora sí queda al descubierto una de las maniobras más sutiles de la ingeniería política “K” y en los pasillos del Poder se preguntan cuánto le costará al gobierno nacional la divulgación pública de este especie.
“La verdad que nos venía funcionando diez puntos” secretea un influyente Secretario de Estado mientras que un funcionario con oficinas cercanas a la de la presidenta nos dice, con gesto adusto “Se nos fue de la mano. Salir a cruzar de esa manera a Felipe y al vice es demasiado. Era evidente que alguien se iba a dar cuenta que estaba puesta ahí sólo para romper”
Más allá de las caras largas del palacio, lo real es que la preocupación crece en el gobierno y el espacio oficialista. La estrategia de colocar a la abogada chaqueña como principal figura de la oposición había dado réditos inusuales hasta ahora (el más destacado fue la victoria en una elección presidencial por mayor diferencia entre primero y segundo de la historia política argentina) pero que se filtren sus contactos con el entorno presidencial a meses de las legislativas de 2009 es un verdadero dolor de cabeza para los estrategas K.
Por todos los medios intentaron sostener el secreto de la operación básicamente por los ataques furibundos que la blonda ex diputada tenía preparados para asestarle al Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri en la campaña electoral en ciernes.

No está claro si lo escrito hasta acá es verdad o mentira.
De lo que no hay duda es del favor constante que le hace al gobierno tener una líder opositora tan destrozona, que rompe todo lo que tiene a mano y entorpece todos los intentos de armados opositores que no cuenten con su bendición.